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Real Decreto por el que se aprueba el Reglamento Penitenciario

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Título: REAL DECRETO 190/1996, de 9 de febrero, por el que se aprueba el Reglamento Penitenciario.
Nº de Disposición: 190/1996
Fecha Disposición: 9/2/1996
Órgano Emisor: MINISTERIO DE JUSTICIA
Número BOE:  40/1996
Fecha Publicación: 15/2/1996  


I El presente Real Decreto aprueba el Reglamento Penitenciario de desarrollo y
ejecución de la Ley Orgánica 1/1979, de 26 de septiembre, General penitenciaria (
LOGP), que opera una reforma completa de la normativa reglamentaria
penitenciaria de 1981.
La necesidad de abordar una reforma completa del Reglamento Penitenciario
aprobado por Real Decreto 1201/1981, de 8 de mayo, ya se ponía de manifiesto en
el preámbulo del Real Decreto 787/1984, de 26 de marzo, por el que se efectuó la
modificación parcial de mayor envergadura del mismo. Desde aquel momento hasta
el presente las razones que llevaron a pensar la necesidad de desarrollar un
nuevo Reglamento Penitenciario capaz de extraer las potencialidades más
innovadoras de la LOGP, no sólo no han desaparecido sino que se han incrementado.
Es en el aspecto de la ejecución del tratamiento -conforme al principio de
individualización científica que impregna la LOGP- donde se encuentra el
potencial más innovador para que la Administración Penitenciaria pueda mejorar
el cumplimiento de la misión de preparación de los reclusos para la vida en
libertad que tiene encomendada, cuya consecución exige ampliar la oferta de
actividades y de programas específicos para los reclusos, potenciando las
prestaciones dirigidas a paliar, en lo posible, las carencias y problemas que
presentan los internos y, en definitiva, evitando que la estancia de los
internos en los centros penitenciarios constituya un tiempo ocioso y perdido.
Asimismo, la reciente reforma de nuestra legislación penal mediante la
promulgación de la Ley Orgánica 10/1995, de 23 de noviembre, del Código Penal, y
la modificación introducida en el artículo 38 de la LOGP mediante la Ley
Orgánica 13/1995, de 18 de diciembre, que exige la regulación de las unidades de
madres y de las visitas de convivencia familiar, aconsejan no demorar por más
tiempo la aprobación de un nuevo Reglamento que proporcione a la Administración
el instrumento normativo adecuado para afrontar la política exigida por el
actual momento penitenciario y dar respuesta a los nuevos retos planteados.
Lo hasta aquí señalado justificaría sin más el esfuerzo que implica la
elaboración de un nuevo Reglamento Penitenciario. Sin embargo, existen otras
razones que hacen necesaria la fijación de este nuevo marco reglamentario. La
sociedad española ha sufrido una importantísima transformación en los últimos
quince años, transformación de la que no ha quedado exenta la realidad
penitenciaria.
La situación actual es muy distinta de la existente en 1981, no sólo por el
notable incremento de la población reclusa -que ha exigido un importante
esfuerzo para dotar a la Administración de nuevas infraestructuras y para
adaptar los modelos de gestión de los centros-, sino también por las variaciones
sustanciales producidas en su composición (mayor presencia de mujeres y de
reclusos extranjeros, envejecimiento de la población reclusa), por la variación
del perfil sociológico de los mismos como consecuencia del predominio de la
criminalidad urbana y suburbana y de la irrupción del fenómeno de la
delincuencia organizada, que generan grupos minoritarios de reclusos con un alto
potencial de desestabilización de la seguridad y el buen orden de los
establecimientos penitenciarios.
La aparición de nuevas patologías con especial incidencia entre la población
reclusa (drogadicción, SIDA, ...), así como la universalización de la prestación
sanitaria exigen una completa remodelación de la normativa reglamentaria de una
de las prestaciones básicas de la Administración penitenciaria como es la
prestación sanitaria. En este ámbito, al igual que ocurre en materia educativa o
en el campo de la asistencia social, la normativa reglamentaria, previa a la
entrada en vigor de las Leyes básicas reguladoras de cada uno de estos sectores
-Ley General de Sanidad de 1986, Ley de Ordenación General del Sistema Educativo
de 1990- debe ser adaptada a los principios establecidos en la mismas, así como
a la efectiva asunción de competencias por diversas Comunidades Autónomas.
A su vez, las modificaciones de las formas de contratación, del marco
estatutario de la función pública, del régimen jurídico de la Administración y
del procedimiento administrativo, materias reguladas en Leyes posteriores al
Reglamento Penitenciario de 1981, y que resultan, lógicamente, de directa
aplicación a la actividad penitenciaria, exigen también una profunda
reordenación de las materias afectadas consolidando los avances establecidos en
las mismas bajo el criterio de «normalización» de las instituciones
penitenciarias, en el sentido de no definir marcos específicos salvo en aquellas
cuestiones que por la singularidad de la actividad así lo exijan, rompiendo de
esta forma la dinámica de «marginalización» a la que inconscientemente se ven
sometidas las instituciones penitenciarias y que tantas veces ha sido denunciada
por la doctrina y los tribunales.
Por otro lado, la importante exégesis jurisprudencial de la LOGP, constituye un
valiosísimo caudal que se ha pretendido incorporar al nuevo texto dotando de
rango normativo la fecunda doctrina establecida, especialmente la determinada
por el Tribunal Constitucional.
El desarrollo de las nuevas tecnologías y la progresiva socialización de su uso
tampoco ha sido un proceso del que haya quedado exenta la institución
penitenciaria. Por ello, resulta precisa la integración de la normativa
referente al uso de ficheros informáticos, así como a la utilización de estas
tecnologías por los propios internos.
El progresivo cambio de mentalidad, hábitos y costumbres de la sociedad
española también ha repercutido de forma evidente en el entramado penitenciario
exigiendo la flexibilización de determinadas reglas, en especial en el ámbito de
las comunicaciones de los internos.
Por último, el nuevo Reglamento Penitenciario incorpora a su texto los avances
que han ido produciéndose en el campo de la intervención y tratamiento de los
internos, consolidando una concepción del tratamiento más acorde a los actuales
planteamientos de la dogmática jurídica y de las ciencias de la conducta,
haciendo hincapié en el componente resocializador más que en el concepto clínico
del mismo. Por ello, el Reglamento opta por una concepción amplia del
tratamiento que no sólo incluye las actividades terapéutico-asistenciales, sino
también las actividades formativas, educativas, laborales, socioculturales,
recreativas y deportivas, concibiendo la reinserción del interno como un proceso
de formación integral de su personalidad, dotándole de instrumentos eficientes
para su propia emancipación.
En este campo también se incorporan al Reglamento las experiencias
tratamentales generadas por la práctica penitenciaria, así como otras surgidas
en el derecho comparado.
II
Las principales novedades del extenso contenido del Reglamento Penitenciario
que se aprueba por este Real Decreto se dirigen a los siguientes objetivos:
a) Profundizar el principio de individualización científica en la ejecución del
tratamiento penitenciario. Para ello se implanta la aplicación de modelos
individualizados de intervención para los presos preventivos (que representan en
torno al 20 por 100 de la población reclusa), en cuanto sea compatible con el
principio constitucional de presunción de inocencia. Con esta medida se evita
que la estancia en prisión de una parte importante de la población reclusa sólo
tenga fines custodiales, al tiempo que se amplía la oferta de actividades
educativas, formativas, socioculturales, deportivas y medios de ayuda que se
programen para propiciar que su estancia en prisión sirva para paliar, en lo
posible, las carencias detectadas.
En esta misma línea, la regulación de las formas especiales de ejecución (
Título VII), de las salidas programadas (artículo 114) y de los programas de
actuación especializada (artículos 116 y 117) proporcionan los medios necesarios
para adaptar el tratamiento a las necesidades individuales de cada interno, cuyo
programa podrá combinar, incluso, elementos de los diferentes grados de
clasificación, en las condiciones establecidas en el artículo 100.2, que
introduce el principio de flexibilidad.
Dentro de las formas especiales de ejecución se crean los Centros de Inserción
Social y se regulan con detalle las unidades dependientes y las unidades
extrapenitenciarias, como instrumentos para el tratamiento de colectivos
específicos de reclusos que permiten utilizar los recursos extrapenitenciarios
existentes en la sociedad a la que se encomienda su gestión por vía de las
entidades colaboradoras (artículo 62).
El desarrollo de las unidades de madres y de los departamentos mixtos -éstos
últimos con carácter excepcional- extiende el principio constitucional de
protección a la familia al ámbito penitenciario, para paliar, en lo posible, la
desestructuración de los grupos familiares que tengan varios miembros en prisión
y para proporcionar la asistencia especializada necesaria a los niños menores de
tres años que convivan en prisión con sus madres, en consonancia con la reciente
modificación del artículo 38 de la LOGP.
b) La utilización generalizada de los instrumentos de diseño y ejecución del
tratamiento implica una mayor potenciación y diversificación de la oferta de
actividades, para evitar que dichos instrumentos queden vacíos de contenido,
dinamizándose la vida de los centros penitenciarios que, sin perjuicio de sus
funciones custodiales, se configuran como un auténtico servicio público dirigido
a la resocialización de los reclusos.
c) Apertura de las prisiones a la sociedad -que formula crecientes demandas de
participación y se implica, cada vez más, en la actividad penitenciaria- para
potenciar la acción de la Administración con los recursos existentes en la
sociedad y para fortalecer los vínculos entre los delincuentes y sus familias y
la comunidad, en línea con las conclusiones de las Naciones Unidas en su reunión
de Tokio de diciembre de 1990.
El Reglamento, no sólo contiene un variado elenco de contactos con el exterior (
permisos de salida, comunicaciones especiales, potenciación del régimen abierto,
tratamiento extrapenitenciario), sino que favorece decididamente la colaboración
de entidades públicas y privadas dedicadas a la asistencia de los reclusos.
d) En materia de régimen penitenciario, el Reglamento efectúa una redefinición
del régimen cerrado (capítulo IV del Título III) estableciendo dos modalidades
de vida: Departamentos especiales de control directo para los internos
extremadamente peligrosos y módulos o centros de régimen cerrado para los
reclusos manifiestamente inadaptados a los regímenes comunes, cuyo destino se
efectúa mediante resolución motivada fundada en causas objetivas.
En cualquier caso, en ambas modalidades de vida se realizan actividades
programadas para atender las necesidades de tratamiento e incentivar su
adaptación al régimen ordinario y sus limitaciones regimentales son menos
severas que las fijadas para el régimen de cumplimiento de la sanción de
aislamiento en celda, por entenderse que el régimen cerrado, aunque contribuye
al mantenimiento de la seguridad y del buen orden regimental, no tiene
naturaleza sancionadora, sino que se fundamenta en razones de clasificación
penitenciaria en primer grado.
Por lo que se refiere al Estatuto jurídico de los reclusos, el Reglamento
Penitenciario regula con amplitud sus derechos y deberes, así como su acceso a
las prestaciones de las Administraciones públicas.
En esta materia, se ha procurado incorporar la mayoría de las recomendaciones
del Consejo de Europa relativas a los reclusos extranjeros -que no pueden ser
discriminados por razón de su nacionalidad- y a las actividades educativas y
prestaciones sanitarias.
Destaca la nueva regulación de materias que afectan al derecho a la intimidad
de los reclusos como la protección de los datos de carácter personal contenidos
en los ficheros penitenciarios y la recepción de la doctrina del Tribunal
Constitucional sobre comunicaciones con los abogados defensores y sobre la forma
de realizar los cacheos personales.
En materia disciplinaria, se han mantenido las faltas tipificadas en los
artículos 108, 109 y 110 y las sanciones establecidas en el artículo 111, así
como la determinación de los actos de indisciplina grave del primer párrafo del
artículo 124, todos ellos del Reglamento Penitenciario aprobado por Real Decreto
1201/1981, de 8 de mayo, en la redacción dada por el Real Decreto 787/1984, de
26 de marzo, por no haberse modificado la LOGP en estas materias. No obstante,
se ha regulado detalladamente un procedimiento sancionador con las debidas
garantías, en sintonía con la doctrina constitucional y con las observaciones
formuladas por los Jueces de Vigilancia. Por otra parte, se especifican las
manifestaciones del principio de oportunidad en materia disciplinaria mediante
la regulación de los mecanismos de aplazamiento, suspensión de la efectividad y
reducción o revocación de las sanciones impuestas.
En otro orden de cosas, se aborda la regulación pendiente de la relación
laboral especial penitenciaria, dentro de la cual se encuadra exclusivamente el
trabajo productivo por cuenta ajena de los internos por ser la única modalidad
de trabajo penitenciario que posee las notas típicas de la relación laboral.
En cuanto al control de la actividad penitenciaria, destaca la intervención del
Ministerio Fiscal en numerosas materias y una mayor comunicación con la
Jurisdicción de Vigilancia.
III
En los aspectos estructurales, para mejorar la gestión el Reglamento regula los
nuevos modelos del sistema prestacional de la Administración penitenciaria -con
especial incidencia en la asistencia sanitaria- y de organización de los centros
penitenciarios.
La Administración penitenciaria no puede hacer frente por sí sola a las
múltiples prestaciones que una concepción integral de la salud implica, y,
correspondiendo a los servicios de salud una responsabilidad global de
asistencia sanitaria, es preciso articular cauces de colaboración basados en un
principio de corresponsabilidad entre la Administración penitenciaria y las
Administraciones sanitarias competentes, conforme al cual pueda hacerse efectivo
el principio de universalización de la asistencia, garantizándose unos niveles
óptimos de utilización de los recursos y el derecho efectivo a la protección de
la salud de los internos, ajustado a una asistencia integrada, a la promoción y
prevención, equidad y superación de las desigualdades.
En este sentido, en el capítulo I del Título IX se garantiza el derecho de los
internos a una asistencia sanitaria orientada tanto a la prevención como a la
curación y rehabilitación y se regula la corresponsabilidad de la Administración
penitenciaria y de las Administraciones sanitarias, que se articulará mediante
la formalización de los correspondientes convenios de colaboración que
contemplen los protocolos, planes, procedimientos y responsabilidades
financieras.
Con este mismo objetivo de optimizar la utilización de los recursos
extrapenitenciarios, se reordenan la acción social y los servicios sociales
penitenciarios, que se coordinan con las redes públicas de asistencia social de
las Administraciones públicas.
Finalmente, el Título XI contiene el nuevo modelo organizativo de los centros
penitenciarios, que sólo resulta aplicable a las Comunidades Autónomas con
competencias ejecutivas en materia penitenciaria como derecho supletorio. Su
finalidad básica consiste en racionalizar y desconcentrar las funciones que se
realizan en los establecimientos penitenciarios (tratamiento, régimen, potestad
disciplinaria y gestión económica) entre órganos colegiados especializados para
adecuar la gestión a la nueva realidad de los establecimientos polivalentes y,
en general, para dinamizar la gestión penitenciaria potenciando la participación
de los empleados públicos.
En su virtud, en ejercicio de las competencias atribuidas en los artículos 97 y
149.1.6.ª de la Constitución, a propuesta del Ministro de Justicia e Interior,
previo informe favorable del Consejo General del Poder Judicial, con la
aprobación del Ministro para las Administraciones Públicas, de acuerdo con el
Consejo de Estado y previa deliberación del Consejo de Ministros, en su reunión
del día 9 de febrero de 1996,
D I S P O N G O :
Artículo único. Aprobación del Reglamento.
Se aprueba el Reglamento Penitenciario, en desarrollo y ejecución de la Ley
Orgánica 1/1979, de 26 de septiembre, General Penitenciaria, cuyo texto se
inserta a continuación.
Disposición adicional primera. Depósitos municipales de detenidos a disposición
judicial.
1. La Administración penitenciaria competente entregará a los Ayuntamientos de
los municipios cabeza de partido judicial en que no exista establecimiento
penitenciario, para gastos de alimentación y estancia de los detenidos y
mantenimiento de las instalaciones, una cantidad por detenido y día, que se
determinará por Orden del Ministro de Justicia e Interior o resolución
autonómica equivalente.
2. Los Ayuntamientos rendirán cuentas mensualmente, a través de los centros
penitenciarios ubicados en la capital de la provincia, al Ministerio de Justicia
e Interior o al órgano correspondiente de la Comunidad Autónoma mediante
certificación acreditativa del número por día de detenidos y presos a
disposición judicial o penados a arresto de fin de semana, con expresión de sus
circunstancias personales, expedida por el secretario de la corporación
municipal o por el encargado del depósito, con el visto bueno del Alcalde. Con
dicha certificación se acompañará necesariamente copia certificada de las
órdenes de detención, prisión, traslado o libertad dictadas por las autoridades
judiciales.
Disposición adicional segunda. Viviendas penitenciarias.
1. Las viviendas, residencias y dependencias anejas de los distintos centros y
establecimientos penitenciarios son bienes inmuebles de dominio público
afectados al uso público de casa-habitación de los directivos, funcionarios y
personal laboral de plantilla de instituciones penitenciarias con destino
definitivo en los correspondientes centros penitenciarios, que estarán excluidas
de arrendamiento conforme a lo establecido en el artículo 5 de la Ley de
Arrendamientos Urbanos.
2. En razón de las necesidades de la Administración penitenciaria, estos bienes
inmuebles demaniales podrán desafectarse por los procedimientos legalmente
establecidos para su integración en el Patrimonio del Estado o de la Comunidad
Autónoma correspondiente y su eventual enajenación, así como destinarse a un uso
público distinto.
3. Los recursos derivados de los cánones de uso de las viviendas, residencias y
dependencias destinadas a funcionarios y personal laboral de plantilla
penitenciarios tendrán la naturaleza de ingresos públicos, que se ingresarán en
el Tesoro Público para su posterior incorporación, mediante generaciones de
crédito, a aquéllos conceptos presupuestarios del Presupuesto de gastos de la
Administración penitenciaria correspondiente que contribuyan al mejor
cumplimiento de los fines de la actividad penitenciaria establecidos en el
artículo 2 del Reglamento Penitenciario.
4. Por Orden del Ministro de Justicia e Interior o resolución autonómica
equivalente se regularán los órganos gestores, los sistemas de adjudicación, las
obligaciones y derechos de los usuarios y de la Administración penitenciaria,
las causas de extinción de la cesión de uso y el procedimiento de desahucio
administrativo para la ejecución forzosa de las resoluciones de desalojo.
Disposición adicional tercera. Condecoraciones penitenciarias.
1. Los empleados públicos destinados en el ámbito de la Administración
penitenciaria podrán ser premiados, previo expediente instruido al efecto para
acreditar los méritos contraídos, con las siguientes recompensas, que se
anotarán en sus expedientes personales y se acreditarán mediante diploma
expedido a nombre del interesado por la autoridad que las conceda:
a) Mención honorífica, por la realización de actuaciones relevantes en el
desempeño de las tareas asignadas, así como por la satisfactoria prestación de
servicios en instituciones penitenciarias durante períodos prolongados de tiempo.
La mención honorífica se concederá por resolución de la Secretaría de Estado
de Asuntos Penitenciarios.
b) Medalla de Oro al Mérito Penitenciario, por la realización de servicios en
el ámbito penitenciario, relacionados o no con los cometidos del puesto de
trabajo, que revistan una extraordinaria relevancia y denoten un alto espíritu
de servicio.
Esta condecoración se otorgará por Orden del Ministro de Justicia e Interior y
confiere a su titular el tratamiento de excelentísimo señor.
c) Medalla de Plata al Mérito Penitenciario, por la prestación de servicios de
especial relevancia relacionados con la actividad penitenciaria de forma
continuada que denoten superior iniciativa y dedicación.
d) Medalla de Bronce al Mérito Penitenciario, por la prestación de servicios
relevantes relacionados con la actividad penitenciaria que denoten una especial
iniciativa y dedicación sin que concurran los superiores merecimientos a que se
refieren los párrafos a) y b).
Las condecoraciones de los párrafos c) y d) se otorgarán por resolución de la
Secretaría de Estado de Asuntos Penitenciarios.
2. Las instituciones, corporaciones, fundaciones, asociaciones y empresas,
públicas o privadas, y, en su caso, los particulares, que se hayan distinguido
en su colaboración con la Administración penitenciaria, en cualquiera de las
manifestaciones de la actividad penitenciaria, podrán ser recompensadas con las
siguientes condecoraciones, que se acreditarán mediante diploma expedido a
nombre de la entidad o persona premiada por la autoridad que las conceda:
a) Medalla de Oro al Mérito Social Penitenciario, por la realización de
servicios de extraordinaria relevancia, creación de entidades colaboradoras en
la reinserción y resocialización de los reclusos o por el extraordinario apoyo
prestado a la Administración penitenciaria en el desempeño de las funciones que
tiene asignadas, así como por su contribución extraordinaria a la mejora de la
actividad penitenciaria en cualquiera de sus manifestaciones.
La concesión de la Medalla de Oro al Mérito Social Penitenciario se efectuará
por Orden del Ministro de Justicia e Interior.
b) Medalla de Plata al Mérito Social Penitenciario, por la realización de
importantes servicios en el ámbito penitenciario, así como por su importante
contribución a la mejora de la actividad penitenciaria en cualquiera de sus
manifestaciones.
c) Medalla de Bronce al Mérito Social Penitenciario, cuando concurran méritos
semejantes a los establecidos en los párrafos a) y b) sin los extraordinarios y
especiales merecimientos que en las mismas se indican.
Las condecoraciones de los párrafos b) y c) se otorgarán por resolución de la
Secretaría de Estado de Asuntos Penitenciarios.
3. Por resolución de la Secretaría de Estado de Asuntos Penitenciarios se
convocará anualmente el Premio Nacional «Victoria Kent». En dicha resolución se
determinarán las bases del Premio y se designará el jurado encargado de su
concesión, que deberá valorar los méritos extraordinarios de las entidades o
particulares que concurran al mismo en materia de defensa, en el ámbito
penitenciario, de los derechos humanos o de las tareas de reinserción y
resocialización de los reclusos de extraordinaria relevancia, así como en el
fomento de la investigación multidisciplinar penitenciaria.
Disposición adicional cuarta. Disposiciones orgánicas.
1. En el ámbito de la Administración General del Estado, por centro directivo
se entiende el órgano de la Administración penitenciaria con rango igual o
superior a Dirección General que tenga atribuidas las competencias
correspondientes.
2. El nivel de los órganos unipersonales regulados en el Reglamento
Penitenciario será el que se determine en la correspondiente relación de puestos
de trabajo.
3. En la relación de puestos de trabajo de la Administración Penitenciaria
General del Estado se creará el puesto de Coordinador Territorial, con el número
de dotaciones, características y contenido que se determine en la misma.
Disposición transitoria primera. Redención de penas por el trabajo y normas de
derecho transitorio.
1. Continuarán aplicándose después de la fecha de entrada en vigor del
Reglamento Penitenciario que se aprueba por este Real Decreto los artículos 65 a
73 del Reglamento de los Servicios de Prisiones, aprobado por Decreto de 2 de
febrero de 1956, y las disposiciones complementarias dictadas hasta dicha fecha
por la Administración penitenciaria correspondiente en materia de redención de
penas por el trabajo, a los únicos efectos siguientes:
a) Para determinar la ley penal más favorable para el reo, conforme a lo
establecido en las disposiciones transitorias primera, segunda, tercera y cuarta
de la Ley Orgánica 10/1995, de 23 de noviembre, del Código Penal.
b) Para el cumplimiento de las penas impuestas y que se ejecuten conforme al
Código Penal que se deroga por la Ley Orgánica 10/1995, de 23 de noviembre, del
Código Penal, en aplicación de lo previsto en las citadas disposiciones
transitorias de dicha Ley Orgánica.
2. Cuando en aplicación de las citadas disposiciones transitorias de la Ley
Orgánica 10/1995, de 23 de noviembre, del Código Penal, los Jueces o Tribunales
no hubiesen acordado la revisión de la sentencia por considerar más favorable la
liquidación efectuada conforme al Código Penal derogado y, como consecuencia de
la pérdida por el interno del beneficio de la redención de penas por el trabajo,
resulte que la pena que se está ejecutando pueda ser de duración superior a la
que le correspondería por la citada Ley Orgánica 10/1995, el Director del centro
penitenciario, de oficio o a solicitud del interno, lo pondrá en conocimiento
del Juez o Tribunal.
3. En ningún caso resultarán aplicables las disposiciones sobre redención de
penas por el trabajo a quienes se les apliquen las disposiciones de la Ley
Orgánica 10/1995, de 23 de noviembre, del Código Penal.
4. Cuando un penado deba cumplir dos o más penas privativas de libertad, unas
de las cuales se deban ejecutar conforme a las normas del Código Penal derogado
y otras con arreglo a la Ley Orgánica 10/1995, de 23 de noviembre, del Código
Penal, comenzará el cumplimiento por las penas cuya ejecución deba regirse por
el Código derogado, aplicándose, entre éstas, el criterio de prelación fijado en
el artículo 70.1 del mismo.
Cumplidas todas éstas, se iniciará la ejecución de las penas impuestas o
revisadas al amparo de la Ley Orgánica 10/1995, de 23 de noviembre, del Código
Penal, aplicándose entre las mismas el criterio de prelación del artículo 75 de
dicho Cuerpo legal. En ningún caso resultará de aplicación a estas penas el
beneficio de la redención de penas por el trabajo.
Fijado el orden de cumplimiento conforme a lo dispuesto en los dos párrafos
anteriores, el Director del centro lo pondrá en conocimiento del Juez de
Vigilancia correspondiente a los efectos oportunos.
5. Para computar las tres cuartas partes de la condena u otros plazos con
efectos legales, se aplicarán las siguientes reglas:
1.ª Se sumarán todas las penas de prisión, con independencia de que
correspondan a uno u otro Código, de tal manera que la suma de las mismas será
considerada como una sola pena. De la suma parcial de las penas cuya ejecución
se rija por el Código derogado se rebajarán los días de redención concedidos al
interno.
2.ª En los casos en que el interno esté condenado a varias penas, de las cuales
unas se rijan por el Código derogado y otras por la Ley Orgánica 10/1995, de 23
de noviembre, del Código Penal, y resultasen de aplicación las reglas penales de
acumulación de condenas previstas en el artículo 70.2 del Código derogado o en
el artículo 76.2 de la citada Ley Orgánica 10/1995, para la ejecución de la pena
resultante se estará a lo que disponga el Juez o Tribunal, en orden al
sometimiento de la ejecución a las normas de uno u otro Código.
Disposición transitoria segunda. Adecuación de las normas de régimen interior.
1. En el plazo de tres meses, a partir de la fecha de entrada en vigor del
Reglamento Penitenciario que se aprueba por este Real Decreto, los Consejos de
Dirección de los centros penitenciarios procederán a adecuar las normas de
régimen interior del centro correspondiente a los preceptos contenidos en el
mismo, continuando en vigor las normas de régimen interior anteriores hasta que
se produzca la indicada adecuación.
2. Las nuevas normas de régimen interior, una vez adecuadas por el Consejo de
Dirección, se remitirán al centro directivo de la Administración penitenciaria
correspondiente para su aprobación.
Disposición transitoria tercera. Servicios, unidades y puestos de trabajo de
los centros penitenciarios.
El contenido de los artículos 277 a 324; 328 a 332 y 334 a 343 del Reglamento
Penitenciario aprobado por Real Decreto 1201/1981, de 8 de mayo, se mantendrá
vigente, con rango de resolución del centro directivo de la Administración
penitenciaria correspondiente, en lo que no se oponga a lo establecido en el
Reglamento Penitenciario que se aprueba por este Real Decreto, hasta que por el
centro directivo correspondiente se dicte la resolución que establezca la nueva
regulación de la organización de los servicios y unidades de los centros
penitenciarios, así como las funciones de cada uno de los puestos de trabajo de
los mismos.
Disposición transitoria cuarta. Refundición de circulares, instrucciones y
órdenes de servicio.
1. Se procederá a la refundición, armonización y adecuación a lo dispuesto en
el Reglamento Penitenciario que se aprueba por este Real Decreto de las
circulares, instrucciones y órdenes de servicio dictadas por los órganos
directivos de la Secretaría de Estado de Asuntos Penitenciarios antes de la
entrada en vigor del mismo. Dichas circulares, instrucciones y órdenes de
servicio conservarán su vigencia, en lo que no se opongan a lo dispuesto en el
citado Reglamento, a partir de su entrada en vigor y hasta que se produzca la
mencionada refundición, en cuyo momento se aplicarán íntegramente.
2. Las circulares, instrucciones y órdenes de servicio se publicarán de forma
regular en el Boletín de Información del Ministerio de Justicia e Interior o
Boletín autonómico equivalente, conforme a lo dispuesto en el artículo 37.10 de
la Ley 30/1992, de 26 de noviembre, de Régimen Jurídico de las Administraciones
Públicas y del Procedimiento Administrativo Común.
Disposición transitoria quinta. Régimen transitorio de los procedimientos.
1. Los procedimientos ya iniciados antes de la entrada en vigor del Reglamento
Penitenciario que se aprueba por este Real Decreto, se regirán por la normativa
procedimental anterior, sin que les resulten de aplicación las normas
procedimentales contenidas en el mismo.
2. En los supuestos de procedimientos disciplinarios penitenciarios iniciados
antes de entrar en vigor el citado Reglamento en los que no se haya dictado la
resolución de imposición de la sanción en el momento de su entrada en vigor, el
órgano competente para imponerla podrá aplicar las normas contenidas en el
capítulo II del Título X del mismo en cuanto resulten más favorables al
infractor.
3. Los preceptos procedimentales contenidos en las normas de régimen interior y
en las circulares, instrucciones y órdenes de servicio anteriores continuarán
aplicándose, en lo que no se oponga a lo establecido en el citado Reglamento,
hasta que se produzca la adecuación a que se refiere la disposición transitoria
segunda y la refundición, armonización y adecuación indicadas en la disposición
transitoria cuarta.
4. Los procedimientos iniciados después de la entrada en vigor del Reglamento
Penitenciario aprobado por este Real Decreto, se regirán, en todo caso, por las
normas procedimentales contenidas en el mismo y, en lo que no resulte
incompatible con dichas normas, por las contenidas en las normas de régimen
interior, circulares, instrucciones y órdenes de servicio anteriores, hasta que
se produzca la adecuación, refundición y armonización a que se refieren las
disposiciones transitorias segunda y cuarta.
Disposición derogatoria única. Derogación normativa.
1. Quedan derogadas todas las normas de igual o inferior rango en lo que
contradigan o se opongan a lo dispuesto en el presente Real Decreto y en el
Reglamento Penitenciario que se aprueba por el mismo.
2. Quedan derogadas expresamente las siguientes disposiciones:
a) Todos los preceptos del Reglamento de los Servicios de Prisiones, aprobado
por Decreto de 2 de febrero de 1956, declarados vigentes por el Real Decreto
1201/1981, de 8 de mayo, por el que se aprueba el Reglamento Penitenciario, sin
perjuicio de lo establecido en la disposición transitoria primera.
b) El Real Decreto 1201/1981, de 8 de mayo, por el que se aprueba el Reglamento
Penitenciario, así como el Real Decreto 787/1984, de 26 de marzo, que modificó
el anterior, salvo los preceptos que se indican en el apartado siguiente.
c) El Real Decreto 2715/1986, de 12 de diciembre, sobre alimentación y demás
gastos de estancia en centros hospitalarios no penitenciarios.
d) El Real Decreto 319/1988, de 30 de marzo, sobre asistencia hospitalaria
extrapenitenciaria.
3. No obstante lo dispuesto en el párrafo b) del apartado anterior, se mantiene
la vigencia de los artículos 108, 109, 110 y 111 y del primer párrafo del
artículo 124 del Reglamento Penitenciario aprobado por Real Decreto 1201/1981,
de 8 de mayo, en la redacción dada por el Real Decreto 787/1984, de 26 de marzo,
relativos a las faltas o infracciones de los internos, a las sanciones
disciplinarias y a los actos de indisciplina grave cuya sanción puede ser
inmediatamente ejecutada.
Disposición final única. Desarrollo y entrada en vigor.
1. Se autoriza al Ministro de Justicia e Interior a dictar cuantas
disposiciones de aplicación y desarrollo del Reglamento Penitenciario que se
aprueba por este Real Decreto sean necesarias, sin perjuicio de las
habilitaciones específicas de desarrollo conferidas a la Secretaría de Estado de
Asuntos Penitenciarios y al centro directivo correspondiente en otros preceptos
del mismo.
2. El presente Real Decreto y el Reglamento Penitenciario que aprueba, entrarán
en vigor, previa completa publicación en el «Boletín Oficial del Estado», el día
25 de mayo de 1996.
Dado en Madrid a 9 de febrero de 1996.
Juan Carlos Rey de España
El Ministro de Justicia e Interior,
JUAN ALBERTO BELLOCH JULBE
REGLAMENTO PENITENCIARIO
INDICE
Título I
Disposiciones generales
Capítulo I. Ambito de aplicación y principios generales.
Capítulo II. De los derechos y deberes de los internos.
Capítulo III. Protección de los datos de carácter personal de los ficheros
penitenciarios.
Capítulo IV. Establecimientos penitenciarios.
Título II
De la organización general
Capítulo I. Del ingreso en un establecimiento penitenciario.
Capítulo II. De la libertad y excarcelación.
Sección 1.ª De los detenidos y presos.
Sección 2.ª De los penados.
Sección 3.ª Certificación y ayudas a la excarcelación.
Capítulo III. Conducciones y traslados.
Sección 1.ª Competencias.
Sección 2.ª Cumplimentación de las órdenes de autoridades judiciales y
gubernativas.
Sección 3.ª Desplazamientos a hospitales no penitenciarios.
Sección 4.ª Medios y forma de conducción.
Sección 5.ª Tránsitos e incidencias.
Capítulo IV. Relaciones con el exterior.
Sección 1.ª Comunicaciones y visitas.
Sección 2.ª Recepción de paquetes y encargos.
Capítulo V. Información, quejas y recursos.
Capítulo VI. Participación de los internos en las actividades de los
establecimientos.
Capítulo VII. De la participación y colaboración de las organizaciones no
gubernamentales.
Capítulo VIII. De la seguridad de los establecimientos.
Sección 1.ª Seguridad exterior.
Sección 2.ª Seguridad interior.
Sección 3.ª Medios coercitivos.
Título III
Del régimen de los establecimientos penitenciarios
Capítulo I. Disposiciones generales.
Capítulo II. Régimen ordinario.
Capítulo III. Régimen abierto.
Capítulo IV. Régimen cerrado.
Capítulo V. Régimen de preventivos.
Título IV
De la separación y clasificación de los internos
Capítulo I. Separación de los internos.
Capítulo II. Clasificación de penados.
Título V
Del tratamiento penitenciario
Capítulo I. Criterios generales.
Capítulo II. Programas de tratamiento.
Capítulo III. Formación, cultura y deporte.
Sección 1.ª Criterios generales.
Sección 2.ª Enseñanza obligatoria.
Sección 3.ª Otras enseñanzas.
Sección 4.ª Medios personales y materiales.
Sección 5.ª Formación profesional, sociocultural y deportiva.
Capítulo IV. Relación laboral especial penitenciaria.
Sección 1.ª Criterios generales.
Sección 2.ª Derechos y deberes laborales en la relación laboral especial
penitenciaria.
Sección 3.ª Duración de la relación laboral especial penitenciaria.
Sección 4.ª Organización laboral del trabajo productivo
Sección 5.ª Promoción en la relación laboral especial penitenciaria.
Sección 6.ª Remuneración del trabajo productivo.
Sección 7.ª Tiempo de trabajo productivo.
Sección 8.ª Suspensión y extinción de la relación laboral especial
penitenciaria.
Capítulo V. Trabajos ocupacionales no productivos.
Título VI
De los permisos de salida
Capítulo I. Clases, duración y requisitos de los permisos.
Capítulo II. Procedimiento de concesión.
Título VII
Formas especiales de ejecución
Capítulo I. Internamiento en un centro de inserción social.
Capítulo II. Unidades dependientes.
Capítulo III. Internamiento en un establecimiento o departamento mixto.
Capítulo IV. Internamiento en departamentos para jóvenes.
Capítulo V. Internamiento en unidades de madres.
Capítulo VI. Cumplimiento en unidades extrapenitenciarias.
Capítulo VII. Internamiento en un establecimiento o unidades psiquiátricas
penitenciarias.
Título VIII
De la libertad condicional y de los beneficios penitenciarios
Capítulo I. Libertad condicional.
Capítulo II. Beneficios penitenciarios.
Título IX
De las prestaciones de la Administración penitenciaria
Capítulo I. Asistencia sanitaria e higiene.
Sección 1.ª Asistencia sanitaria.
Sección 2.ª Higiene y alimentación.
Capítulo II. Acción social penitenciaria.
Capítulo III. Asistencia religiosa.
Título X
Del régimen disciplinario y de las recompensas
Capítulo I. Ambito de aplicación y principios.
Capítulo II. Determinación de las sanciones.
Capítulo III. Procedimiento.
Sección 1.ª Iniciación.
Sección 2.ª Instrucción.
Sección 3.ª Resolución.
Sección 4.ª Procedimiento para faltas leves.
Capítulo IV. Ejecución y cumplimiento de las sanciones.
Capítulo V. Prescripción y cancelación.
Capítulo VI. Recompensas.
Título XI
De la organización de los centros penitenciarios
Capítulo I. Modelo organizativo de centro penitenciario.
Capítulo II. Organos colegiados.
Sección 1.ª Consejo de Dirección.
Sección 2.ª Junta de Tratamiento y Equipos Técnicos.
Sección 3.ª Comisión disciplinaria.
Sección 4.ª Junta Económico-Administrativa.
Capítulo III. Organos unipersonales.
Título XII
Del régimen económico y administrativo de los establecimientos penitenciarios
Capítulo I. Principios generales.
Capítulo II. Régimen patrimonial.
Capítulo III. Gestión de los economatos, cafeterías y cocinas.
Capítulo IV. Gestión económico-administrativa de los gastos de alimentación.
Capítulo V. Gestión económica del vestuario, equipo y utensilio de los internos.
Capítulo VI. Custodia de los objetos de valor de los internos.
Capítulo VII. Peculio de reclusos.
Capítulo VIII. Normas relativas al organismo autónomo Trabajo y Prestaciones
Penitenciarias.
TITULO I
Disposiciones generales
CAPITULO I Ambito de aplicación y principios generales
Artículo 1. Ambito objetivo y subjetivo de aplicación.
1. El presente Reglamento de desarrollo de la Ley Orgánica 1/1979, de 26 de
septiembre, General Penitenciaria, regula la ejecución de las penas y medidas de
seguridad privativas de libertad, así como el régimen de los detenidos a
disposición judicial y de los presos preventivos, siendo de aplicación directa
en todo el territorio del Estado.
2. No obstante, en aquellas Comunidades Autónomas que ejerzan competencias de
ejecución de la legislación penitenciaria estatal, en virtud de su potestad de
autoorganización, será de aplicación supletoria lo dispuesto en aquellos
preceptos de los Títulos XI y XII que regulen cuestiones organizativas o
relativas al régimen económico-administrativo de los establecimientos
penitenciarios, así como aquellas disposiciones contenidas en otros Títulos que
regulen aspectos de la misma naturaleza.
3. El presente Reglamento se aplicará con carácter supletorio a los
establecimientos penitenciarios militares.
Artículo 2. Fines de la actividad penitenciaria.
La actividad penitenciaria tiene como fin primordial la reeducación y
reinserción social de los sentenciados a penas y medidas de seguridad privativas
de libertad, así como la retención y custodia de los detenidos, presos y penados
y la asistencia social de los internos, liberados y de sus familiares.
Artículo 3. Principios.
1. La actividad penitenciaria se desarrollará con las garantías y dentro de los
límites establecidos por la Constitución y la ley.
2. Los derechos de los internos sólo podrán ser restringidos cuando lo
dispongan las leyes.
3. Principio inspirador del cumplimiento de las penas y medidas de seguridad
privativas de libertad será la consideración de que el interno es sujeto de
derecho y no se halla excluido de la sociedad, sino que continúa formando parte
de la misma. En consecuencia, la vida en prisión debe tomar como referencia la
vida en libertad, reduciendo al máximo los efectos nocivos del internamiento,
favoreciendo los vínculos sociales, la colaboración y participación de las
entidades públicas y privadas y el acceso a las prestaciones públicas.
4. En cuanto sea compatible con su situación procesal, los presos preventivos
podrán acceder a las actividades educativas, formativas, deportivas y culturales
que se celebren en el centro penitenciario, en las mismas condiciones que los
penados.
5. Los órganos directivos de la Administración penitenciaria podrán dirigir las
actividades de sus órganos jerárquicamente dependientes mediante circulares,
instrucciones y órdenes de servicio.
CAPITULO II
De los derechos y deberes de los internos
Artículo 4. Derechos.
1. La actividad penitenciaria se ejercerá respetando la personalidad de los
internos y los derechos e intereses legítimos de los mismos no afectados por la
condena, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de raza, sexo,
religión, opinión, nacionalidad o cualquier otra condición o circunstancia
personal o social.
2. En consecuencia, los internos tendrán los siguientes derechos:
a) Derecho a que la Administración penitenciaria vele por sus vidas, su
integridad y su salud, sin que puedan, en ningún caso, ser sometidos a torturas,
a malos tratos de palabra o de obra, ni ser objeto de un rigor innecesario en la
aplicación de las normas.
b) Derecho a que se preserve su dignidad, así como su intimidad, sin perjuicio
de las medidas exigidas por la ordenada vida en prisión. En este sentido, tienen
derecho a ser designados por su propio nombre y a que su condición sea reservada
frente a terceros.
c) Derecho al ejercicio de los derechos civiles, políticos, sociales,
económicos y culturales, salvo cuando fuesen incompatibles con el objeto de su
detención o el cumplimiento de la condena.
d) Derecho de los penados al tratamiento penitenciario y a las medidas que se
les programen con el fin de asegurar el éxito del mismo.
e) Derecho a las relaciones con el exterior previstas en la legislación.
f) Derecho a un trabajo remunerado, dentro de las disponibilidades de la
Administración penitenciaria.
g) Derecho a acceder y disfrutar de las prestaciones públicas que pudieran
corresponderles.
h) Derecho a los beneficios penitenciarios previstos en la legislación.
i) Derecho a participar en las actividades del centro.
j) Derecho a formular peticiones y quejas ante las autoridades penitenciarias,
judiciales, Defensor del Pueblo y Ministerio Fiscal, así como a dirigirse a las
autoridades competentes y a utilizar los medios de defensa de sus derechos e
intereses legítimos a que se refiere el capítulo V del Título II de este
Reglamento.
k) Derecho a recibir información personal y actualizada de su situación
procesal y penitenciaria.
Artículo 5. Deberes.
1. El interno se incorpora a una comunidad que le vincula de forma
especialmente estrecha, por lo que se le podrá exigir una colaboración activa y
un comportamiento solidario en el cumplimiento de sus obligaciones.
2. En consecuencia, el interno deberá:
a) Permanecer en el establecimiento hasta el momento de su liberación, a
disposición de la autoridad judicial o para cumplir las condenas de privación de
libertad que se le impongan.
b) Acatar las normas de régimen interior y las órdenes que reciba del personal
penitenciario en el ejercicio legítimo de sus atribuciones.
c) Colaborar activamente en la consecución de una convivencia ordenada dentro
del centro y mantener una actitud de respeto y consideración hacia las
autoridades, los funcionarios, trabajadores, colaboradores de instituciones
penitenciarias, reclusos y demás personas, tanto dentro como fuera del
establecimiento cuando hubiese salido del mismo por causa justificada.
d) Utilizar adecuadamente los medios materiales que se pongan a su disposición
y las instalaciones del establecimiento.
e) Observar una adecuada higiene y aseo personal, corrección en el vestir y
acatar las medidas higiénicas y sanitarias establecidas a estos efectos.
f) Realizar las prestaciones personales obligatorias impuestas por la
Administración penitenciaria para el buen orden y limpieza de los
establecimientos.
g) Participar en las actividades formativas, educativas y laborales definidas
en función de sus carencias para la preparación de la vida en libertad.
CAPITULO III
Protección de los datos de carácter personal de los ficheros penitenciarios
Artículo 6. Limitación del uso de la informática penitenciaria.
1. Ninguna decisión de la Administración penitenciaria que implique la
apreciación del comportamiento humano de los reclusos podrá fundamentarse,
exclusivamente, en un tratamiento automatizado de datos o informaciones que
ofrezcan una definición del perfil o de la personalidad del interno.
2. La recogida, tratamiento automatizado y cesión de los datos de carácter
personal de los reclusos contenidos en los ficheros informáticos penitenciarios
se efectuará de acuerdo con lo establecido en la Ley Orgánica 5/1992, de 29 de
octubre, de regulación del tratamiento automatizado de los datos de carácter
personal y sus normas de desarrollo.
3. Las autoridades penitenciarias responsables de los ficheros informáticos
penitenciarios adoptarán las medidas de índole técnica y organizativa necesarias
para garantizar la seguridad de los datos de carácter personal en ellos
contenidos, así como para evitar su alteración, pérdida, tratamiento o acceso no
autorizado, y estarán obligadas, junto con quienes intervengan en cualquier fase
del tratamiento automatizado de este tipo de datos, a guardar secreto
profesional sobre los mismos, incluso después de que haya finalizado su relación
con la Administración penitenciaria.
Artículo 7. Recogida y cesión de datos de carácter personal de los internos.
1. Cuando los datos de carácter personal de los reclusos se recojan para el
ejercicio de las funciones propias de la Administración penitenciaria no será
preciso el consentimiento del interno afectado, salvo en los relativos a su
ideología, religión o creencias.
2. Tampoco será preciso el consentimiento del recluso afectado para ceder a
otras Administraciones públicas, en el ámbito de sus respectivas competencias,
los datos de carácter personal contenidos en los ficheros informáticos
penitenciarios que resulten necesarios para que éstas puedan ejercer sus
funciones respecto de los internos en materia de reclutamiento para la
prestación del servicio militar, servicios sociales, Seguridad Social, custodia
de menores u otras análogas.
3. También se podrán ceder datos de carácter personal contenidos en los
ficheros informáticos penitenciarios sin previo consentimiento del afectado
cuando la cesión tenga por destinatarios al Defensor del Pueblo o institución
análoga de las Comunidades Autónomas que ejerzan competencias ejecutivas en
materia penitenciaria, al Ministerio Fiscal o a los Jueces o Tribunales, en el
ejercicio de las funciones que tienen atribuidas, así como cuando se trate de
cesión de datos de carácter personal relativos a la salud de los reclusos por
motivos de urgencia o para realizar estudios epidemiológicos.
4. Las transferencias internacionales de datos de carácter personal contenidos
en los ficheros informáticos penitenciarios se efectuarán en los supuestos de
prestación de auxilio judicial internacional, de acuerdo con lo establecido en
los tratados o convenios en los que sea parte España.
Artículo 8. Datos penitenciarios especialmente protegidos.
1. No obstante lo dispuesto en el artículo anterior, los datos de carácter
personal de los reclusos relativos a opiniones políticas, a convicciones
religiosas o filosóficas, al origen racial y étnico, a la salud o a la vida
sexual, que hayan sido recabados para formular los modelos individualizados de
ejecución o los programas de tratamiento penitenciarios, sólo podrán ser cedidos
o difundidos a otras personas con el consentimiento expreso y por escrito del
recluso afectado o cuando por razones de interés general así lo disponga una Ley.
2. Cuando se soliciten de la Administración Penitenciaria este tipo de datos
especialmente protegidos por medio de representante del recluso, deberá exigirse, en todo caso, poder especial y bastante otorgado por el mismo en el que conste
expresamente su consentimiento para que su representante pueda tener acceso a
dichos datos personales del recluso.
Artículo 9. Rectificación y conservación de los datos.
1. Los reclusos podrán solicitar de la Administración
penitenciaria la rectificación de sus datos de carácter personal contenidos en
los ficheros informáticos penitenciarios que resulten inexactos o incompletos.
De la rectificación efectuada se informará al interesado en el plazo máximo de
dos meses desde su solicitud, así como al cesionario o cesionarios, en el
supuesto de que los datos incorrectos hubiesen sido objeto de cesión previa.
2. Los datos de carácter personal de los reclusos contenidos en los ficheros
informáticos penitenciarios no serán cancelados cuando, ponderados los intereses
en presencia, concurran razones de interés público, de seguridad y de protección
de los derechos y libertades de terceros, así como cuando posean un valor
intrínseco de carácter histórico y estadístico a efectos de investigación.
CAPITULO IV
Establecimientos penitenciarios
Artículo 10. Concepto.
1. A efectos de este Reglamento, por establecimiento o centro se entiende una
entidad arquitectónica, administrativa y funcional con organización propia.
2. Los establecimientos estarán formados por unidades, módulos y departamentos
que faciliten la distribución y separación de los internos.
Artículo 11. Dependencias y servicios.
1. Los establecimientos penitenciarios contarán con el conjunto de dependencias
y servicios que se consideren necesarios para permitir una convivencia ordenada
y una adecuada separación de los internos, respetando en todo caso lo dispuesto
en el artículo 13 de la Ley Orgánica General Penitenciaria.
2. Igualmente, contarán con locales adecuados para el desarrollo de las
distintas actividades encomendadas al personal penitenciario del establecimiento.
Artículo 12. establecimientos polivalentes.
1. Se entiende por establecimiento polivalente aquel que cumple los diversos
fines previstos en los artículos 7 a 11 de la Ley Orgánica General Penitenciaria.
2. En los establecimientos polivalentes se deberá cuidar de que cada uno de
los departamentos, módulos o unidades que los integren tengan garantizados, en
igualdad de condiciones, los servicios generales y las prestaciones adecuadas a
los fines específicos a que vengan destinados y a los generales del sistema
penitenciario, y, en especial, el de la separación entre penados y preventivos.
Artículo 13. El principio celular.
1. El sistema penitenciario estará orientado por el principio celular, de
manera que cada interno disponga de una celda, salvo que sus dimensiones y
condiciones de habitabilidad permitan, preservando la intimidad, alojar a más de
una persona, en cuyo caso se podrá autorizar compartir celda a petición del
interno, siempre que no existan razones de tratamiento, médicas, de orden o
seguridad que lo desaconsejen.
2. Temporalmente, cuando la población penitenciaria supere el número de plazas
individuales disponibles, se podrá albergar a más de un interno por celda.
3. En los establecimientos especiales y de régimen abierto podrán existir
dormitorios colectivos, previa selección adecuada de los internos que los ocupen.
Artículo 14. Habitabilidad.
1. Las celdas y dormitorios colectivos deben contar con el espacio, luz,
ventilación natural y mobiliario suficientes para hacerlos habitables, así como
de servicios higiénicos.
2. Todo interno dispondrá de la ropa necesaria para su cama y uso personal y de
un lugar adecuado para guardar sus pertenencias, aunque se encuentre
compartiendo celda con otros.
3. La Administración velará para que en la distribución de los espacios y en la
ornamentación de los edificios se cumplan los criterios generales de
habitabilidad y comodidad.
TITULO II
De la organización general
CAPITULO I
Del ingreso en un establecimiento penitenciario
Artículo 15. Ingreso.
1. El ingreso de una persona en prisión en calidad de detenido, preso o penado
se efectuará mediante orden judicial de detención, mandamiento de prisión o
sentencia firme de la autoridad judicial competente, salvo lo dispuesto en los
dos apartados siguientes.
2. En el supuesto de que la orden de detención proceda de la Policía Judicial,
en la misma deberán constar expresamente los siguientes extremos:
a) Datos identificativos del detenido.
b) Delito imputado.
c) Que se halla a disposición judicial.
d) Hora y día de vencimiento del plazo máximo de detención.
La Dirección del centro podrá denegar motivadamente el ingreso cuando en la
orden de detención que se entregue no consten expresamente los citados extremos.
3. Cuando la detención hubiese sido acordada por el Ministerio Fiscal, en la
orden constarán los datos de identificación de las diligencias de investigación
y el momento de vencimiento del plazo máximo de detención.
4. En los supuestos a que se refieren los dos apartados anteriores, admitido el
ingreso, la Dirección del centro procederá conforme a lo dispuesto en el
artículo 23.
5. Los internos extranjeros tienen derecho a que se ponga en conocimiento de
las autoridades diplomáticas o consulares correspondientes su ingreso en prisión. A tal fin, en el momento del ingreso, incluido el voluntario a que se refiere
el artículo siguiente, se les informará de forma comprensible, a ser posible en
su propio idioma, de este derecho, recabando por escrito su autorización para
proceder, en su caso, a tal comunicación.
6. Una vez admitido un recluso dentro de un establecimiento, se procurará que
el procedimiento de ingreso se lleve a cabo con la máxima intimidad posible, a
fin de reducir los efectos negativos que pueden originar los primeros momentos
en una prisión.
Artículo 16. Presentación voluntaria en un centro penitenciario.
1. No obstante lo dispuesto en el artículo anterior, podrá ser admitido en un
establecimiento penitenciario quien se presente voluntariamente.
2. En todo caso, la presentación voluntaria del interno se hará constar
expresamente en su expediente penitenciario personal, debiéndose facilitar a
éste certificación acreditativa de tal extremo, si lo solicitara.
3. En los casos de ingresos voluntarios, el Director del centro recabará del
Juez o Tribunal, dentro de las veinticuatro horas siguientes al ingreso, el
correspondiente mandamiento, así como, en su caso, el testimonio de sentencia y
liquidación de condena. Cuando se trate de internos evadidos que decidiesen
voluntariamente reingresar en un establecimiento distinto del originario, se
solicitará del establecimiento del que se hubiesen evadido los datos necesarios
de su expediente personal, sin perjuicio de lo que se determine en torno a su
destino o traslado.
4. Si, transcurrido el plazo de las setenta y dos horas siguientes al ingreso,
no se hubiese recibido en el centro la documentación que legalice el mismo, se
procederá a la excarcelación del ingresado.
Artículo 17. Internas con hijos menores.
1. La Dirección del establecimiento admitirá a los hijos menores de tres años
que acompañen a sus madres en el momento del ingreso. Cuando éstas soliciten
mantenerlos en su compañía dentro de la prisión, deberá acreditarse debidamente
la filiación y que dicha situación no entraña riesgo para los menores, poniendo
en conocimiento del Ministerio Fiscal la decisión adoptada a los efectos
oportunos.
2. Las internas que tuviesen en el exterior hijos menores de tres años bajo su
patria potestad podrán solicitar del Consejo de Dirección autorización para que
éstos permanezcan en su compañía en el interior del centro penitenciario, que se
concederá siempre que se acredite debidamente la filiación y que tal situación
no entraña riesgo para los menores. A tal fin, se recabará la opinión del
Ministerio Fiscal, a quien se le notificará la decisión adoptada.
3. Admitido el ingreso de los niños en prisión, deberán ser reconocidos por el
Médico del establecimiento y, si éste no dispusiese otra cosa, pasarán a ocupar
con sus madres la habitación que se les asigne dentro de la unidad de madres.
4. En los posibles conflictos que surjan entre los derechos del niño y los de
la madre originados por el internamiento en un establecimiento Penitenciario,
deben primar los derechos de aquél, que, en todo caso, deben quedar debidamente
preservados en el modelo individualizado de intervención penitenciaria que se
diseñe para la madre.
5. La Administración Penitenciaria dispondrá para los menores y sus madres de
unidades de madres, que contarán con local habilitado para guardería infantil y
estarán separadas arquitectónicamente del resto de los departamentos, a fin de
facilitar las especificidades regimentales, médico-sanitarias y de salidas que
la presencia de los menores en el centro hiciesen necesarias.
6. La Administración Penitenciaria fomentará la colaboración y participación de
las instituciones públicas y privadas de asistencia al menor en las unidades de
madres o en las unidades dependientes creadas al efecto para internas
clasificadas en tercer grado que tengan en su compañía hijos menores de tres
años. A tal fin, celebrará los convenios precisos para potenciar al máximo el
desarrollo de la relación materno-filial y de la formación de la personalidad de
los niños.
Artículo 18. Identificación.
1. Admitido en el establecimiento un recluso, se procederá a verificar su
identidad personal, efectuando la reseña alfabética, dactilar y fotográfica, así
como a la inscripción en el libro de ingresos y la apertura de un expediente
personal relativo a su situación procesal y penitenciaria de la que tendrá
derecho a ser informado. Igualmente, se procederá al cacheo de su persona y al
registro de sus efectos, retirándose los enseres y objetos no autorizados.
2. En el momento del ingreso se adoptarán las medidas de higiene personal
necesarias, entregándose al recluso las prendas de vestir adecuadas que precise,
firmando el mismo su recepción.
Artículo 19. Incomunicación.
1. Si en la orden o mandamiento de ingreso se dispusiera la incomunicación del
detenido o preso, una vez cumplimentado lo establecido en el artículo anterior,
pasará a ocupar una celda individual en el departamento que el Director disponga
y será reconocido por el Médico y atendido exclusivamente por los funcionarios
encargados de aquél. Unicamente podrá comunicar con las personas que tengan
expresa autorización del Juez.
2. Cuando la orden de incomunicación no especifique nada al respecto, el
Director del establecimiento penitenciario recabará la autorización del Juez de
Instrucción para que el interno incomunicado pueda disponer de aparatos de radio
o televisión, prensa escrita o recibir correspondencia.
3. Mientras permanezca en situación de incomunicación, el Director del
establecimiento adoptará las medidas necesarias para dar cumplimiento a las
normas contenidas en las Leyes procesales.
4. Una vez levantada judicialmente la incomunicación a que se refieren los
apartados anteriores, se llevará a cabo lo establecido en el artículo siguiente.
Artículo 20. Modelos de intervención y programas de tratamiento.
1. Los detenidos y presos ocuparán una celda en el departamento de ingresos,
donde deberán ser examinados por el Médico a la mayor brevedad posible.
Igualmente, serán entrevistados por el Trabajador Social y por el Educador, a
fin de detectar las áreas carenciales y necesidades del interno, y, si el Médico
no dispusiese otra cosa, pasarán al departamento que les corresponda. Dichos
profesionales emitirán informe sobre la propuesta de separación interior,
conforme a lo dispuesto en el artículo 99, o de traslado a otro centro, así como
acerca de la planificación educativa, sociocultural y deportiva y de actividades
de desarrollo personal. Respetando el principio de presunción de inocencia, la
Junta de Tratamiento, de acuerdo con dicho informe, valorará aspectos tales como
ocupación laboral, formación cultural y profesional o medidas de ayuda, a fin de
elaborar el modelo individualizado de intervención.
2. Los penados, tras ser reconocidos por el Médico si se trata de nuevos
ingresos, permanecerán en el departamento de ingresos el tiempo suficiente para
que por parte del Psicólogo, del Jurista, del Trabajador Social y del Educador
se formule propuesta de inclusión en uno de los grupos de separación interior y
se ordene por el Director el traslado al departamento que corresponda, previo
informe médico. Por la Junta de Tratamiento, previo informe del Equipo Técnico,
se contrastarán los datos del protocolo y se formulará un programa
individualizado de tratamiento sobre aspectos tales como ocupación laboral,
formación cultural y profesional, aplicación de medidas de ayuda, tratamiento y
las que hubieran de tenerse en cuenta para el momento de la liberación.
3. La estancia de preventivos o penados en el departamento de ingresos será,
como máximo, de cinco días y sólo podrá prolongarse por motivos de orden
sanitario o para preservar su seguridad. De la prolongación se dará cuenta al
Juez de Vigilancia correspondiente.
Artículo 21. Información.
Al ingresar, el interno debe ser informado de sus derechos y de sus
obligaciones, así como de los procedimientos para hacerlos efectivos, en los
términos establecidos en el capítulo V de este Título.
CAPITULO II
De la libertad y excarcelación
SECCIÓN 1.ª DE LOS DETENIDOS Y PRESOS
Artículo 22. Libertad.
1. La libertad de los detenidos y presos sólo podrá ser acordada por
mandamiento de la autoridad competente librado al Director del establecimiento,
sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo siguiente.
2. Recibido en el centro el mandamiento de libertad, el Director o quien
reglamentariamente le sustituya dará orden escrita y firmada al Jefe de
Servicios para que sea cumplimentada por funcionarios a sus órdenes.
3. Antes de que el Director extienda la orden de libertad a que se refiere el
apartado anterior, el funcionario encargado de la Oficina de Régimen procederá a
realizar una completa revisión del expediente personal del interno, a fin de
comprobar que procede su libertad por no estar sujeto a otras responsabilidades.
4. El funcionario encargado del servicio o, en su defecto, el que designe el
Jefe de Servicios procederá a realizar la identificación de quien haya de ser
liberado, cotejando las huellas dactilares y comprobando los datos de filiación,
y le acompañará, posteriormente, hasta la salida del centro penitenciario.
5. En el expediente personal del detenido o preso se extenderá la oportuna
diligencia del mandamiento de libertad, expidiéndose y remitiéndose
certificaciones de la misma a la autoridad judicial de que dependa el interno.
Artículo 23. Excarcelación de detenidos.
1. Cuando no se hubiere recibido orden o mandamiento de libertad o de prisión
expedido por la autoridad competente, los detenidos serán excarcelados por el
Director del establecimiento o quien reglamentariamente le sustituya, al
vencimiento del plazo máximo de detención o transcurridas las setenta y dos
horas siguientes al momento del ingreso.
2. En los supuestos a que se refieren los apartados 2 y 3 del artículo 15 de
este Reglamento, el Director del establecimiento o quien haga sus veces
comunicará el ingreso, por el medio más rápido disponible que deje constancia de
la recepción de la comunicación, a la autoridad judicial a cuya disposición se
encuentre el detenido, dentro de las veinticuatro horas siguientes a su ingreso.
3. Remitida la comunicación a que se refiere el apartado anterior, si en el
plazo máximo de setenta y dos horas desde su ingreso o desde su detención no se
hubiese recibido orden o mandamiento judicial, se procederá a excarcelar al
interno, comunicándolo por el mismo medio a la autoridad que ordenó el ingreso y
a la autoridad judicial a cuya disposición hubiese sido puesto.
SECCIÓN 2.ª DE LOS PENADOS
Artículo 24. Libertad.
1. Para poder proceder a la liberación de los condenados a penas privativas de
libertad será necesaria la aprobación de la libertad definitiva por el Tribunal
sentenciador o del expediente de libertad condicional por el Juez de Vigilancia.
2. Con una antelación mínima de dos meses al cumplimiento de la condena, el
Director del establecimiento formulará al Tribunal sentenciador una propuesta de
libertad definitiva para el día en que el penado deje previsiblemente extinguida
su condena, con arreglo a la liquidación practicada en la sentencia.
3. Si quince días antes de la fecha propuesta para la libertad definitiva no se
hubiese recibido respuesta, el Director del establecimiento reiterará la
propuesta al Tribunal sentenciador, significándole que, de no recibirse orden
expresa en contrario, se procederá a liberar al recluso en la fecha propuesta.
4. Las propuestas de libertad definitiva de los liberados condicionales se
formularán por el Director del centro a que estén adscritos, teniendo en cuenta
lo dispuesto en los apartados anteriores.
5. En el expediente personal del penado se extenderá la oportuna diligencia de
libertad definitiva, tanto si la liberación tiene lugar en el centro como si la
última parte de la condena se ha cumplido en situación de libertad condicional,
expidiéndose y remitiéndose certificaciones de libertad definitiva al Tribunal
sentenciador y al Juez de Vigilancia.
Artículo 25. Libertad por aplicación de medidas de gracia.
Cuando la liberación definitiva de los penados se produzca por aplicación de
medidas de gracia, el Director del centro se abstendrá, en todo caso, de poner
en libertad a los penados sin haber recibido orden o mandamiento por escrito del
Tribunal sentenciador.
Artículo 26. Penados extranjeros sometidos a medida de expulsión posterior al
cumplimiento de la condena.
En el caso de que el penado fuese un extranjero sujeto a medida de expulsión
posterior al cumplimiento de la condena, conforme a lo dispuesto en la
legislación de extranjería, el Director notificará, con una antelación de tres
meses o en el momento de formular la propuesta de libertad definitiva a que se
refiere el artículo 24.2, la fecha previsible de extinción de la condena a la
autoridad competente, para que provea lo necesario con arreglo a lo dispuesto en
la legislación vigente.
Artículo 27. Sustitución de penas impuestas a extranjeros por medidas de
expulsión.
También se notificará al Ministerio Fiscal la fecha previsible de extinción de
la condena en los supuestos legales de sustitución de la pena por medida de
expulsión del territorio nacional y, en todo caso, cuando se trate de penados
extranjeros que extingan condenas inferiores a seis años de privación de
libertad.
Artículo 28. Ejecución de la orden de libertad por la Oficina de Régimen.
1. Una vez recibida la orden de libertad definitiva o condicional, se
cumplimentará en la misma forma, en lo que atañe a la Oficina de Régimen, que la
establecida para los detenidos y presos en el artículo 22.3.
2. Comprobado por la Oficina de Régimen que el penado no está sujeto a otras
responsabilidades, se procederá como se indica en el artículo 22.4 para
detenidos y presos.
Artículo 29. Retención de penados con otras responsabilidades pendientes.
1. Los Directores de los establecimientos retendrán a los penados que, habiendo
extinguido una condena, tengan alguna otra pendiente de cumplimiento, informando
a aquéllos de la causa de la retención.
2. Cuando la retención lo sea por tener pendiente otra causa en que se haya
decretado prisión provisional, el Director lo comunicará a la autoridad judicial
competente y al centro directivo para el traslado que, en su caso, proceda.
SECCCIÓN 3.ª CERTIFICACIÓN Y AYUDAS A LA EXCARCELACIÓN
Artículo 30. Certificación y ayudas.
1. En el momento de la excarcelación de detenidos, presos o penados, se
expedirá y entregará al liberado certificación acreditativa del tiempo que
estuvo privado de libertad o de la situación de libertad condicional en su caso,
así como, si lo solicita el interno o debe proseguir su tratamiento médico,
informe sobre su situación sanitaria y propuesta terapéutica. En dicho informe
médico no constará referencia alguna que indique que ha sido expedido en un
centro penitenciario.
2. Si el interno careciese de medios económicos, la Administración
penitenciaria le facilitará los necesarios para llegar a su residencia y
subvenir a sus primeros gastos.
CAPITULO III
Conducciones y traslados
SECCIÓN 1.ª COMPETENCIAS
Artículo 31. Competencia para ordenar traslados y desplazamientos.
1. Conforme a lo establecido en el artículo 79 de la Ley Orgánica General
Penitenciaria, el centro directivo tiene competencia exclusiva para decidir, con
carácter ordinario o extraordinario, la clasificación y destino de los reclusos
en los distintos establecimientos penitenciarios, sin perjuicio de las
atribuciones de los Jueces de Vigilancia en materia de clasificación por vía de
recurso.
2. Dicho centro directivo ordenará los traslados correspondientes en base a las
propuestas formuladas al efecto por las Juntas de Tratamiento o, en su caso, por
el Director o el Consejo de Dirección, así como los desplazamientos de los
detenidos y presos que le sean requeridos por las autoridades competentes.
3. Los traslados se notificarán, si se trata de penados, al Juez de Vigilancia,
y, si se trata de detenidos y presos a las autoridades a cuya disposición se
encuentren.
Artículo 32. Competencia para realizar las conducciones.
Las órdenes de conducción de los reclusos, dictadas por el centro directivo, se
llevarán a cabo por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado que tengan a
su cargo este cometido, sin perjuicio, en su caso, de las competencias de los
Cuerpos de Policía de las Comunidades Autónomas.
SECCIÓN 2.ª CUMPLIMIENTO DE LAS ÓRDENES DE AUTORIDADES JUDICIALES Y
GUBERNATIVAS
Artículo 33. Desplazamientos de internos.
1. Las salidas de los internos para la práctica de diligencias o para la
celebración de juicio oral se hará previa orden de la autoridad judicial
dirigida al Director del establecimiento.
2. Las autoridades judiciales o gubernativas recabarán del centro directivo,
con una antelación mínima de treinta días, la conducción oportuna del interno,
cuando estuviere recluido en centro directivoario ubicado en otra provincia, y
del Director del establecimiento, si se trata de una misma provincia o localidad.
3. Recibida la comunicación a que hace referencia el apartado 2, el centro
directivo o el Director del centro en su caso, recabarán la realización de la
conducción del órgano correspondiente.
4. Una vez asistido a juicio o celebrada la diligencia judicial, el Director
del establecimiento propondrá el traslado del interno al lugar de procedencia,
salvo que tuviese conocimiento de la existencia de otros señalamientos
pendientes o fuese preceptiva su clasificación siendo previsible su destino al
propio centro.
Artículo 34. Desplazamientos de penados.
En el caso de que una autoridad judicial interese el traslado de un penado que
no esté a su disposición para la práctica de diligencias, la Dirección del
establecimiento lo pondrá en conocimiento del Juez de Vigilancia.
SECCIÓN 3.ª DESPLAZAMIENTOS A HOSPITALES NO PENITENCIARIOS
Artículo 35. Consulta o ingreso en hospitales no penitenciarios.
1. La salida de internos para consulta o ingreso, en su caso, en centros
hospitalarios no penitenciarios será acordada por el centro directivo.
2. Acordada la conducción, el Director del establecimiento solicitará al
Gobernador civil o, en su caso, órgano autonómico competente, la fuerza pública
que deba realizar la conducción y encargarse de la posterior custodia del
interno en el centro hospitalario no penitenciario, sin perjuicio de lo
dispuesto en el artículo 155.4.
3. En caso de urgencia, según dictamen médico, el Director procederá a la
conducción e ingreso en el centro hospitalario, dando cuenta seguidamente al
centro directivo.
SECCIÓN 4.ª MEDIOS Y FORMA DE LA CONDUCCIÓN
Artículo 36. Forma y medios.
1. Los desplazamientos de detenidos, presos y penados se efectuarán de forma
que se respete su dignidad y derechos y se garantice la seguridad de su
conducción.
2. Se llevarán a cabo por el medio de transporte más idóneo, generalmente por
carretera, en vehículos adecuados y bajo custodia de la fuerza pública.
3. Excepcionalmente y sólo en casos de urgencia o necesidad perentoria, podrá
disponerse el traslado de internos a cargo de los funcionarios de instituciones
penitenciarias que el Director del establecimiento designe entre los que se
hallen de servicio.
4. Cuando se trate de traslados en ambulancia, ya sea para ingreso en un
hospital o por traslado a otro establecimiento, el interno irá acompañado, en su
caso, del personal sanitario penitenciario necesario que el Director designe.
Artículo 37. Supuestos especiales.
1. Los penados clasificados en tercer grado y los clasificados en segundo grado
que disfruten de permisos ordinarios, podrán realizar, previa autorización del
centro directivo, los desplazamientos por sus propios medios sin vigilancia.
Cuando se trate de comparecencias ante órganos judiciales, se recabará la
autorización del Juzgado o Tribunal requirente. En estos casos, la
Administración podrá facilitar a los internos los billetes en el medio de
transporte adecuado.
2. Los niños serán entregados a los familiares que estén en el exterior para
que se encarguen de su traslado y, de no ser posible, viajarán junto con sus
madres en vehículos idóneos y estarán acompañados por personal o colaboradores
de instituciones penitenciarias. En cualquier caso, se procurará no herir la
sensibilidad de los menores.
Artículo 38. Entrega a la fuerza pública.
1. La entrega de los internos a los efectivos de las Fuerzas de Seguridad se
hará mediante acta suscrita por el Jefe de la escolta, en la que se indicará la
hora de salida y una referencia a la orden que disponga la conducción, indicando, cuando se estime preciso, el grado de peligrosidad del interno, de lo que
también se dará cuenta, si fuera necesario, a la autoridad que hubiese recabado
la conducción.
2. El Jefe de la fuerza conductora, al hacerse cargo de los internos para su
traslado a otro centro penitenciario, lo hará también mediante recibo de sus
expedientes personales y equipajes, que entregará, con las mismas formalidades,
en el establecimiento de destino.
3. El establecimiento de origen proporcionará a los internos conducidos
racionado en frío.
4. Por el centro de origen se acompañará el expediente médico del interno
haciendo constar, en su caso, la atención sanitaria que deba recibir.
SECCIÓN 5.ª TRÁNSITOS E INCIDENCIAS
Artículo 39. Tránsitos.
1. Cuando los conducidos tengan que pernoctar, en condición de tránsitos en un
centro penitenciario, serán alojados, siempre que sea posible, en celdas o
dependencias destinadas al efecto, con separación del resto de la población
reclusa.
2. De igual modo, cuando por causa de fuerza mayor no pudiera la conducción
llegar a su destino, el Jefe de la fuerza conductora podrá instar, mediante
petición escrita, la admisión de los reclusos en el centro penitenciario más
próximo, cuyo Director dará cuenta de dicha circunstancia al centro directivo y
a la autoridad judicial que recabó el traslado del recluso.
Artículo 40. Incidencias.
1. Si por razón de enfermedad del interno u otra causa justificada no pudiera
hacerse cargo del mismo la fuerza conductora, ni hubiera sido factible avisar de
la incidencia con antelación suficiente, se hará entrega de escrito
justificativo al Jefe de la fuerza por parte del establecimiento, dándose cuenta
seguidamente en la forma expresada en el artículo anterior.
2. Desaparecida la causa que motivó la demora, el Director del centro realizará
las gestiones precisas para que se lleve a cabo la conducción suspendida.
CAPITULO IV
Relaciones con el exterior
SECCIÓN 1.ª COMUNICACIONES Y VISITAS
Artículo 41. Reglas generales.
1. Los internos tienen derecho a comunicar periódicamente, de forma oral y
escrita, en su propia lengua, con sus familiares, amigos y representantes
acreditados de organismos e instituciones de cooperación penitenciaria, salvo en
los casos de incomunicación judicial.
2. Con arreglo a lo dispuesto en el artículo 51 de la Ley Orgánica General
Penitenciaria, estas comunicaciones se celebrarán de manera que se respete al
máximo la intimidad y no tendrán más restricciones, en cuanto a las personas y
al modo, que las impuestas por razones de seguridad, de interés del tratamiento
y del buen orden del establecimiento.
3. Todo interno tiene derecho a comunicar inmediatamente a su familia y abogado
su ingreso en un centro penitenciario, así como su traslado a otro
establecimiento en el momento del ingreso.
4. Las comunicaciones ordinarias y extraordinarias que se efectúen durante las
visitas que reciba el interno, se anotarán en un libro de registro, en el que se
hará constar el día y hora de la comunicación, el nombre del interno, y el
nombre, domicilio y reseña del documento oficial de identidad de los visitantes,
así como la relación de éstos con el interno.
5. Las visitas de los familiares al interno enfermo se regularán por lo
dispuesto en los artículos 216 y 217 de este Reglamento.
6. Además de las comunicaciones ordinarias señaladas en el horario de este
servicio, se podrán conceder otras de carácter extraordinario como recompensa y
por urgentes e importantes motivos debidamente justificados en cada caso.
7. Las comunicaciones y visitas se organizarán de forma que satisfagan las
necesidades especiales de los reclusos extranjeros, a los que se aplicarán, en
igualdad de condiciones con los nacionales, las reglas generales establecidas en
este artículo.
Artículo 42. Comunicaciones orales.
Las comunicaciones orales de los internos se ajustarán a las siguientes normas:
1.ª El Consejo de Dirección fijará, preferentemente durante los fines de semana, los días en que puedan comunicar los internos, de manera que tengan, como
mínimo, dos comunicaciones a la semana, y cuantas permita el horario de trabajo
los penados clasificados en tercer grado.
2.ª El horario destinado a este servicio será suficiente para permitir una
comunicación de veinte minutos de duración como mínimo, no pudiendo comunicar
más de cuatro personas simultáneamente con el mismo interno.
3.ª Si las circunstancias del establecimiento lo permitieran, se podrá
autorizar a los internos a que acumulen en una sola visita semanal el tiempo que
hubiera correspondido normalmente a dos de dichas visitas.
4.ª Las dificultades en los desplazamientos de los familiares se tendrán en
cuenta en la organización de las visitas.
5.ª Los familiares deberán acreditar el parentesco con los internos y los
visitantes que no sean familiares habrán de obtener autorización del Director
del establecimiento para poder comunicar.
Artículo 43. Restricciones e intervenciones.
1. Cuando, a tenor de lo establecido en el artículo 51 de la Ley Orgánica
General Penitenciaria, las comunicaciones orales deban ser restringidas en
cuanto a las personas, intervenidas o denegadas, el Director del establecimiento, con informe previo de la Junta de Tratamiento si la restricción, intervención o
denegación se fundamenta en el tratamiento, lo acordará así en resolución
motivada, que se notificará al interno, dando cuenta al Juez de Vigilancia en el
caso de penados o a la autoridad judicial de la que dependa si se trata de
detenidos o presos.
2. En los casos de intervención, los comunicantes que no vayan a expresarse en
castellano o en la lengua cooficial de la respectiva Comunidad Autónoma,
advertirán de ello con anterioridad al Director del centro, que adoptará las
medidas oportunas para que la comunicación pueda intervenirse adecuadamente.
Artículo 44. Suspensión de comunicaciones orales.
1. El Jefe de Servicios podrá ordenar la suspensión de las comunicaciones
orales, por propia iniciativa o a propuesta del funcionario encargado del
servicio, en los siguientes casos:
a) Cuando existan razones fundadas para creer que los comunicantes puedan estar
preparando alguna actuación delictiva o que atente contra la convivencia o la
seguridad del establecimiento, o que estén propagando noticias falsas que
perjudiquen o puedan perjudicar gravemente a la seguridad o al buen orden del
establecimiento.
b) Cuando los comunicantes no observen un comportamiento correcto.
2. El Jefe de Servicios dará cuenta inmediata de la suspensión al Director del
centro y éste, a su vez, si ratifica la medida en resolución motivada, deberá
dar cuenta al Juez de Vigilancia en el mismo día o al día siguiente.
Artículo 45. Comunicaciones íntimas, familiares y de convivencia.
1. Todos los establecimientos penitenciarios dispondrán de locales
especialmente adecuados para las visitas familiares o de allegados de aquellos
internos que no disfruten de permisos ordinarios de salida.
2. Los Consejos de Dirección establecerán los horarios de celebración de estas
visitas.
3. Los familiares o allegados que acudan a visitar a los internos en las
comunicaciones previstas en este artículo no podrán ser portadores de bolsos o
paquetes, ni llevar consigo a menores cuando se trate de comunicaciones íntimas.
4. Previa solicitud del interno, se concederá una comunicación íntima al mes
como mínimo, cuya duración no será superior a tres horas ni inferior a una,
salvo que razones de orden o de seguridad del establecimiento lo impidan.
5. Previa solicitud del interesado, se concederá, una vez al mes como mínimo,
una comunicación con sus familiares y allegados, que se celebrará en locales
adecuados y cuya duración no será superior a tres horas ni inferior a una.
6. Se concederán, previa solicitud del interesado, visitas de convivencia a los
internos con su cónyuge o persona ligada por semejante relación de afectividad e
hijos que no superen los diez años de edad. Estas comunicaciones, que serán
compatibles con las previstas en el artículo 42 y en los apartados 4 y 5 de este
artículo, se celebrarán en locales o recintos adecuados y su duración máxima
será de seis horas.
7. En las comunicaciones previstas en los apartados anteriores se respetará al
máximo la intimidad de los comunicantes. Los cacheos con desnudo integral de los
visitantes únicamente podrán llevarse a cabo por las razones y en la forma
establecidas en el artículo 68 debidamente motivadas. En caso de que el
visitante se niegue a realizar el cacheo, la comunicación no se llevará a cabo,
sin perjuicio de las medidas que pudieran adoptarse por si los hechos pudieran
ser constitutivos de delito.
Artículo 46. Comunicaciones escritas.
La correspondencia de los internos se ajustará a las siguentes normas:
1.ª No se establecerán limitaciones en cuanto al número de cartas o telegramas
que puedan recibir y remitir los internos, salvo cuando hayan de ser
intervenidas por las mismas razones que las comunicaciones orales. En este caso,
el número de las que puedan escribir semanalmente será el indicado en la norma 1.
ª del artículo 42.
2.ª Toda la correspondencia que los internos expidan, salvo en los supuestos de
intervención, se depositará en sobre cerrado donde conste siempre el nombre y
apellidos del remitente y se registrará en el libro correspondiente.
3.ª Las cartas que expidan los internos cuyo peso o volumen excedan de lo
normal y que induzcan a sospecha podrán ser devueltas al remitente por el
funcionario encargado del registro para que en su presencia sean introducidas en
otro sobre, que será facilitado por la Administración. En la misma forma se
procederá cuando existan dudas respecto a la identidad del remitente.
4.ª La correspondencia que reciban los internos, después de ser registrada en
el libro correspondiente, será entregada a los destinatarios por el funcionario
encargado de este servicio o por el de la dependencia donde se encuentre el
interno, previa apertura por el funcionario en presencia del destinatario a fin
de comprobar que no contiene objetos prohibidos.
5.ª En los casos en que, por razones de seguridad, del buen orden del
establecimiento o del interés del tratamiento, el Director acuerde la
intervención de las comunicaciones escritas, esta decisión se comunicará a los
internos afectados y también a la autoridad judicial de que dependa si se trata
de detenidos o presos, o al Juez de Vigilancia si se trata de penados. Cuando el
idioma utilizado no pueda ser traducido en el establecimiento, se remitirá el
escrito al centro directivo para su traducción y curso posterior.
6.ª Las comunicaciones escritas entre los internos y su Abogado defensor o
Procurador sólo podrán ser intervenidas por orden de la autoridad judicial.
No obstante, cuando los internos tengan intervenidas las comunicaciones
ordinarias y se dirijan por escrito a alguna persona manifestando que es su
Abogado defensor o Procurador, dicha correspondencia se podrá intervenir, salvo
cuando haya constancia expresa en el expediente del interno de que dicha persona
es su Abogado o Procurador, así como de la dirección del mismo.
7.ª La correspondencia entre los internos de distintos centros penitenciarios
podrá ser intervenida mediante resolución motivada del Director y se cursará a
través de la Dirección del establecimiento de origen. Efectuada dicha
intervención se notificará al interno y se pondrá en conocimiento del Juez de
Vigilancia. Estas intervenciones se limitarán exclusivamente a la
correspondencia entre internos sin que afecte al resto de las comunicaciones
escritas.
Artículo 47. Comunicaciones telefónicas.
1. Podrá autorizarse la comunicación telefónica de los internos en los
siguientes casos:
a) Cuando los familiares residan en localidades alejadas o no puedan
desplazarse para visitar al interno.
b) Cuando el interno haya de comunicar algún asunto importante a sus familiares, al Abogado defensor o a otras personas.
2. El interno que, concurriendo los requisitos del apartado anterior, desee
comunicar telefónicamente con otra persona, lo solicitará al Director del
establecimiento.
3. El Director, previa comprobación de los mencionados requisitos, autorizará,
en su caso, la comunicación y señalará la hora en que deba celebrarse.
4. Las comunicaciones telefónicas, que siempre que las circunstancias del
establecimiento lo permitan se efectuarán con una frecuencia máxima de cinco
llamadas por semana, se celebrarán en presencia de un funcionario y no tendrán
una duración superior a cinco minutos. El importe de la llamada será satisfecho
por el interno, salvo cuando se trate de la comunicación prevista en el artículo
41.3 de este Reglamento.
5. Salvo casos excepcionales, libremente apreciados por el Director del
establecimiento, no se permitirán llamadas desde el exterior a los internos.
6. Las comunicaciones telefónicas entre internos de distintos establecimientos
podrán ser intervenidas mediante resolución motivada del Director en la forma y
con los efectos previstos en la norma 7.ª del artículo 46.
Artículo 48. Comunicaciones con Abogados y Procuradores.
1. Las comunicaciones de los internos con sus Abogados defensores y con los
Procuradores que los representen se celebrarán de acuerdo con las siguientes
reglas:
1.ª Se identificará al comunicante mediante la presentación del documento
oficial que le acredite como Abogado o Procurador en ejercicio.
2.ª El comunicante habrá de presentar además un volante de su respectivo
Colegio, en el que conste expresamente su condición de defensor o de
representante del interno en las causas que se siguieran contra el mismo o como
consecuencia de las cuales estuviera cumpliendo condena. En los supuestos de
terrorismo o de internos pertenecientes a bandas o grupos armados, el volante
deberá ser expedido por la autoridad judicial que conozca de las
correspondientes causas, sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo 520 de la
Ley de Enjuiciamiento Criminal.
3.ª Estas comunicaciones se registrarán por orden cronológico en el libro
correspondiente, consignándose el nombre y apellidos de los comunicantes del
interno, el número de la causa y el tiempo de duración de la visita y se
celebrarán en locutorios especiales, en los que quede asegurado que el control
del funcionario encargado del servicio sea solamente visual.
2. En las mismas condiciones señaladas en el apartado anterior, se autorizará
la comunicación de los Abogados y Procuradores cuando, antes de personarse en la
causa como defensores o representantes, hayan sido llamados expresamente por los
internos a través de la Dirección del establecimiento o por los familiares de
aquéllos, debiendo acreditarse dicho extremo mediante la presentación del
volante del Colegio en el que conste tal circunstancia.
3. Las comunicaciones de los internos con el Abogado defensor o con el Abogado
expresamente llamado en relación con asuntos penales, así como con los
Procuradores que los representen, no podrán ser suspendidas o intervenidas, en
ningún caso, por decisión administrativa. La suspensión o la intervención de
estas comunicaciones sólo podrá realizarse previa orden expresa de la autoridad
judicial.
4. Las comunicaciones con otros Letrados que no sean los mencionados en los
apartados anteriores, cuya visita haya sido requerida por el interno, se
celebrarán en los mismos locutorios especiales y se ajustarán a las normas
generales del artículo 41. En el caso de que dichos letrados presenten
autorización de la autoridad judicial correspondiente si el interno fuera un
preventivo o del Juez de Vigilancia si se tratase de un penado, la comunicación
se concederá en las condiciones prescritas en los anteriores apartados de este
artículo.
Artículo 49. Comunicaciones con autoridades o profesionales.
1. La comunicación de las autoridades judiciales o de los miembros del
Ministerio Fiscal con los internos se verificará a la hora que aquéllos estimen
pertinente y en locales adecuados. Para la notificación de las resoluciones
judiciales se autorizará la comunicación con cualesquiera funcionarios de la
Administración de Justicia, que deberán acreditar su condición de tales y que
son enviados por la autoridad judicial de la que dependen.
2. Las comunicaciones orales y escritas de los internos con el Defensor del
Pueblo o sus Adjuntos o delegados o con instituciones análogas de las
Comunidades Autónomas, Autoridades judiciales y miembros del Ministerio Fiscal
no podrán ser suspendidas, ni ser objeto de intervención o restricción
administrativa de ningún tipo.
3. Los internos extranjeros podrán comunicar, en locales apropiados, con los
representantes diplomáticos o consulares de su país, o con las personas que las
respectivas Embajadas o Consulados indiquen, previa autorización del Director
del Establecimiento, y con aplicación en todo caso de las normas generales
establecidas sobre número de comunicaciones y requisitos de las mismas en el
artículo 41.
4. A los súbditos de países que no tengan representante diplomático o consular,
así como a los refugiados y a los apátridas, les serán concedidas comunicaciones
en las mismas condiciones con el representante del Estado que se haya hecho
cargo de sus intereses o con la Autoridad nacional o internacional que tenga por
misión protegerlos, o con las personas en quienes aquéllos deleguen.
5. Los Notarios, Médicos, Ministros de Culto y otros profesionales acreditados,
cuya presencia haya sido solicitada por algún interno por conducto de la
Dirección del Establecimiento para la realización de las funciones propias de su
respectiva profesión, podrán ser autorizados para comunicar con aquél en local
apropiado.
SECCIÓN 2.ª RECEPCIÓN DE PAQUETES Y ENCARGOS
Artículo 50. Paquetes y encargos.
1. En todos los Establecimientos existirá una dependencia para la recogida,
control y registro de los paquetes destinados a los internos o que éstos envíen
al exterior. El Consejo de Dirección acordará los días y horas de recepción y
recogida de paquetes, tanto de entrada como de salida.
2. Todos los paquetes deberán ser entregados personalmente en la dependencia
habilitada al efecto.
3. La recepción de paquetes dirigidos a los internos se llevará a cabo previa
comprobación por el funcionario del documento de identidad de quien lo deposita,
a quien se pedirá relación detallada del contenido, registrando en el Libro
correspondiente tanto el nombre del interno destinatario como el nombre,
domicilio y número del documento de identidad de quien lo entrega. Una vez
practicada la anotación, se procederá a un minucioso registro de todos los
elementos integrantes de su contenido, así como a controlar las condiciones
higiénicas de los objetos que reciba el interno y demás elementos. De la misma
forma se controlará el contenido de los paquetes de salida antes de entregarlos
al destinatario en el exterior. En ambos casos, se procederá, respecto de los
objetos no autorizados, en la forma prescrita en el artículo siguiente.
4. Una vez distribuidos en las diferentes dependencias, el funcionario
encargado de este servicio procederá a hacer entrega de los paquetes o envíos a
los internos, que firmarán el recibí correspondiente.
5. El número de paquetes que pueden recibir los internos es de dos al mes,
salvo en los Establecimientos o departamentos de régimen cerrado, que será de
uno al mes. El peso de cada paquete no excederá de cinco kilogramos, no
computándose dentro de dicho peso máximo los libros y publicaciones, ni tampoco
la ropa.
Artículo 51. Artículos y objetos no autorizados.
1. Se consideran artículos u objetos no autorizados todos aquellos que puedan
suponer un peligro para la seguridad, la ordenada convivencia o la salud, las
drogas tóxicas, estupefacientes y sustancias psicotrópicas salvo prescripción
facultativa, los que contengan alcohol y los productos alimenticios, así como
los que exijan para su control una manipulación que implique riesgo de deterioro
y los expresamente prohibidos por las normas de régimen interior del
Establecimiento.
2. Los artículos u objetos cuya entrada no se autorice deberán ser recogidos de
inmediato por el remitente, salvo que se descubran cuando éste ya no se
encuentre en las inmediaciones del Establecimiento, en cuyo caso, se notificará
esta circunstancia al remitente en el domicilio que conste en el Libro
correspondiente. Los artículos u objetos intervenidos quedarán almacenados hasta
que sean reclamados, destruyéndose los productos perecederos.
3. Transcurrido un plazo de tres meses desde su recepción, se colocará una
relación de tales artículos u objetos en el tablón de anuncios al público,
invitando a que los mismos sean retirados, con la advertencia de que,
transcurridos quince días desde la publicación, se procederá a su destrucción,
salvo lo dispuesto para los objetos de valor en el artículo 317 de este
Reglamento.
4. Las drogas tóxicas, estupefacientes y sustancias psicotrópicas ocupadas se
remitirán a la Autoridad sanitaria competente, notificándolo a la Autoridad
judicial correspondiente.
CAPITULO V
Información, quejas y recursos
Artículo 52. Información.
1. Los internos recibirán a su ingreso información escrita sobre sus derechos y
deberes, el régimen del Establecimiento, las normas disciplinarias y los medios
para formular peticiones, quejas y recursos. Con este fin, se les entregará un
ejemplar de la cartilla o folleto informativo general y de las normas de régimen
interior del Centro penitenciario de que se trate, que el Centro Directivo de la
Administración Penitenciaria correspondiente editará necesariamente en
castellano y en la lengua cooficial de la Comunidad Autónoma donde radique el
Centro penitenciario.
2. A los internos extranjeros se les informará, además, de la posibilidad de
solicitar la aplicación de tratados o convenios internacionales suscritos por
España para el traslado a otros países de personas condenadas, así como de la
sustitución de las penas impuestas o a imponer por la medida de expulsión del
territorio nacional, en los casos y con las condiciones previstas por las leyes.
Igualmente, se les facilitará la dirección y el número de teléfono de la
representación diplomática acreditada en España del país correspondiente.
3. A estos efectos, el mencionado Centro Directivo procurará editar folletos de
referencia en aquellos idiomas de grupos significativos de internos extranjeros
en los Establecimientos españoles. A los extranjeros que desconozcan los idiomas
en que se encuentre editado el folleto se les hará una traducción oral de su
contenido por los funcionarios o internos que conozcan la lengua del interesado
y, si fuese necesario, se recabará la colaboración de los servicios consulares
del Estado a que aquél pertenezca.
4. En todo caso, a aquellos internos españoles o extranjeros que no puedan
entender la información proporcionada por escrito, les será facilitada la misma
por otro medio adecuado.
5. En el departamento de ingresos y en la Biblioteca de cada Establecimiento
habrá, a disposición de los internos, varios ejemplares de la Ley Orgánica
General Penitenciaria, del Reglamento Penitenciario y de las normas de régimen
interior del Centro. La Administración procurará proporcionar a los internos
extranjeros textos de la Ley Orgánica General Penitenciaria y de su Reglamento
de desarrollo en la lengua propia de su país de origen, a cuyo fin recabará la
colaboración de las autoridades diplomáticas correspondientes.
Artículo 53. Peticiones y quejas ante la Administración penitenciaria.
1. Todo interno tiene derecho a formular, verbalmente o por escrito, peticiones
y quejas sobre materias que sean competencia de la Administración Penitenciaria,
pudiendo presentarlas, si así lo prefiere el interesado, en sobre cerrado, que
se entregará bajo recibo.
2. Dichas peticiones y quejas podrán ser formuladas ante el funcionario
encargado de la dependencia que al interno corresponda, ante el Jefe de
Servicios o ante el Director del Centro o quien legalmente le sustituya. El
Director o quien éste determine habrán de adoptar las medidas oportunas o
recabar los informes que estimen convenientes y, en todo caso, hacer llegar
aquéllas a las Autoridades u organismos competentes para resolverlas.
3. Las peticiones y quejas que formulen los internos quedarán registradas y las
resoluciones que se adopten al respecto se notificarán por escrito a los
interesados, con expresión de los recursos que procedan, plazos para
interponerlos y órganos ante los que se han de presentar.
4. Asimismo, los internos podrán dirigir peticiones y quejas al Defensor del
Pueblo, que no podrán ser objeto
de censura de ningún tipo.
Artículo 54. Quejas y recursos ante el Juez de Vigilancia.
1. Con independencia de lo dispuesto en el artículo anterior, los internos
podrán formular directamente las peticiones o quejas o interponer recursos ante
el Juez de Vigilancia Penitenciaria en los supuestos a que se refiere el
artículo 76 de la Ley Orgánica General Penitenciaria.
2. Se entregará al interno o a su representante recibo o copia simple fechada y
sellada de las quejas o recursos que formule.
3. Cuando el escrito de queja o de recurso se presente ante cualquier oficina
de Registro de la Administración Penitenciaria, una vez entregado al interno o a
su representante el correspondiente recibo o copia simple fechada y sellada, se
remitirá, sin dilación y en todo caso en el plazo máximo de tres días, al Juez
de Vigilancia Penitenciaria correspondiente.
CAPITULO VI
Participación de los internos en las actividades de los establecimientos
Artículo 55. Areas de participación.
1. Los internos participarán en la organización del horario y de las
actividades de orden educativo, recreativo, religioso, laboral, cultural o
deportivo.
2. También se procurará la participación de los internos en el desenvolvimiento
de los servicios alimentarios y de confección de racionados, de acuerdo con el
artículo 24 de la Ley Orgánica General Penitenciaria y de lo que se establezca
en las normas de desarrollo de este Reglamento.
3. El Consejo de Dirección, mediante resolución motivada, podrá ampliar la
participación de los internos en otras áreas regimentales diferentes de las
mencionadas en el apartado 1 de este artículo.
4. La participación de los internos en estas actividades en los
Establecimientos de cumplimiento de régimen abierto y de régimen ordinario y en
los de preventivos, se efectuará a través de Comisiones ajustándose a las normas
que desarrollan los siguientes artículos.
Artículo 56. Participación en régimen abierto.
1. En los Establecimientos de cumplimiento de régimen abierto podrán formarse
tantas Comisiones cuantas sean las áreas de actividades que los Consejos de
Dirección acuerden que deben participar los internos. En todo caso se
constituirán tres Comisiones: La primera para la programación y desarrollo de
las actividades educativas, culturales y religiosas; la segunda para las
actividades recreativas y deportivas, y la tercera para las actividades
laborales.
2. Cada Comisión estará integrada, al menos, por tres internos actuando como
Presidente y Secretario de la misma los miembros que designe la propia Comisión
en su primera reunión.
3. A las reuniones que celebren las Comisiones asistirá el Educador o empleado
público que tenga a su cargo las actividades cuya programación y desarrollo vaya
a ser objeto de estudio.
4. La elección de los internos que hayan de integrar las distintas Comisiones
se llevará a cabo anualmente o, en su caso, cuando se incumpla el requisito
previsto en el apartado 2 anterior.
5. Podrán presentarse como candidatos y participar como electores todos los
internos clasificados en tercer grado de tratamiento.
6. La convocatoria y recepción de las candidaturas corresponderá al Consejo de
Dirección del Establecimiento.
7. Cada interno elegirá dos de los candidatos presentados para cada uno de los
órganos de participación.
8. La mesa que reciba los votos estará compuesta por el interno de más edad y
el más joven, y presidida por uno de los Educadores del Establecimiento.
9. Del resultado de la votación se levantará acta, que se expondrá en el tablón
de anuncios del Establecimiento.
Artículo 57. Participación en régimen ordinario.
1. En los Establecimientos de preventivos y en los de cumplimiento ordinarios,
las Comisiones serán las determinadas aplicando lo dispuesto en el artículo 56.1, debiendo estar compuestas, al menos, por un representante de cada una de las
unidades de clasificación del Establecimiento, sin que en ningún caso el número
de miembros pueda ser inferior a tres, ateniéndose en cuanto a la designación de
Presidente y Secretario a lo establecido en el apartado 2 del artículo anterior.
A sus reuniones asistirá el Educador o empleado público encargado de las
actividades sobre las que vayan a tratar.
2. El Consejo de Dirección del Establecimiento anunciará la renovación de las
Comisiones de internos que participen en las distintas actividades en períodos
de un año o cuando una Comisión resulte con menos de tres internos miembros.
3. En cada una de las unidades de clasificación se instará a que los internos
que deseen participar en el desarrollo de las actividades previstas lo
comuniquen al funcionario encargado del departamento con la debida antelación.
4. El día señalado por el Consejo de Dirección se formará la mesa, que estará
compuesta por el interno de más edad y el más joven y presidida por un
funcionario de la unidad.
5. Los componentes de la mesa pasarán por las celdas del departamento
recogiendo los votos de los internos, procediendo con posterioridad al recuento
de los mismos y al anuncio de los resultados.
6. Todos los internos integrantes de cada unidad de clasificación podrán
participar en la elección y podrán presentarse para ser elegidos en la misma,
siempre que no hayan resultado elegidos en el plazo anterior de un año.
7. No podrán ser elegidos aquellos internos que tengan sanciones disciplinarias
por faltas muy graves o graves sin cancelar.
Artículo 58. Situaciones excepcionales.
1. Si ninguno de los internos que deseen participar en las Comisiones resultase
elegido por más de un quince por ciento de los internos de la unidad, los
Consejos de Dirección procederán a sortear entre los mismos para la designación
de quienes hayan de colaborar en el desarrollo de las actividades durante el
período de tiempo siguiente hasta una nueva convocatoria.
2. En caso de alteración del orden, los Consejos de Dirección podrán acordar
suspender el proceso, así como cuando se tenga conocimiento de la existencia de
irregularidades en la elección.
Artículo 59. Comisiones sectoriales.
Cuando se trate de organizar la participación de los internos en una actividad
sectorial que no afecte a la totalidad del Establecimiento, el Consejo de
Dirección podrá limitar dicha participación a los internos afectados por la
misma.
Artículo 60. Organización de actividades.
Los internos, a través de sus representantes, podrán de acuerdo con las normas
de régimen interior, organizar por sí mismos las actividades mencionadas o
colaborar en su organización con los funcionarios encargados del área
correspondiente.
Artículo 61. Sugerencias.
1. Igualmente, podrán presentar los representantes de los internos toda clase
de sugerencias, que deberán ser elevadas por el funcionario receptor al Director
del Establecimiento.
2. La participación de los internos, a través de la correspondiente Comisión,
en la programación y ejecución de las actividades laborales, se ajustará a lo
previsto en el Capítulo IV del Título V de este Reglamento.
CAPITULO VII
De la participación y colaboración de las Organizaciones no gubernamentales
Artículo 62. Entidades colaboradoras.
1. Las instituciones y asociaciones públicas y privadas dedicadas a la
asistencia de los reclusos deberán presentar, para su aprobación por el Centro
Directivo, la correspondiente solicitud de colaboración junto con el programa
concreto de intervención penitenciaria que deseen desarrollar, en el que deberán
constar expresamente los objetivos a alcanzar, su duración temporal, el
colectivo de reclusos objeto de la intervención, la relación nominativa del
voluntariado que vaya a participar en la ejecución del programa, así como los
medios materiales y, en su caso, personales a utilizar y los indicadores y
parámetros de evaluación del impacto y de los resultados del programa.
2. Aprobada la solicitud y el programa de colaboración por el Centro Directivo,
previo informe de la Junta de Tratamiento del Centro penitenciario
correspondiente, la institución o asociación colaboradora deberá inscribirse,
para poder actuar, en el Registro Especial de Entidades Colaboradoras gestionado
por el Centro Directivo, sin perjuicio, en su caso, de su previa constitución e
inscripción en el Registro Público de Asociaciones correspondiente. La
inscripción en el Registro Especial tendrá carácter meramente declarativo.
3. Finalizada la ejecución del programa de colaboración, la institución o
asociación colaboradora elaborará un estudio de evaluación del impacto y
resultados del programa que, junto con el informe de la Junta de Tratamiento del
Establecimiento, se remitirán por el Director al Centro Directivo.
4. La Administración Penitenciaria fomentará, especialmente, la colaboración de
las instituciones y asociaciones dedicadas a la resocialización y ayuda de los
reclusos extranjeros, facilitando la cooperación de las entidades sociales del
país de origen del recluso, a través de las Autoridades consulares
correspondientes.
CAPITULO VIII
De la seguridad de los Establecimientos
SECCIÓN 1.ª SEGURIDAD EXTERIOR
Artículo 63. Competencia.
1. La seguridad exterior de los Establecimientos corresponde a las Fuerzas y
Cuerpos de Seguridad del Estado o, en su caso, a los Cuerpos de Policía de las
Comunidades Autónomas, los que, sin perjuicio de que se rijan por las normas de
los Cuerpos respectivos, en materia de seguridad exterior de los Centros
penitenciarios recibirán indicaciones de los Directores de los mismos.
2. Una vez practicado el relevo, el Jefe de la guardia exterior deberá
presentarse al Director o funcionario que le sustituya para informarle de las
incidencias del servicio. De igual forma procederá cuando durante el servicio se
produzca algún hecho que, por su importancia, deba ser puesto inmediatamente en
conocimiento del Director del Establecimiento.
SECCIÓN 2.ª SEGURIDAD INTERIOR
Artículo 64. Competencia.
La seguridad interior de los Establecimientos corresponde, salvo en los casos
previstos en la disposición final primera de la Ley Orgánica General
Penitenciaria, a los funcionarios de los Cuerpos de Instituciones Penitenciarias, con arreglo a los cometidos propios de cada uno y a la distribución de los
servicios acordada por el Director del Establecimiento.
Artículo 65. Medidas de seguridad interior.
Las actuaciones encaminadas a garantizar la seguridad interior de los
Establecimientos consistirán en la observación de los internos, los recuentos de
la población reclusa y los registros, cacheos, requisas, controles e
intervenciones que se describen en los artículos siguientes.
Artículo 66. Observación de los internos.
La observación de los internos estará encaminada al conocimiento de su
comportamiento habitual y de sus actividades y movimientos dentro y fuera del
departamento asignado, así como de sus relaciones con los demás internos y del
influjo beneficioso o nocivo que, en su caso, ejercieren sobre los mismos. Si en
dicha observación se detectaran hechos o circunstancias que pudieran ser
relevantes para la seguridad del Establecimiento o el tratamiento de los
internos, se elevarán los oportunos informes.
Artículo 67. Recuentos.
1. Se realizarán diariamente los recuentos ordinarios de control de la
población reclusa en los momentos de la jornada regimental que coincidan con los
relevos del personal de vigilancia, que se fijen en el horario aprobado por el
Consejo de Dirección del Establecimiento penitenciario.
2. También se efectuarán los recuentos extraordinarios que se ordenen por el
Jefe de Servicios, comunicándolo a la Dirección, teniendo en cuenta la situación
existente en el Centro o departamento en que se haya de practicar la medida, así
como el comportamiento de los reclusos afectados por la misma.
3. Los recuentos ordinarios y extraordinarios se practicarán de forma que se
garantice su rapidez y fiabilidad y sus resultados se reflejarán en parte
escrito suscrito por los funcionarios que los hubiesen efectuado, que se
dirigirá al Jefe de Servicios.
Artículo 68. Registros, cacheos y requisas.
1. Se llevarán a cabo registros y cacheos de las personas, ropas y enseres de
los internos y requisas de las puertas, ventanas, suelos, paredes y techos de
las celdas o dormitorios, así como de los locales y dependencias de uso común.
2. Por motivos de seguridad concretos y específicos, cuando existan razones
individuales y contrastadas que hagan pensar que el interno oculta en su cuerpo
algún objeto peligroso o sustancia susceptible de causar daño a la salud o
integridad física de las personas o de alterar la seguridad o convivencia
ordenada del Establecimiento, se podrá realizar cacheo con desnudo integral con
autorización del Jefe de Servicios.
3. El cacheo con desnudo integral se efectuará por funcionarios del mismo sexo
que el interno, en lugar cerrado sin la presencia de otros internos y
preservando, en todo lo posible, la intimidad.
4. Si el resultado del cacheo con desnudo integral fuese infructuoso y
persistiese la sospecha, se podrá solicitar por el Director a la Autoridad
judicial competente la autorización para la aplicación de otros medios de
control adecuados.
5. De los registros, requisas, cacheos y controles citados se formulará parte
escrito, que deberá especificar los cacheos con desnudo integral efectuados,
firmado por los funcionarios que lo hayan efectuado y dirigido al Jefe de
Servicios.
Artículo 69. Otros registros y controles.
Se procederá al registro y control de las personas autorizadas a comunicar con
los internos, así como de quienes tengan acceso al interior de los
Establecimientos para realizar algún trabajo o gestión dentro de los mismos,
salvo en las visitas oficiales de las Autoridades. Asimismo, se efectuará un
registro y control de los vehículos que entren o salgan del Establecimiento y de
los paquetes y encargos que reciban o remitan los internos, conforme a lo
establecido en el artículo 50 de este Reglamento.
Artículo 70. Intervenciones.
1. Se intervendrá el dinero, alhajas, u objetos de valor no autorizados, así
como los objetos que se entiendan peligrosos para la seguridad o convivencia
ordenada o de ilícita procedencia.
2. Tratándose de objetos peligrosos o prohibidos se procederá a su retirada, de
la que se dejará constancia por escrito, salvo en los casos en que deban ser
remitidos a la Autoridad judicial competente, así como cuando se trate de
objetos de valor, en cuyo caso se les dará el destino previsto en el artículo
317 de este Reglamento.
Artículo 71. Principios generales.
1. Las medidas de seguridad se regirán por los principios de necesidad y
proporcionalidad y se llevarán siempre a cabo con el respeto debido a la
dignidad y a los derechos fundamentales, especialmente las que se practiquen
directamente sobre las personas. Ante la opción de utilizar medios de igual
eficacia, se dará preferencia a los de carácter electrónico.
2. Cuando los funcionarios, con ocasión de cualquiera de las medidas de
seguridad enumeradas en los artículos anteriores, detecten alguna anomalía
regimental o cualquier hecho o circunstancia indiciario de una posible
perturbación de la vida normal del Centro, lo pondrán inmediatamente en
conocimiento del Jefe de Servicios, sin perjuicio de que, en su caso, hagan uso
de los medios coercitivos a que se refiere el artículo siguiente.
SECCIÓN 3.ª MEDIOS COERCITIVOS
Artículo 72. Medios coercitivos.
1. Son medios coercitivos, a los efectos del artículo 45.1 de la Ley Orgánica
General Penitenciaria, el aislamiento provisional, la fuerza física personal,
las defensas de goma, los aerosoles de acción adecuada y las esposas. Su uso
será proporcional al fin pretendido, nunca supondrá una sanción encubierta, y
sólo se aplicarán cuando no exista otra manera menos gravosa para conseguir la
finalidad perseguida y por el tiempo estrictamente necesario.
2. No podrán ser aplicados los expresados medios coercitivos a las internas
mencionadas en el artículo 254.3 del presente Reglamento ni a los enfermos
convalecientes de enfermedad grave, salvo en los casos en los que de la
actuación de aquéllos pudiera derivarse un inminente peligro para su integridad
o para la de otras personas. Cuando se aplique la medida de aislamiento
provisional el interno será visitado diariamente por el Médico.
3. La utilización de los medios coercitivos será previamente autorizada por el
Director, salvo que razones de urgencia no lo permitan, en cuyo caso se pondrá
en su conocimiento inmediatamente. El Director comunicará inmediatamente al Juez
de Vigilancia la adopción y cese de los medios coercitivos, con expresión
detallada de los hechos que hubieran dado lugar a dicha utilización y de las
circunstancias que pudiesen aconsejar su mantenimiento.
4. Los medios materiales coercitivos serán depositados en aquel lugar o lugares
que el Director entienda idóneos, y su cuantía y estado se reflejará en libro
oficial.
5. En los casos de graves alteraciones del orden con peligro inminente para las
personas o para las instalaciones, el Director con carácter provisional podrá
recabar el auxilio de las Fuerzas de Seguridad de guardia en el Establecimiento,
quienes en caso de tener que utilizar las armas de fuego lo harán por los mismos
motivos y con las mismas limitaciones que establece la legislación de Fuerzas y
Cuerpos de Seguridad del Estado, sin perjuicio de lo dispuesto en la disposición
final primera de la Ley Orgánica General Penitenciaria.
TITULO III
Del Régimen de los Establecimientos Penitenciarios
CAPITULO I
Disposiciones generales
Artículo 73. Concepto y fines del régimen penitenciario.
1. Por régimen penitenciario se entiende el conjunto de normas o medidas que
persiguen la consecución de una convivencia ordenada y pacífica que permita
alcanzar el ambiente adecuado para el éxito del tratamiento y la retención y
custodia de los reclusos.
2. Las funciones regimentales de seguridad, orden y disciplina son medios para
alcanzar los fines indicados, debiendo ser siempre proporcionadas al fin que
persiguen, y no podrán significar un obstáculo para la ejecución de los
programas de tratamiento e intervención de los reclusos.
3. Las actividades integrantes del tratamiento y del régimen, aunque regidas
por un principio de especialización, deben estar debidamente coordinadas.
Artículo 74. Tipos de régimen.
1. El régimen ordinario se aplicará a los penados clasificados en segundo grado, a los penados sin clasificar y a los detenidos y presos.
2. El régimen abierto se aplicará a los penados clasificados en tercer grado
que puedan continuar su tratamiento en régimen de semilibertad.
3. El régimen cerrado se aplicará a los penados clasificados en primer grado
por su peligrosidad extrema o manifiesta inadaptación a los regímenes comunes
anteriores y a los preventivos en quienes concurran idénticas circunstancias.
Artículo 75. Limitaciones regimentales y medidas de protección personal.
1. Los detenidos, presos y penados no tendrán otras limitaciones regimentales
que las exigidas por el aseguramiento de su persona y por la seguridad y el buen
orden de los Establecimientos, así como las que aconseje su tratamiento o las
que provengan de su grado de clasificación.
2. En su caso, a solicitud del interno o por propia iniciativa, el Director
podrá acordar mediante resolución motivada, cuando fuere preciso para
salvaguardar la vida o integridad física del recluso, la adopción de medidas que
impliquen limitaciones regimentales, dando cuenta al Juez de Vigilancia.
3. Mediante acuerdo motivado, el Consejo de Dirección, en el caso de los
detenidos y presos, o la Junta de Tratamiento, en el caso de penados, propondrán
al Centro Directivo el traslado del recluso a otro Establecimiento de similares
características para posibilitar el levantamiento de las limitaciones
regimentales exigidas por el aseguramiento de su persona a que se refiere el
apartado anterior.
4. Los acuerdos de traslado se comunicarán, en el caso de los detenidos y
presos, a la Autoridad judicial de que dependan y, en el caso de los penados, al
Juez de Vigilancia correspondiente.
CAPITULO II
Régimen ordinario
Artículo 76. Normas generales.
1. En los Establecimientos de régimen ordinario los principios de seguridad,
orden y disciplina tendrán su razón de ser y su límite en el logro de una
convivencia ordenada.
2. La separación interior de la población reclusa, conforme a los criterios
establecidos en el artículo 16 de la Ley Orgánica General Penitenciaria, se
ajustará a las necesidades o exigencias del tratamiento, a los programas de
intervención y a las condiciones generales del Centro.
3. El trabajo y la formación tendrán la consideración de actividad básica en la
vida del Centro.
Artículo 77. Horarios.
1. El Consejo de Dirección aprobará y dará a conocer entre la población reclusa
el horario que debe regir en el Centro, señalando las actividades obligatorias
para todos y aquéllas otras de carácter optativo y de libre elección por parte
de los internos.
2. En cualquier caso, se garantizarán ocho horas de descanso nocturno, un
mínimo de dos horas para que el interno pueda dedicarlas a asuntos propios y
tiempo suficiente para atender a las actividades culturales y terapéuticas y a
los contactos con el mundo exterior.
3. Igualmente el Consejo de Dirección aprobará mensualmente el calendario de
actividades previsto para el mes siguiente con indicación expresa de los días y
horas de su realización, y de los internos a quienes afecte, en el caso de que
no afectara a la totalidad de internos del Centro. Este calendario será puesto
en conocimiento de los internos y estará expuesto permanentemente en lugar
visible para los mismos.
4. El horario aprobado por el Consejo de Dirección, así como el calendario
mensual de actividades será puesto en conocimiento del Centro Directivo para su
ratificación o reforma, antes del día quince del mes anterior a aquel a que se
refiera.
5. Asimismo, vendrá obligado a difundir entre los internos, con la periodicidad
que se determine en las normas de régimen interior, aquellas actividades no
regulares que se organicen en el Establecimiento.
Artículo 78. Prestaciones personales obligatorias.
1. Todos los reclusos están obligados a respetar el horario del Centro, así
como a cumplir y a colaborar con las medidas de higiene y sanitarias que se
adopten, procurando que las instalaciones se encuentren siempre limpias y
haciendo un buen uso de las mismas.
2. Conforme a lo establecido en el artículo 29.2 de la Ley Orgánica General
Penitenciaria, los internos vendrán obligados a realizar las prestaciones
personales necesarias para el mantenimiento del buen orden, la limpieza y la
higiene en los Establecimientos.
Artículo 79. Participación de los internos.
El Consejo de Dirección fomentará la participación de los internos en los casos
y con las condiciones establecidas en el Capítulo VI del Título II.
CAPITULO III
Régimen abierto
Artículo 80. Clases de Establecimientos de régimen abierto.
1. Los Establecimientos de régimen abierto pueden ser de los siguientes tipos:
a) Centros Abiertos o de Inserción Social.
b) Secciones Abiertas.
c) Unidades Dependientes.
2. El Centro Abierto es un Establecimiento penitenciario dedicado a internos
clasificados en tercer grado de tratamiento.
3. La Sección Abierta depende administrativamente de un Establecimiento
penitenciario polivalente, del que constituye la parte destinada a internos
clasificados en tercer grado de tratamiento.
4. Las Unidades Dependientes, reguladas en los artículos 165 a 167 de este
Reglamento, consisten en instalaciones residenciales situadas fuera de los
recintos penitenciarios e incorporadas funcionalmente a la Administración
Penitenciaria, mediante la colaboración de las entidades públicas o privadas
prevista en el artículo 62 de este Reglamento, para facilitar el logro de
objetivos específicos de tratamiento penitenciario de internos clasificados en
tercer grado.
Artículo 81. Criterios de destino.
1. El régimen de estos Establecimientos será el necesario para lograr una
convivencia normal en toda colectividad civil, fomentando la responsabilidad y
siendo norma general la ausencia de controles rígidos que contradigan la
confianza que inspira su funcionamiento.
2. La ejecución del programa individualizado de tratamiento determinará el
destino concreto del interno a los Centros o Secciones Abiertas o Centros de
Inserción Social, tomando en consideración, especialmente, las posibilidades de
vinculación familiar del interno y su posible repercusión en el mismo.
3. A las Unidades Dependientes, podrán ser destinados por el Centro Directivo,
a propuesta de la Junta de Tratamiento, aquellos internos que, previa aceptación
expresa de las normas de funcionamiento, se adecuen a los objetivos específicos
del programa establecido.
Artículo 82. Régimen abierto restringido.
1. En los casos de penados clasificados en tercer grado con una peculiar
trayectoria delictiva, personalidad anómala o condiciones personales diversas,
así como cuando exista imposibilidad de desempeñar un trabajo en el exterior o
lo aconseje su tratamiento penitenciario, la Junta de Tratamiento podrá
establecer la modalidad de vida en régimen abierto adecuada para estos internos
y restringir las salidas al exterior, estableciendo las condiciones, controles y
medios de tutela que se deban observar, en su caso, durante las mismas.
2. A los efectos del apartado anterior, en el caso de mujeres penadas
clasificadas en tercer grado, cuando se acredite que existe imposibilidad de
desempeñar un trabajo remunerado en el exterior, pero conste, previo informe de
los servicios sociales correspondientes, que va a desempeñar efectivamente las
labores de trabajo doméstico en su domicilio familiar, se considerarán estas
labores como trabajo en el exterior.
3. La modalidad de vida a que se refiere este artículo tendrá como objetivo
ayudar al interno a que inicie la búsqueda de un medio de subsistencia para el
futuro o, en su defecto, encontrar alguna asociación o institución pública o
privada para su apoyo o acogida en el momento de su salida en libertad.
4. Esta modalidad de vida se asimilará, lo máximo posible, a los principios del
régimen abierto a que se refiere el artículo siguiente.
Artículo 83. Objetivos y principios del régimen abierto.
1. La actividad penitenciaria en régimen abierto tiene por objeto potenciar las
capacidades de inserción social positiva que presentan los penados clasificados
en tercer grado, realizando las tareas de apoyo y de asesoramiento y la
cooperación necesaria para favorecer su incorporación progresiva al medio social.
2. El ejercicio de estas funciones se regirá por los siguientes principios:
a) Atenuación de las medidas de control, sin perjuicio del establecimiento de
programas de seguimiento y evaluación de las actividades realizadas por los
internos dentro y fuera del Establecimiento.
b) Autorresponsabilidad, mediante el estímulo de la participación de los
internos en la organización de las actividades.
c) Normalización social e integración, proporcionando al interno, siempre que
sea posible, atención a través de los servicios generales de la comunidad para
facilitar su participación plena y responsable en la vida familiar, social y
laboral.
d) Prevención para tratar de evitar la desestructuración familiar y social.
e) Coordinación con cuantos organismos e instituciones públicas o privadas
actúen en la atención y reinserción de los reclusos, promoviendo criterios
comunes de actuación para conseguir su integración en la sociedad.
Artículo 84. Modalidades de vida en régimen abierto.
1. Las normas de organización y funcionamiento de los Establecimientos de
régimen abierto serán elaboradas por la Junta de Tratamiento y aprobadas por el
Centro Directivo.
2. En los Establecimientos de régimen abierto se podrán establecer, a propuesta
de la Junta de Tratamiento, distintas modalidades en el sistema de vida de los
internos, según las características de éstos, de su evolución personal, de los
grados de control a mantener durante sus salidas al exterior y de las medidas de
ayuda que necesiten para atender a sus carencias.
3. Se establecerán modalidades de vida específicas para atender y ayudar a
aquellos internos que en el momento de acceder al tercer grado no dispongan de
recursos suficientes para desarrollar una actividad estable en el exterior o
tengan carencias importantes en el apoyo familiar o social que dificulten su
integración.
Artículo 85. Ingreso en un Establecimiento de régimen abierto.
1. Al ingresar el interno en un Establecimiento de régimen abierto mantendrá
una entrevista con un profesional del Centro, quien le informará de las normas
de funcionamiento que rijan en la unidad, de cómo poder utilizar los servicios y
recursos, de los horarios y de todos aquellos aspectos que regulen la
convivencia del Centro.
2. Un miembro del Equipo Técnico mantendrá una entrevista con el interno y, en
un breve período de tiempo, el Equipo adoptará las decisiones más adecuadas para
el desarrollo de lo establecido en el programa de tratamiento diseñado por la
Junta de Tratamiento.
Artículo 86. Salidas del Establecimiento.
1. Los internos podrán salir del Establecimiento para desarrollar las
actividades laborales, formativas, familiares, de tratamiento o de otro tipo,
que faciliten su integración social.
2. Estas salidas deberán ser planificadas y reguladas por la Junta de
Tratamiento, señalando los mecanismos de control y seguimiento que se consideren
necesarios, de acuerdo con lo establecido en el programa de tratamiento.
3. El horario y la periodicidad de las salidas autorizadas serán los necesarios
para realizar la actividad y para los desplazamientos.
4. En general, el tiempo mínimo de permanencia en el Centro será de ocho horas
diarias, debiendo pernoctarse en el Establecimiento, salvo cuando, de modo
voluntario, el interno acepte el control de su presencia fuera del Centro
mediante dispositivos telemáticos adecuados proporcionados por la Administración
Penitenciaria u otros mecanismos de control suficiente, en cuyo caso sólo
tendrán que permanecer en el Establecimiento durante el tiempo fijado en su
programa de tratamiento para la realización de actividades de tratamiento,
entrevistas y controles presenciales.
Artículo 87. Salidas de fin de semana.
1. La Junta de Tratamiento regulará, de forma individualizada, en función de la
modalidad de vida establecida para cada interno, de su evolución en el
tratamiento y de las garantías de control necesarias, las salidas de fin de
semana de los internados en Establecimientos de régimen abierto.
2. Como norma general, estos internos disfrutarán de salidas de fin de semana,
como máximo, desde las dieciséis horas del viernes hasta las ocho horas del
lunes.
3. También podrán disfrutar de los días festivos establecidos en el calendario
oficial de la localidad donde esté situado el Establecimiento. Cuando los días
festivos sean consecutivos al fin de semana, la salida se ampliará en
veinticuatro horas por cada día festivo.
4. Sin perjuicio de lo dispuesto en los apartados anteriores, el Centro
Directivo podrá aprobar salidas de fin de semana con horarios diferentes a los
indicados.
Artículo 88. Asistencia sanitaria.
1. Como regla general, los internos en régimen abierto recibirán la asistencia
sanitaria que precisen a través de la red sanitaria pública extrapenitenciaria.
2. La Administración Penitenciaria velará para que los internos utilicen
correctamente estos servicios y cuiden su salud, como un aspecto muy importante
en su rehabilitación y, con este fin, planificará y ejecutará programas de
prevención y educación para la salud.
3. Los servicios médicos del Establecimiento efectuarán el seguimiento
necesario y dispondrán la coordinación precisa de los servicios sanitarios de la
institución con los del exterior, en el marco de los convenios suscritos por la
Administración Penitenciaria a tal fin. Los trabajadores sociales del Centro
ayudarán y orientarán a los internos en la realización de los trámites
necesarios para utilizar la red sanitaria pública extrapenitenciaria.
CAPITULO IV
Régimen cerrado
Artículo 89. Aplicación.
El régimen cerrado, en consonancia con lo previsto en el artículo 10 de la Ley
Orgánica General Penitenciaria, será de aplicación a aquellos penados que, bien
inicialmente, bien por una involución en su personalidad o conducta, sean
clasificados en primer grado por tratarse de internos extremadamente peligrosos
o manifiestamente inadaptados a los regímenes ordinario y abierto.
Artículo 90. Características.
1. El régimen penitenciario de vida regulado conforme a lo establecido en el
artículo 10 de la Ley Orgánica General Penitenciaria, se cumplirá en Centros o
módulos de régimen cerrado o en departamentos especiales ubicados en Centros de
regímenes comunes, con absoluta separación del resto de la población reclusa.
2. En todo caso, se cumplirá en celdas individuales, caracterizándose por una
limitación de las actividades en común de los internos y por un mayor control y
vigilancia sobre los mismos, exigiéndose, de manera especial, el acatamiento de
cuantas medidas de seguridad, orden y disciplina elabore el Consejo de Dirección, previo informe de la Junta de Tratamiento. En ningún caso, el régimen de vida
para estos internos podrá establecer limitaciones regimentales iguales o
superiores a las fijadas para el régimen de cumplimiento de la sanción de
aislamiento en celda.
Artículo 91. Modalidades de vida.
1. Dentro del régimen cerrado se establecen dos modalidades en el sistema de
vida, según los internos sean destinados a Centros o módulos de régimen cerrado
o a departamentos especiales.
2. Serán destinados a Centros o módulos de régimen cerrado aquellos penados
clasificados en primer grado que muestren una manifiesta inadaptación a los
regímenes comunes.
3. Serán destinados a departamentos especiales aquellos penados clasificados en
primer grado que hayan sido protagonistas o inductores de alteraciones
regimentales muy graves, que hayan puesto en peligro la vida o integridad de los
funcionarios, Autoridades, otros internos o personas ajenas a la Institución,
tanto dentro como fuera de los Establecimientos y en las que se evidencie una
peligrosidad extrema.
Artículo 92. Reasignación de modalidades.
1. La asignación de las modalidades de vida previstas en el artículo anterior
será acordada por la Junta de Tratamiento, previo informe del Equipo Técnico, y
será autorizada por el Centro Directivo.
2. Procederá, en todo caso, la propuesta de reasignación de la modalidad en el
sistema de vida de los penados destinados en departamentos especiales que
muestren una evolución positiva, ponderando, entre otros, factores tales como:
a) Interés por la participación y colaboración en las actividades programadas.
b) Cancelación de sanciones o ausencia de las mismas durante períodos
prolongados de tiempo.
c) Una adecuada relación con los demás.
3. La asignación de modalidad de vida se revisará en el plazo máximo de tres
meses, se notificará al interno y se anotará en su expediente personal.
Artículo 93. Modalidad de vida en departamentos especiales.
1. El régimen de los departamentos especiales se ajustará a las siguientes
normas:
1.ª Los internos disfrutarán, como mínimo, de tres horas diarias de salida al
patio. Este número podrá ampliarse hasta tres horas más para la realización de
actividades programadas.
2.ª Diariamente deberá practicarse registro de las celdas y cacheo de los
internos. Cuando existan fundadas sospechas de que el interno posee objetos
prohibidos y razones de urgencia exijan una actuación inmediata, podrá
recurrirse al desnudo integral por orden motivada del Jefe de Servicios, dando
cuenta al Director. Este cacheo se practicará en la forma prevista en el
artículo 68.
3.ª En las salidas al patio no podrán permanecer, en ningún caso, más de dos
internos juntos. Este número podrá aumentarse hasta un máximo de cinco para la
ejecución de actividades programadas.
4.ª Los servicios médicos programarán las visitas periódicas a estos internos,
informando al Director sobre su estado de salud.
5.ª El Consejo de Dirección elaborará las normas de régimen interior sobre
servicios de barbería, duchas, peluquería, Economato, distribución de comidas,
limpieza de celdas y dependencias comunes, disposición de libros, revistas,
periódicos y aparatos de radio y televisión y sobre las ropas y enseres de que
podrán disponer los internos en sus celdas.
6.ª Para estos departamentos especiales se diseñará un modelo de intervención y
programas genéricos de tratamiento ajustados a las necesidades regimentales, que
estarán orientados a lograr la progresiva adaptación del interno a la vida en
régimen ordinario, así como a la incentivación de aquellos factores positivos de
la conducta que puedan servir de aliciente para la reintegración y reinserción
social del interno, designándose el personal necesario a tal fin.
2. Las normas de régimen interior elaboradas por el Consejo de Dirección, así
como los programas a que hace referencia el apartado anterior, serán remitidas
al Centro Directivo para su modificación o aprobación.
Artículo 94. Modalidad de vida en módulos o centros cerrados.
El régimen de los módulos o centros cerrados se ajustará a las siguientes
normas:
1.ª Los internos disfrutarán, como mínimo, de cuatro horas diarias de vida en
común. Este horario podrá aumentarse hasta tres horas más para la realización de
actividades previamente programadas.
2.ª El número de internos que, de forma conjunta, podrán realizar actividades
en grupo, será establecido por el Consejo de Dirección, previo informe de la
Junta de Tratamiento, con un mínimo de cinco internos.
3.ª La Junta de Tratamiento programará detalladamente las distintas actividades
culturales, deportivas, recreativas o formativas, laborales u ocupacionales que
se someterán a la aprobación del Consejo de Dirección. Estos programas se
remitirán al Centro Directivo para su autorización y seguimiento.
Artículo 95. Traslado de penados a departamentos de régimen cerrado.
1. El traslado de un penado desde un Establecimiento de régimen ordinario o
abierto a un Establecimiento de régimen cerrado o a uno de los departamentos
especiales contemplados en este Capítulo, competerá al Centro Directivo mediante
resolución motivada, previa propuesta razonada de la Junta de Tratamiento
contenida en el ejemplar de clasificación o, en su caso, en el de regresión de
grado. De este acuerdo se dará conocimiento al Juez de Vigilancia Penitenciaria
dentro de las setenta y dos horas siguientes a su adopción.
2. En el mismo plazo, se notificará al penado dicha resolución, mediante
entrega de copia de la misma, con expresión del recurso que puede interponer
ante el Juez de Vigilancia, conforme a lo dispuesto en el artículo 76.2, f) de
la Ley Orgánica General Penitenciaria.
3. Mediando motín, agresión física con arma u objeto peligroso, toma de rehenes
o intento violento de evasión, el traslado del penado a un Establecimiento de
régimen cerrado podrá acordarse por el Centro Directivo, aunque no se haya
producido resolución clasificatoria en primer grado, que, en todo caso, deberá
efectuarse dentro de los catorce días siguientes, dando cuenta inmediatamente
del traslado al Juez de Vigilancia.
CAPITULO V
Régimen de preventivos
Artículo 96. Tipos de régimen de preventivos.
1. Con carácter general, el régimen de los detenidos y presos será el previsto
en el Capítulo II de este Título.
2. No obstante lo anterior, conforme a lo establecido en el artículo 10 de la
Ley Orgánica General Penitenciaria, serán de aplicación, a propuesta de la Junta
de Tratamiento y con la aprobación del Centro Directivo, las normas previstas
para los Establecimientos de cumplimiento de régimen cerrado a los detenidos y
presos, cuando se trate de internos extremadamente peligrosos o manifiestamente
inadaptados al régimen ordinario.
3. La peligrosidad extrema o la inadaptación manifiesta se apreciarán
ponderando la concurrencia de los factores a que se refiere el artículo 102.5 de
este Reglamento, en cuanto sean aplicables a los internos preventivos.
Artículo 97. Preventivos en régimen cerrado.
1. El acuerdo de la Junta de Tratamiento a que se refiere el apartado 2 del
artículo anterior, requerirá, al menos, los informes razonados del Jefe de
Servicios y del Equipo Técnico y será siempre motivado.
2. El acuerdo se notificará al interno, mediante entrega de copia del mismo,
dentro de las veinticuatro horas siguientes a su adopción, con expresión del
derecho de acudir al Juez de Vigilancia, conforme a lo establecido en el
artículo 76.2, g) de la Ley Orgánica General Penitenciaria. Igualmente, dentro
de las setenta y dos horas siguientes a su adopción, se dará conocimiento al
Juez de Vigilancia, mediante remisión del contenido literal del acuerdo y de los
preceptivos informes en que se fundamenta. Si el acuerdo implica el traslado a
otro Establecimiento penitenciario, se comunicará dicha medida al Juez de
Vigilancia y a la Autoridad judicial de la que dependa el interno, sin perjuicio
de su ejecución inmediata.
3. En los supuestos previstos en el artículo 95.3, se procederá al traslado por
el Centro Directivo como se indica en dicho precepto, poniéndolo en conocimiento
tanto de la Autoridad judicial de que dependa el interno, como del Juez de
Vigilancia correspondiente.
Artículo 98. Revisión del acuerdo.
1. La permanencia de los detenidos y presos en el régimen cerrado será por el
tiempo necesario, hasta que desaparezcan o disminuyan significativamente las
razones o circunstancias que sirvieron de fundamento para su aplicación.
2. En todo caso, la revisión del acuerdo a que se refiere el artículo anterior,
no podrá demorarse más de tres meses, previa emisión de los preceptivos informes.
TITULO IV
De la separación y clasificación de los internos
CAPITULO I
Separación de los internos
Artículo 99. Separación interior.
1. Conforme a lo establecido en el artículo 16 de la Ley Orgánica General
Penitenciaria, los internos serán separados en el interior de los
Establecimientos teniendo en cuenta, con carácter prioritario, los criterios de
sexo, edad y antecedentes delictivos y, respecto de los penados, las exigencias
del tratamiento.
2. Respecto de la separación de los miembros de las Fuerzas y Cuerpos de
Seguridad del Estado y de los militares que sean internados en Establecimientos
penitenciarios comunes, deberá observarse lo dispuesto en la legislación
correspondiente.
3. Excepcionalmente, hombres y mujeres podrán compartir un mismo departamento
previo consentimiento de unos y otras y siempre que reúnan los requisitos
regulados en el Capítulo III del Título VII.
4. Los jóvenes menores de veintiún años sólo podrán ser trasladados a los
departamentos de adultos cuando así lo autorice la Junta de Tratamiento,
poniéndolo en conocimiento del Juez de Vigilancia.
CAPITULO II
Clasificación de penados
Artículo 100. Clasificación penitenciaria y principio de flexibilidad.
1. Además de las separaciones señaladas en el artículo anterior, tras el
ingreso los penados deberán ser clasificados en grados. Los grados serán
nominados correlativamente, de manera que el primero se corresponda con un
régimen en el que las medidas de control y seguridad serán más estrictas, el
segundo con el régimen ordinario y el tercero con el régimen abierto.
2. No obstante, con el fin de hacer el sistema más flexible, el Equipo Técnico
podrá proponer a la Junta de Tratamiento que, respecto de cada penado, se adopte
un modelo de ejecución en el que puedan combinarse aspectos característicos de
cada uno de los mencionados grados, siempre y cuando dicha medida se fundamente
en un programa específico de tratamiento que de otra forma no pueda ser
ejecutado. Esta medida excepcional necesitará de la ulterior aprobación del Juez
de Vigilancia correspondiente, sin perjuicio de su inmediata ejecutividad.
Artículo 101. Grados de clasificación.
1. La clasificación en segundo grado implica la aplicación de las normas
correspondientes al régimen ordinario de los Establecimientos.
2. El tercer grado determina la aplicación del régimen abierto en cualquiera de
sus modalidades.
3. El primer grado determina la aplicación de las normas del régimen cerrado.
Artículo 102. Variables y criterios de clasificación.
1. Para la individualización del tratamiento, tras la adecuada observación de
cada penado, se realizará su clasificación, que determinará el destino al
Establecimiento cuyo régimen sea más adecuado al tratamiento que se le haya
señalado y, en su caso, al grupo o sección más idónea dentro de aquél.
2. Para determinar la clasificación, las Juntas de Tratamiento ponderarán la
personalidad y el historial individual, familiar, social y delictivo del interno, la duración de las penas, el medio social al que retorne el recluso y los
recursos, facilidades y dificultades existentes en cada caso y momento para el
buen éxito del tratamiento.
3. Serán clasificados en segundo grado los penados en quienes concurran unas
circunstancias personales y penitenciarias de normal convivencia, pero sin
capacidad para vivir, por el momento, en semilibertad.
4. La clasificación en tercer grado se aplicará a los internos que, por sus
circunstancias personales y penitenciarias, estén capacitados para llevar a cabo
un régimen de vida en semilibertad.
5. Conforme a lo dispuesto en el artículo 10 de la Ley Orgánica General
Penitenciaria, se clasificarán en primer grado a los internos calificados de
peligrosidad extrema o inadaptación manifiesta y grave a las normas generales de
convivencia ordenada, ponderando la concurrencia de factores tales como:
a) Naturaleza de los delitos cometidos a lo largo de su historial delictivo,
que denote una personalidad agresiva, violenta y antisocial.
b) Comisión de actos que atenten contra la vida o la integridad física de las
personas, la libertad sexual o la propiedad, cometidos en modos o formas
especialmente violentos.
c) Pertenencia a organizaciones delictivas o a bandas armadas, mientras no
muestren, en ambos casos, signos inequívocos de haberse sustraído a la
disciplina interna de dichas organizaciones o bandas.
d) Participación activa en motines, plantes, agresiones físicas, amenazas o
coacciones.
e) Comisión de infracciones disciplinarias calificadas de muy graves o graves,
de manera reiterada y sostenida en el tiempo.
f) Introducción o posesión de armas de fuego en el Establecimiento
penitenciario, así como la tenencia de drogas tóxicas, estupefacientes y
sustancias psicotrópicas en cantidad importante, que haga presumir su destino al
tráfico.
Artículo 103. Procedimiento de clasificación inicial.
1. La propuesta de clasificación inicial penitenciaria se formulará por las
Juntas de Tratamiento, previo estudio del interno.
2. La propuesta se formulará en el impreso normalizado aprobado por el Centro
Directivo en el plazo máximo de dos meses desde la recepción en el
Establecimiento del testimonio de la sentencia.
3. El protocolo de clasificación penitenciaria contendrá la propuesta razonada
de grado y el programa individualizado de tratamiento, en el que se dará
cobertura a las necesidades y carencias detectadas en el interno en los ámbitos
señalados en el artículo 20.2 de este Reglamento. En el programa se señalarán
expresamente los destinos, actividades, programas educativos, trabajo y
actividades ocupacionales o de otro tipo que deba seguir el interno.
4. La resolución sobre la propuesta de clasificación penitenciaria se dictará,
de forma escrita y motivada, por el Centro Directivo en el plazo máximo de dos
meses desde su recepción.
5. La resolución de clasificación inicial se notificará al interno interesado,
indicándole en la notificación que, de no estar conforme con la misma, puede
acudir en vía de recurso ante el Juez de Vigilancia.
6. El Centro Directivo podrá ampliar el plazo para dictar la resolución de
clasificación inicial hasta un máximo de dos meses más, para la mejor
observación de la conducta y la consolidación de los factores positivos del
interno.
7. Cuando se trate de penados con condenas de hasta un año, la propuesta de
clasificación inicial formulada por la Junta de Tratamiento, adoptada por
acuerdo unánime de sus miembros, tendrá la consideración de resolución de
clasificación inicial a todos los efectos, salvo cuando se haya propuesto la
clasificación en primer grado de tratamiento, en cuyo caso la resolución
corresponderá al Centro Directivo.
8. En este supuesto, el acuerdo unánime de la Junta de Tratamiento de
clasificación inicial en segundo o tercer grado se notificará al interno, que
podrá ejercitar la impugnación referida en el apartado 5 de este artículo y se
remitirá al Centro Directivo.
9. Si la propuesta de la Junta de Tratamiento de clasificación en segundo o
tercer grado a que se refieren los apartados anteriores no fuese unánime, la
misma se remitirá al Centro Directivo para la resolución que proceda conforme a
lo establecido en los otros apartados de este artículo.
Artículo 104. Casos especiales.
1. Cuando un penado tuviese además pendiente una o varias causas en situación
de preventivo, no se formulará propuesta de clasificación inicial mientras dure
esta situación procesal.
2. Si un penado estuviese ya clasificado y le fuera decretada prisión
preventiva por otra u otras causas, quedará sin efecto dicha clasificación,
dando cuenta al Centro Directivo.
3. Para que un interno que no tenga extinguida la cuarta parte de la condena o
condenas pueda ser propuesto para tercer grado, deberá transcurrir el tiempo de
estudio suficiente para obtener un adecuado conocimiento del mismo y concurrir,
favorablemente calificadas, las variables intervinientes en el proceso de
clasificación penitenciaria enumeradas en el artículo 102.2, valorándose,
especialmente, el historial delictivo y la integración social del penado.
4. Los penados enfermos muy graves con padecimientos incurables, según informe
médico, con independencia de las variables intervinientes en el proceso de
clasificación, podrán ser clasificados en tercer grado por razones humanitarias
y de dignidad personal, atendiendo a la dificultad para delinquir y a su escasa
peligrosidad.
Artículo 105. Revisión de la clasificación inicial.
1. Cada seis meses como máximo, los internos deberán ser estudiados
individualmente para evaluar y reconsiderar, en su caso, todos los aspectos
establecidos en el modelo individualizado de tratamiento al formular su
propuesta de clasificación inicial.
2. Cuando la Junta de Tratamiento no considere oportuno proponer al Centro
Directivo cambio en el grado asignado, se notificará la decisión motivada al
interno, que podrá solicitar la remisión del correspondiente informe al Centro
Directivo para que resuelva lo procedente sobre el mantenimiento o el cambio de
grado. La resolución del Centro Directivo se notificará al interno con
indicación del derecho de acudir en vía de recurso ante el Juez de Vigilancia.
3. Cuando una misma Junta reitere por segunda vez la clasificación de primer
grado, el interno podrá solicitar que su próxima propuesta de clasificación se
haga por la Central Penitenciaria de Observación. El mismo derecho le
corresponderá cuando, encontrándose en segundo grado y concurriendo la misma
circunstancia, haya alcanzado la mitad del cumplimiento de la condena.
Artículo 106. Progresión y regresión de grado.
1. La evolución en el tratamiento penitenciario determinará una nueva
clasificación del interno, con la correspondiente propuesta de traslado al
Centro penitenciario adecuado o, dentro del mismo Centro, a otro departamento
con diferente modalidad de vida.
2. La progresión en el grado de clasificación dependerá de la modificación
positiva de aquellos factores directamente relacionados con la actividad
delictiva, se manifestará en la conducta global del interno y entrañará un
incremento de la confianza depositada en el mismo, que permitirá la atribución
de responsabilidades más importantes que impliquen un mayor margen de libertad.
3. La regresión de grado procederá cuando se aprecie en el interno, en relación
al tratamiento, una evolución negativa en el pronóstico de integración social y
en la personalidad o conducta del interno.
4. Cuando el interno no participe en un programa individualizado de tratamiento, la valoración de su evolución se realizará en la forma descrita en el artículo
112.4, salvo cuando la Junta de Tratamiento haya podido efectuar una valoración
de la integración social del interno por otros medios legítimos.
5. Para la resolución de las propuestas de progresión y de regresión de grado
se observarán las mismas formalidades, plazo y posible ampliación del mismo que
se prevén en el artículo 103 para la resolución de la clasificación inicial.
Artículo 107. Notificación al Ministerio Fiscal.
Todas las resoluciones de clasificación o progresión a tercer grado adoptadas
por el Centro Directivo o por acuerdo unánime de la Junta de Tratamiento según
lo previsto en el artículo 103.7, se notificarán, junto con el informe de la
Junta de Tratamiento, al Ministerio Fiscal dentro de los tres días hábiles
siguientes a la fecha de su adopción.
Artículo 108. Regresión provisional.
1. Si un interno clasificado en tercer grado no regresase al Centro
penitenciario después de haber disfrutado de un permiso de salida o de cualquier
otra salida autorizada, sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo 157.2, se
le clasificará provisionalmente en segundo grado, en espera de efectuar la
reclasificación correspondiente cuando vuelva a ingresar en un Centro
penitenciario.
2. Producido el reingreso, el Director del Centro acordará, como medida
cautelar, el pase provisional a régimen ordinario hasta que se efectúe la
reclasificación correspondiente.
3. En los supuestos de internos clasificados en tercer grado que fuesen
detenidos, ingresados en prisión, procesados o imputados judicialmente por
presuntas nuevas responsabilidades, el Director podrá suspender cautelarmente
cualquier nueva salida, así como acordar la separación interior que proceda y su
pase provisional a régimen ordinario, debiendo proceder la Junta de Tratamiento
inmediatamente a la reclasificación correspondiente en su caso.
Artículo 109. Central Penitenciaria de Observación.
1. Para el debido asesoramiento en materia de observación, clasificación y
tratamiento de los internos, existirá una Central Penitenciaria de Observación
con sede en los servicios centrales del Centro Directivo, en donde actuarán un
grupo de especialistas integrados en Equipos Técnicos con las siguientes
funciones:
a) Completar la labor de los Equipos Técnicos de los Establecimientos en sus
tareas específicas.
b) Informar sobre cuestiones de carácter técnico que se formulen por el Centro
Directivo, así como atender los requerimientos que los Jueces, Tribunales y
miembros del Ministerio Fiscal soliciten en materia pericial de las personas
sometidas a su jurisdicción
c) Realizar una labor de investigación criminológica.
d) Participar en las tareas docentes y de formación de funcionarios.
2. Dicha Central estudiará en los diversos Centros penitenciarios a aquellos
internos cuya clasificación resulte difícil o dudosa para las Juntas de
Tratamiento de los Establecimientos o los grupos o tipos de aquéllos cuyas
peculiaridades convenga investigar a juicio del Centro Directivo.
3. No obstante, el Centro Directivo podrá designar otra Junta de Tratamiento,
especialmente cualificada dadas las peculiaridades del interno, o cuando exista
un elevado número de internos en espera de ser estudiados por dicha Central.
TITULO V
Del tratamiento penitenciario
CAPITULO I
Criterios generales
Artículo 110. Elementos del tratamiento.
Para la consecución de la finalidad resocializadora de la pena privativa de
libertad, la Administración Penitenciaria:
a) Diseñará programas formativos orientados a desarrollar las aptitudes de los
internos, enriquecer sus conocimientos, mejorar sus capacidades técnicas o
profesionales y compensar sus carencias.
b) Utilizará los programas y las técnicas de carácter psicosocial que vayan
orientadas a mejorar las capacidades de los internos y a abordar aquellas
problemáticas específicas que puedan haber influido en su comportamiento
delictivo anterior.
c) Potenciará y facilitará los contactos del interno con el exterior contando,
siempre que sea posible, con los recursos de la comunidad como instrumentos
fundamentales en las tareas de reinserción.
Artículo 111. Juntas de Tratamiento y Equipos Técnicos.
1. Las tareas de observación, clasificación y tratamiento penitenciarios las
realizarán las Juntas de Tratamiento y sus decisiones serán ejecutadas por los
Equipos Técnicos, cuya composición y funciones se determinan en la Sección 2.ª
del Capítulo II del Título XI de este Reglamento.
2. Para la adecuada ejecución de estas actividades por los Equipos Técnicos se
contará con la colaboración del resto de los profesionales del ámbito
penitenciario. A tal fin, la Administración Penitenciaria desarrollará modelos
de gestión que incentiven la participación de todos los empleados públicos para
lograr programas de tratamiento eficaces.
3. Se facilitará la colaboración y participación de los ciudadanos y de
instituciones o asociaciones públicas o privadas.
Artículo 112. Participación del interno en el tratamiento.
1. Se estimulará la participación del interno en la planificación y ejecución
de su tratamiento.
2. Con este fin, el profesional del Equipo Técnico encargado de su seguimiento
le informará de los objetivos a alcanzar durante el internamiento y de los
medios y plazos más adecuados para conseguirlos.
3. El interno podrá rechazar libremente o no colaborar en la realización de
cualquier técnica de estudio de su personalidad, sin que ello tenga
consecuencias disciplinarias, regimentales ni de regresión de grado.
4. En los casos a que se refiere el apartado anterior, la clasificación inicial
y las posteriores revisiones de la misma se realizarán mediante la observación
directa del comportamiento y los informes pertinentes del personal penitenciario
de los Equipos Técnicos que tenga relación con el interno, así como utilizando
los datos documentales existentes.
CAPITULO II
Programas de tratamiento
Artículo 113. Actividades de tratamiento.
1. Las actividades de tratamiento se realizarán tanto en el interior de los
Centros penitenciarios como fuera de ellos, en función, en cada caso concreto,
de las condiciones más adecuadas para la consecución de los fines
constitucionales y legales de la pena privativa de libertad.
2. En todo caso, la Administración Penitenciaria tendrá en cuenta los recursos
existentes en la comunidad para la ejecución de las actividades del tratamiento
penitenciario.
Artículo 114. Salidas programadas.
1. Para la realización de actividades específicas de tratamiento podrán
organizarse salidas programadas destinadas a aquellos internos que ofrezcan
garantías de hacer un uso correcto y adecuado de las mismas. 2. En todo caso,
los internos serán acompañados por personal del Centro penitenciario o de otras
instituciones o por voluntarios que habitualmente realicen actividades
relacionadas con el tratamiento penitenciario de los reclusos.
3. Los requisitos necesarios para la concesión de salidas programadas serán los
establecidos para los permisos ordinarios de salida en el artículo 154 de este
Reglamento.
4. Las salidas programadas serán propuestas por la Junta de Tratamiento, que
solicitará la aprobación del Centro Directivo y la posterior autorización del
Juez de Vigilancia en aquellos supuestos en que la salida, por su duración y por
el grado de clasificación del interno, sea competencia de este órgano judicial.
5. Como regla general, la duración de las salidas programadas no será superior
a dos días y, en ningún caso, se computarán dentro de los límites establecidos
para los permisos ordinarios en el artículo 154.
6. En las salidas programadas se adoptarán en cada caso las medidas oportunas
referentes a la forma y medio de traslado, así como las medidas de seguridad
correspondientes.
Artículo 115. Grupos en comunidad terapéutica.
1. Para grupos determinados de internos, cuyo tratamiento lo requiera, se
podrán organizar en los Centros correspondientes programas basados en el
principio de comunidad terapéutica.
2. Siempre que el Centro Directivo autorice la constitución de uno de estos
grupos, la Junta de Tratamiento que esté al frente del mismo asumirá las
funciones que tienen atribuidas el Consejo de Dirección y la Comisión
Disciplinaria del Centro penitenciario, con exclusión de las que se refieran a
los aspectos económico-administrativos.
Artículo 116. Programas de actuación especializada.
1. Todo interno con dependencia de sustancias psicoactivas que lo desee, debe
tener a su alcance la posibilidad de seguir programas de tratamiento y
deshabituación, con independencia de su situación procesal y de sus vicisitudes
penales y penitenciarias.
2. Dentro del marco establecido en el Plan Nacional sobre Drogas, la
Administración Penitenciaria, en coordinación con otras Administraciones
Públicas o con otros organismos e instituciones debidamente acreditadas,
realizará en los Centros penitenciarios los programas de atención especializada
en drogodependencias que precisen los internos que voluntariamente lo soliciten.
3. Para la realización de programas permanentes relativos a drogodependencias,
el Centro Directivo podrá disponer de departamentos específicos ubicados en
diferentes áreas geográficas para evitar, en lo posible, el desarraigo social de
los internos que sigan un programa en ellos.
4. La Administración Penitenciaria podrá realizar programas específicos de
tratamiento para internos condenados por delitos contra la libertad sexual a
tenor de su diagnóstico previo y todos aquellos otros que se considere oportuno
establecer. El seguimiento de estos programas será siempre voluntario y no podrá
suponer la marginación de los internos afectados en los Centros penitenciarios.
Artículo 117. Medidas regimentales para la ejecución de programas
especializados para penados clasificados en segundo grado.
1. Los internos clasificados en segundo grado de tratamiento que presenten un
perfil de baja peligrosidad social y no ofrezcan riesgos de quebrantamiento de
condena, podrán acudir regularmente a una institución exterior para la
realización de un programa concreto de atención especializada, siempre que éste
sea necesario para su tratamiento y reinserción social.
2. Esta medida requerirá haber sido planificada con el interno por la Junta de
Tratamiento y estará condicionada a que aquél preste su consentimiento y se
comprometa formalmente a observar el régimen de vida propio de la institución y
las medidas de seguimiento y control que se establezcan en el programa, que no
podrán consistir en control personal por miembros de los Cuerpos y Fuerzas de
Seguridad del Estado.
3. La duración de cada salida diaria no excederá de ocho horas, y el programa
del que forme parte requerirá la autorización del Juez de Vigilancia. Si el
programa exigiera salidas puntuales o irregulares, la autorización corresponderá
al Centro Directivo.
4. La Junta de Tratamiento realizará la coordinación necesaria con la
institución para el seguimiento del programa.
5. La participación en el programa podrá ser revocada por decisión voluntaria
del interno, por el incumplimiento de las condiciones establecidas o por
circunstancias sobrevenidas que justifiquen esta decisión.
CAPITULO III
Formación, cultura y deporte
SECCIÓN 1.ª CRITERIOS GENERALES
Artículo 118. Programación de las actividades.
1. Las actividades educativas, formativas, socioculturales y deportivas se
determinarán por el Consejo de Dirección, teniendo en cuenta los planes de
actuación del Centro Directivo, a partir de los programas individualizados
elaborados por las Juntas de Tratamiento.
2. Los reclusos extranjeros tendrán las mismas posibilidades de acceso a la
formación y educación que los nacionales. Con este fin, la Administración
Penitenciaria procurará facilitarles los medios adecuados para aprender el
idioma castellano y la lengua cooficial de la Comunidad Autónoma donde radique
el Centro penitenciario.
Artículo 119. Incentivos.
1. El seguimiento con aprovechamiento de las actividades educativas y
formativas y, en general, de todas a las que se refiere el artículo anterior se
estimulará mediante los beneficios penitenciarios y recompensas que procedan.
2. Se expedirán a solicitud del interno certificaciones acreditativas de las
enseñanzas, cursos o actividades desarrollados, que no deberán contener
indicación alguna relativa a su obtención en un Establecimiento penitenciario.
Artículo 120. Tutorías y orientación académica.
1. La tutoría y orientación de los internos formará parte de la función docente. Cada grupo de alumnos tendrá un profesor tutor.
2. Los servicios educativos garantizarán la orientación académica,
psicopedagógica y profesional de los alumnos, especialmente en lo que se refiere
a las diversas opciones educativas y a la transición del sistema educativo a la
actividad laboral, prestando singular atención a la superación de hábitos
sociales marginales que condicionan el acceso a los distintos estudios y
profesiones.
Artículo 121. Traslados por motivos educativos.
1. El Centro Directivo podrá conceder, previo informe de la Junta de
Tratamiento, traslados de Establecimiento por motivos educativos, siempre que el
interno presente la solicitud con la debida antelación y no existan razones de
seguridad que lo desaconsejen.
2. En caso de traslado de un recluso a otro Centro penitenciario por cualquier
motivo, se incluirá en su expediente personal el historial escolar del mismo.
SECCIÓN 2.ª ENSEÑANZA OBLIGATORIA
Artículo 122. Formación básica.
1. Al ingresar en el Establecimiento, los internos que no posean titulaciones
correspondientes a las enseñanzas obligatorias del sistema educativo serán
examinados por el Maestro para conocer su nivel de instrucción y su perfil
educativo, así como para determinar el ciclo de enseñanza obligatoria en que
deberán ser incluidos.
2. Los servicios educativos determinarán los cursos que deba realizar el
interno, que tendrán carácter obligatorio sólo cuando los internos carezcan de
los conocimientos propios de la formación de las enseñanzas básicas.
3. En los aspectos académicos, la actividad educativa de los Centros
penitenciarios se ajustará a lo que dispongan las autoridades educativas bajo
cuyo ámbito se encuentre el Establecimiento penitenciario.
Artículo 123. Actuaciones prioritarias y complementarias.
1. La formación básica que se imparta a los analfabetos, a los jóvenes, a los
extranjeros y a las personas con problemas específicos para su acceso a la
educación tendrá carácter prioritario.
2. La educación para la salud será objeto de atención preferente.
3. La formación básica de los internos se complementará con las demás
actividades que sean necesarias para promover su desarrollo integral.
SECCIÓN 3.ª OTRAS ENSEÑANZAS
Artículo 124. Acceso.
1. La Administración Penitenciaria facilitará el acceso de los internos a
programas educativos de enseñanzas regladas y no regladas que contribuyan a su
desarrollo personal.
2. Con este fin, la Administración Penitenciaria promoverá, mediante acuerdos
con instituciones públicas y privadas, las actuaciones necesarias para que los
internos puedan cursar con aprovechamiento las enseñanzas que componen los
diferentes niveles del sistema educativo.
3. Cuando la participación en estos programas educativos implique
modificaciones regimentales, deberá solicitarse autorización de la Dirección del
Establecimiento, que podrá denegarla por razones de seguridad.
Artículo 125. Educación infantil para menores.
En las Unidades de Madres, la Unidad educativa programará cada año una serie de
actividades de carácter educativo para los menores.
SECCIÓN 4.ª MEDIOS PERSONALES Y MATERIALES
Artículo 126. Unidades Educativas.
1. En cada Centro penitenciario existirá una o varias Unidades Educativas para
el desarrollo de los cursos obligatorios de formación básica.
2. En cada Centro existirán Maestros responsables de las actividades educativas, que impartirán las enseñanzas que se determinen y serán responsables de la
educación presencial y a distancia que se programe en los diferentes niveles
educativos.
3. Las instalaciones educativas estarán acondicionadas y contarán con los
medios materiales necesarios para la realización de las actividades formativas
bajo el control de la Unidad Educativa.
Artículo 127. Bibliotecas.
1. En cada Establecimiento existirá una biblioteca y una sala de lectura bajo
la responsabilidad del Maestro que se determine.
2. Los internos podrán colaborar en la gestión de la biblioteca y proponer las
adquisiciones que consideren oportunas, y tendrán derecho a la utilización de
los fondos existentes en la misma.
3. En función del número de internos extranjeros existente en el Centro
penitenciario, la biblioteca podrá disponer de publicaciones editadas en los
idiomas extranjeros más usuales. A tal fin, se solicitará la cooperación de los
servicios consulares correspondientes y de las organizaciones privadas
apropiadas.
Artículo 128. Disposición de libros y periódicos.
1. Asimismo, los internos tienen derecho a disponer de libros, periódicos y
revistas de libre circulación en el exterior, con las limitaciones que, en casos
concretos, aconsejen las exigencias del tratamiento individualizado, previa
resolución motivada de la Junta de Tratamiento del Establecimiento. Contra dicha
resolución, que deberá ser notificada al interno, éste podrá acudir en queja
ante el Juez de Vigilancia. También estarán informados a través de audiciones
radiofónicas y televisivas.
2. En todo caso, no se autorizará la tenencia en el interior de los
Establecimientos, de publicaciones que carezcan de depósito legal o pie de
imprenta, con excepción de las editadas en el propio Centro penitenciario, así
como las que atenten contra la seguridad y buen orden del Establecimiento.
Cuando, como consecuencia de dicha prohibición, le sea retirada a algún interno
una publicación no autorizada, la resolución que se adopte se notificará al
interno y se comunicará al Juez de Vigilancia.
Artículo 129. Disposición de ordenadores personales.
1. Cuando razones de carácter educativo o cultural lo hagan necesario o
aconsejable para el desarrollo de los correspondientes programas formativos se
podrá autorizar que el interno disponga de un ordenador personal. Con este fin,
se exigirá que el interno presente una memoria justificativa de la necesidad
avalada por el Profesor o Tutor.
2. El uso del ordenador y del material informático se regulará en las
correspondientes normas de régimen interior y, en todo caso, quedará prohibida
la transmisión de cintas o «diskettes» y la conexión a redes de comunicación.
3. El Consejo de Dirección podrá retirar la autorización concedida cuando
existan fundadas sospechas de que se está haciendo un mal uso de la misma o
cuando la autorización no se corresponda con una necesidad real del interno. En
todo caso se entenderá que existen sospechas de un mal uso del ordenador cuando
el interno se niegue a mostrar el contenido de la totalidad de los archivos del
mismo, previo requerimiento del Consejo de Dirección.
SECCIÓN 5.ª FORMACIÓN PROFESIONAL, SOCIOCULTURAL Y DEPORTIVA
Artículo 130. Formación profesional y ocupacional.
1. Los internos que posean una baja cualificación profesional realizarán los
cursos de formación profesional y ocupacional que, de acuerdo con las
directrices de la Junta de Tratamiento, se les asignen.
2. Los cursos se organizarán con arreglo a los planes existentes para los
restantes ciudadanos en materia de formación profesional y ocupacional y de
inserción social y laboral.
3. La formación profesional constará de las partes teórica y práctica que se
fijen en los planes correspondientes.
Artículo 131. Actividades socioculturales y deportivas.
1. Con arreglo a las directrices marcadas por el Centro Directivo y de acuerdo
con las necesidades detectadas por las Juntas de Tratamiento, se programarán las
actividades culturales, deportivas y de apoyo más adecuadas para conseguir el
desarrollo integral de los internos.
2. Los internos podrán proponer las actividades socioculturales y deportivas
que deseen realizar.
3. La Administración Penitenciaria promoverá la máxima participación de los
internos en la realización de las actividades culturales, deportivas y de apoyo
que se programen, que se destinarán al mayor número posible de internos y
tendrán continuidad durante todo el año.
4. Las actividades culturales, deportivas y de apoyo, así como la participación
en las mismas de los internos, los profesionales del Centro y los colaboradores
sociales del exterior, se coordinarán por la Junta de Tratamiento.
5. Se formará una cartilla donde figurarán todas las actuaciones formativas,
laborales, socioculturales y deportivas que hayan realizado los internos.
CAPITULO IV
Relación laboral especial penitenciaria
SECCIÓN 1.ª CRITERIOS GENERALES
Artículo 132. Concepto y caracteres.
El trabajo penitenciario de carácter productivo por cuenta ajena no realizado
mediante fórmulas cooperativas o similares, a que se refiere la letra c) del
artículo 27.1 de la Ley Orgánica General Penitenciaria, es un derecho y un deber
del interno, constituye un elemento fundamental del tratamiento cuando así
resulte de la formulación de un programa individualizado y tiene, además, la
finalidad de preparar a los internos para su acceso al mercado laboral cuando
alcancen la libertad.
Artículo 133. El deber de trabajar.
1. Todos los penados tienen el deber de trabajar conforme a sus aptitudes, ya
sea desarrollando el trabajo a que se refiere el artículo anterior o cualquiera
de las otras modalidades de ocupación establecidas en el artículo 27 de la Ley
Orgánica General Penitenciaria.
2. Quedarán exceptuados de esta obligación, sin perjuicio de poder disfrutar,
en su caso, de los beneficios penitenciarios:
a) Los sometidos a tratamiento médico por causa de accidente o enfermedad,
hasta que sean dados de alta.
b) Los que padezcan incapacidad permanente para toda clase de trabajos.
c) Los mayores de sesenta y cinco años de edad.
d) Los perceptores de prestaciones por jubilación.
e) Las mujeres embarazadas, con motivo del parto, durante dieciséis semanas
ininterrumpidas ampliables por parto múltiple hasta dieciocho semanas,
distribuidas antes y después del alumbramiento a opción de la interesada,
siempre que seis semanas sean inmediatamente posteriores al parto.
f) Los internos que no puedan trabajar por razón de fuerza mayor.
3. Los presos preventivos podrán trabajar conforme a sus aptitudes e
inclinaciones, a cuyo efecto la Administración Penitenciaria les facilitará los
medios de ocupación de que disponga. Cuando voluntariamente realicen trabajos
productivos encuadrados en la relación laboral especial penitenciaria gozarán,
en igualdad de condiciones con los penados, de las remuneraciones establecidas
para los mismos.
Artículo 134. Relación laboral especial penitenciaria.
1. Se entiende por relación laboral especial penitenciaria de los penados en
las instituciones penitenciarias la relación jurídica laboral establecida entre
el Organismo Autónomo Trabajo y Prestaciones Penitenciarias u órgano autonómico
competente de un lado, y de otro los internos trabajadores, como consecuencia
del desarrollo por estos últimos de las actividades laborales de producción por
cuenta ajena comprendidas en la letra c) del artículo 27.1 de la Ley Orgánica
General Penitenciaria, excluidas las actividades productivas mediante fórmulas
cooperativas o similares.
2. Queda excluido del ámbito de la relación laboral especial penitenciaria el
trabajo que realicen en el exterior los internos en régimen abierto y por
sistema de contratación ordinaria con empresas, que se regulará por la
legislación laboral común, sin perjuicio de la tutela de la ejecución de estos
contratos que pueda realizarse por la autoridad penitenciaria.
3. También quedan excluidas las diferentes modalidades de ocupación no
productiva que se desarrollen en los Establecimientos penitenciarios, tales como
la formación profesional, el estudio y la formación académica, las ocupacionales
que formen parte de un tratamiento, las prestaciones personales en servicios
auxiliares comunes del establecimiento, y las artesanales, intelectuales y
artísticas, y, en general, todas aquellas ocupaciones que no tengan naturaleza
productiva.
4. La relación laboral especial penitenciaria se regula por lo dispuesto en
este Reglamento y sus normas de desarrollo. Las demás normas de la legislación
laboral común, incluido el texto refundido de la Ley del Estatuto de los
Trabajadores, sólo serán aplicables en los casos en que se produzca remisión
expresa desde este Reglamento o la normativa de desarrollo.
5. Las cuestiones litigiosas derivadas de los conflictos individuales que se
promuevan por los internos trabajadores encuadrados en la relación laboral
especial penitenciaria se regirán por el texto refundido de la Ley de
Procedimiento Laboral. Para demandar al Organismo Autónomo Trabajo y
Prestaciones Penitenciarias u órgano autonómico competente será requisito previo
haber reclamado en vía administrativa en la forma establecida en las leyes.
6. Las infracciones y sanciones laborales de los trabajadores penitenciarios
encuadrados en la relación laboral especial penitenciaria se regirán por lo
dispuesto en el artículo 58 del texto refundido de la Ley del Estatuto de los
Trabajadores, en cuanto resulte de aplicación a dicha relación laboral especial.
7. Las actividades laborales retribuidas a que se refiere el apartado 1 de este
artículo, gozarán de la acción protectora de la Seguridad Social establecida en
la legislación vigente para los reclusos encuadrados en la relación laboral
especial penitenciaria.
SECCIÓN 2.ª DERECHOS Y DEBERES LABORALES
EN LA RELACIÓN LABORAL ESPECIAL PENITENCIARIA
Artículo 135. Derechos laborales.
1. Los reclusos trabajadores en talleres productivos tienen como derechos
laborales básicos los siguientes:
a) Derecho a que el trabajo productivo que pudiera ofertar la Administración
Penitenciaria sea remunerado.
b) Derecho a que se valore el trabajo productivo realizado y la laboriosidad
del interno en orden al régimen y tratamiento penitenciario, así como para la
concesión de beneficios penitenciarios cuando se cumplan los requisitos
establecidos por la legislación.
c) Derecho a participar en la organización y planificación del trabajo
productivo en la forma y con las condiciones establecidas en la legislación
penitenciaria.
2. En la realización del trabajo productivo en los talleres penitenciarios, los
internos trabajadores tienen derecho:
a) A la promoción y formación profesional en el trabajo.
b) A no ser discriminados para el empleo, o una vez empleados, por razones de
nacionalidad, sexo, estado civil, por la edad dentro de los límites marcados por
la legislación laboral y penitenciaria, raza, condición social, ideas religiosas
o políticas, así como por el idioma.
c) A su integridad física y a una adecuada política de seguridad e higiene en
el trabajo, de acuerdo con lo dispuesto en la legislación vigente sobre dicha
materia.
d) A la percepción puntual de la remuneración establecida por la legislación
penitenciaria, así como al descanso semanal y a las vacaciones anuales en las
condiciones establecidas en este Reglamento.
e) Al respeto a su intimidad, con las limitaciones exigidas por la ordenada
vida en prisión, y a la consideración debida a su dignidad, comprendida la
protección frente a ofensas verbales o físicas de naturaleza sexual.
Artículo 136. Deberes laborales.
Los reclusos trabajadores en talleres productivos tienen como deberes básicos:
a) Cumplir con las obligaciones concretas de su puesto de trabajo, con arreglo
a las reglas de la buena fe, diligencia y disciplina, así como con las que se
deriven de la actividad laboral comprendida en su programa individualizado de
tratamiento.
b) Observar las medidas de seguridad e higiene en el trabajo que se adopten.
c) Cumplir las órdenes e instrucciones de los funcionarios, maestros de taller
y monitores en el ejercicio regular de sus respectivas facultades.
d) Contribuir a conseguir el cumplimiento de los fines del trabajo y, en su
caso, de la productividad.
SECCIÓN 3.ª DURACIÓN DE LA RELACIÓN LABORAL ESPECIAL
PENITENCIARIA
Artículo 137. Duración.
1. La relación laboral especial tendrá la duración de la obra o servicio que se
realice.
2. En todo caso, la relación laboral especial cesará por alguna de las causas
recogidas en el artículo 152 de este Reglamento.
SECCIÓN 4.ª ORGANIZACIÓN LABORAL DEL TRABAJO PRODUCTIVO
Artículo 138. Organización del trabajo productivo.
1. Corresponde al Organismo Autónomo Trabajo y Prestaciones Penitenciarias u
órgano autonómico equivalente la organización y control del trabajo productivo
desarrollado por los reclusos en los talleres penitenciarios.
2. El trabajo productivo de los reclusos en los talleres penitenciarios podrá
organizarse directamente por la Administración Penitenciaria correspondiente o
encomendarse su gestión a personas físicas o jurídicas del exterior.
3. En sus relaciones recíprocas, el Organismo Autónomo Trabajo y Prestaciones
Penitenciarias u órgano autonómico competente y los trabajadores penitenciarios
se someterán a las exigencias de la buena fe.
Artículo 139. Trabajo con empresario del exterior.
1. La relación laboral que se establezca cuando los internos trabajadores
realicen trabajos en los talleres penitenciarios bajo la dirección de una
persona física o jurídica del exterior se ajustará a las características de la
relación laboral especial penitenciaria establecidas en este Reglamento.
2. No obstante, en estos casos, el empresario exterior podrá proponer al
Organismo Autónomo Trabajo y Prestaciones Penitenciarias u órgano autonómico
competente la sustitución de los internos trabajadores cuando concurran algunas
de las causas de suspensión o de extinción de la relación laboral especial
penitenciaria establecidas en los artículos 151 y 152, así como la amortización
o creación de puestos de trabajo.
Artículo 140. Dirección del trabajo y participación de los internos.
1. El trabajo productivo que se desarrolla en los talleres penitenciarios será
dirigido por el Organismo Autónomo Trabajo y Prestaciones Penitenciarias u
órgano equivalente autonómico, directamente o a través de personas físicas o
jurídicas del exterior.
2. Para la mejora de los resultados, los reclusos que realicen trabajos
productivos podrán participar, siempre que no interfieran los planes productivos
establecidos por el Organismo Autónomo u órgano equivalente autonómico, en la
organización y planificación del trabajo, con arreglo a los siguientes criterios:
a) Aportando ideas, individual o colectivamente, sobre los planes de trabajo y
los sistemas laborales.
b) Participando en la evaluación y análisis de los sistemas de producción y
formulando, a través de las comisiones sectoriales correspondientes, propuestas
para la fijación anual del módulo retributivo por el Consejo de Administración
del Organismo Autónomo Trabajo y Prestaciones Penitenciarias u órgano autonómico
equivalente.
c) Formando parte de los equipos encargados del control y mantenimiento de los
sistemas de seguridad e higiene en el trabajo.
3. Los reclusos que desarrollen trabajos productivos en los talleres
penitenciarios realizarán el trabajo que se les haya asignado bajo la dirección
y control de las personas encargadas de este cometido y del Director del
Establecimiento.
Artículo 141. Control de la actividad laboral.
El Organismo Autónomo Trabajo y Prestaciones Penitenciarias u órgano autonómico
competente podrán adoptar las medidas que estimen más oportunas de vigilancia y
control para verificar el cumplimiento por el trabajador de sus obligaciones y
deberes laborales, teniendo en cuenta, en su caso, el programa individualizado
de tratamiento y guardando, en su adopción y aplicación, la consideración debida
a la dignidad del interno.
Artículo 142. Sectores laborales.
1. El trabajo productivo penitenciario se desarrollará en los talleres
existentes en los Establecimientos penitenciarios o en los espacios que se
determinen por el Organismo Autónomo u órgano autonómico equivalente.
2. La actividad productiva se organizará en sectores laborales y estará
sometida a la normativa de seguridad e higiene en el trabajo correspondiente.
SECCIÓN 5.ª PROMOCIÓN EN LA RELACIÓN LABORAL ESPECIAL
PENITENCIARIA
Artículo 143. Categorías laborales.
Los reclusos trabajadores, atendiendo a su nivel de conocimientos, capacidad
laboral y funciones desempeñadas, serán clasificados en las siguientes
categorías:
a) Operario base: Los que desempeñan el conjunto de tareas necesarias para el
funcionamiento de los talleres productivos.
b) Operario superior: Los que, además de desempeñar las tareas necesarias para
el funcionamiento de los talleres productivos, colaboran en su organización y
desarrollo.
Artículo 144. Adjudicación de puestos de trabajo.
1. La Junta de Tratamiento adjudicará los puestos de trabajo vacantes a los
internos en función de las carencias o necesidades que presenten, seleccionando,
prioritariamente, a aquellos que precisen del trabajo productivo como parte de
su tratamiento individualizado, de acuerdo con el programa que establezca la
citada Junta.
2. El orden de prelación para la adjudicación de los restantes puestos de
trabajo productivo, que deberá respetar el principio de no discriminación en el
empleo enunciado en el artículo 135.2, b), se determinará según los siguientes
criterios:
a) Los internos penados sobre los preventivos, en todo caso.
b) Dentro de la misma situación penitenciaria, los internos con obligaciones
familiares sobre los que no las tengan.
c) La antigüedad de permanencia en el Establecimiento, la capacidad laboral y
la conducta penitenciaria.
3. El orden de prelación será acordado por la Junta de Tratamiento, tras el
análisis por los Equipos Técnicos de las circunstancias personales de los
internos.
4. La relación laboral especial penitenciaria se formalizará con la inscripción
del interno en el correspondiente libro de matrícula. También se anotará en
dicho libro la extinción de la relación laboral, así como su suspensión por
causa de traslado del interno a otro Centro penitenciario por tiempo no superior
a dos meses.
5. En caso de traslado del interno a otro Establecimiento se expedirá por el
responsable del taller correspondiente certificación acreditativa de todas las
circunstancias laborales del interno.
Artículo 145. Ascenso de categorías.
1. El ascenso de categoría laboral se producirá, con ocasión de vacante en la
categoría superior, en la forma que determine la Administración Penitenciaria.
2. Para que se pueda producir el ascenso, los aspirantes deberán superar una
prueba de aptitud ante un órgano colegiado en el que estarán representados los
internos trabajadores del taller productivo de que se trate.
Artículo 146. Compatibilidad del trabajo productivo con el tratamiento.
En la selección de los internos para un puesto de trabajo productivo se
valorarán todas las carencias, sean o no laborales, que presente el interno, de
tal forma que el desempeño del puesto de trabajo productivo no impida a los
internos acudir a las sesiones de tratamiento y asistir a las clases de los
niveles básicos de formación que establezca la legislación educativa.
SECCIÓN 6.ª REMUNERACIÓN DEL TRABAJO PRODUCTIVO
Artículo 147. Régimen retributivo.
1. La retribución que reciban los reclusos que realicen trabajos productivos en
los talleres penitenciarios, encuadrados en la relación laboral especial
penitenciaria, se determinará en función del rendimiento normal de la actividad
de que se trate, categoría profesional y horario de trabajo efectivamente
cumplido.
2. Para la determinación de la retribución, se aplicarán los parámetros
señalados en el apartado anterior a un módulo, para cuyo cálculo se tomará como
referencia el Salario Mínimo Interprofesional vigente en cada momento, de tal
manera que el salario resultante se fijará proporcionalmente al número de horas
realmente trabajadas y al rendimiento conseguido por el trabajador. Para el
operario superior el módulo se incrementará en un diez por ciento.
3. El módulo retributivo a que se refiere el apartado anterior, que se
determinará anualmente por el Consejo de Administración del Organismo Autónomo
Trabajo y Prestaciones Penitenciarias u órgano autonómico equivalente, incluirá
la parte proporcional de la retribución de los días de descanso semanal y de
vacaciones anuales retribuidas, así como las gratificaciones extraordinarias.
4. Las retribuciones podrán calcularse por producto o servicio realizado, por
tiempo o por cualquier otro sistema, aplicando lo señalado en los apartados
anteriores.
Artículo 148. Pago de las retribuciones.
1. El Organismo Autónomo Trabajo y Prestaciones Penitenciarias u órgano
autonómico equivalente efectuará el pago de las retribuciones mediante su
ingreso mensual en la cuenta de peculio del interno.
2. Las retribuciones del trabajo de los internos sólo serán embargables en las
condiciones y con los requisitos establecidos para el salario del trabajador
libre.
SECCIÓN 7.ª TIEMPO DE TRABAJO PRODUCTIVO
Artículo 149. Calendario y jornada laboral.
1. El Consejo de Dirección del Centro fijará el calendario laboral que regirá a
lo largo del año, con arreglo a la jornada máxima legal vigente en cada momento.
2. Con carácter general, los internos trabajadores tendrán derecho a un
descanso semanal de día y medio ininterrumpido durante la tarde del sábado y el
día completo del domingo. También serán días de descanso las fiestas laborales
de la localidad donde radique el Centro penitenciario.
3. Las vacaciones anuales de los internos trabajadores tendrán una duración de
treinta días naturales o la parte proporcional que corresponda en su caso. El
momento de su disfrute se condicionará a las orientaciones del tratamiento y a
las necesidades de trabajo en los sectores laborales.
4. Cuando sea necesario y previa conformidad de los trabajadores, el Director
del Centro podrá autorizar que la jornada laboral supere el número de horas
establecido en el calendario laboral, así como que sean laborables los sábados,
domingos o los días festivos. De esta decisión dará traslado al Consejo de
Dirección para su conocimiento.
Artículo 150. Permisos e interrupciones.
El trabajador, previo aviso y justificación, podrá ausentarse del trabajo
durante cualquier clase de permiso o salida autorizada previstos en este
Reglamento. En estos casos, las ausencias del trabajo no serán retribuidas, no
computándose los permisos o salidas autorizadas como vacaciones laborales.
SECCIÓN 8.ª SUSPENSIÓN Y EXTINCIÓN DE LA RELACIÓN LABORAL
ESPECIAL PENITENCIARIA
Artículo 151. Causas y efectos de la suspensión de la relación laboral especial
penitenciaria.
1. La relación laboral especial penitenciaria podrá suspenderse por las
siguientes causas:
a) Mutuo acuerdo de las partes.
b) Incapacidad temporal de los trabajadores penitenciarios.
c) Maternidad de la mujer trabajadora por un tiempo de dieciséis semanas
ininterrumpidas ampliables por parto múltiple hasta dieciocho semanas,
distribuidas como se indica en el artículo 133.2, e), de este Reglamento.
d) Suspensión de sueldo y empleo por el cumplimiento de sanciones
disciplinarias penitenciarias de aislamiento.
e) Fuerza mayor temporal.
f) Razones de tratamiento.
g) Por traslados de los internos siempre que la ausencia no sea superior a dos
meses, así como durante el disfrute de los permisos o salidas autorizadas a que
se refiere el artículo anterior.
2. La suspensión exonera de las obligaciones recíprocas de trabajar y remunerar
el trabajo.
3. En estos supuestos, la Dirección del Centro penitenciario podrá designar a
otro interno trabajador para el desempeño del puesto de trabajo mientras dure la
suspensión.
Artículo 152. Extinción de la relación laboral especial penitenciaria.
La relación laboral especial penitenciaria se extinguirá:
a) Por mutuo acuerdo de las partes.
b) Por la expiración del tiempo establecido o la realización de la obra o
servicio.
c) Por ineptitud del interno trabajador conocida o sobrevenida con
posterioridad al desempeño del puesto de trabajo adjudicado.
d) Por muerte, gran invalidez o invalidez permanente total o absoluta del
trabajador penitenciario.
e) Por haber cumplido el trabajador penitenciario los sesenta y cinco años de
edad.
f) Por fuerza mayor que imposibilite definitivamente la prestación del trabajo.
g) Por la excarcelación del trabajador penitenciario.
h) Por contratación con empresas del exterior para los penados clasificados en
tercer grado.
i) Por razones de tratamiento.
j) Por traslado del interno trabajador a otro Establecimiento penitenciario por
un período superior a dos meses.
k) Por dimisión del interno trabajador.
l) Por razones de disciplina y seguridad penitenciaria.
CAPITULO V
Trabajos ocupacionales no productivos
Artículo 153. Trabajo ocupacional.
1. En los Establecimientos penitenciarios podrán existir talleres ocupacionales
donde trabajen los reclusos, de acuerdo con los programas que se establezcan por
la Administración Penitenciaria competente o por la Junta de Tratamiento del
Centro.
2. Los reclusos que desarrollen trabajos ocupacionales podrán recibir
incentivos, recompensas o beneficios penitenciarios por la realización de su
trabajo.
3 Los beneficios económicos que pudieran existir por la venta de los productos
elaborados en los talleres ocupacionales se destinarán a la reposición de los
materiales necesarios para la elaboración de los productos, así como al pago de
incentivos a los internos.
4. Los trabajos desarrollados en los talleres ocupacionales no se encuadran en
la relación laboral de carácter especial regulada en el capítulo anterior, ni
gozan de la acción protectora de la Seguridad Social.
TITULO VI
De los permisos de salida
CAPITULO I
Clases, duración y requisitos de los permisos
Artículo 154. Permisos ordinarios.
1. Se podrán conceder, previo informe preceptivo del Equipo Técnico, permisos
de salida ordinarios de hasta siete días de duración como preparación para la
vida en libertad, hasta un total de treinta y seis o cuarenta y ocho días por
año a los condenados clasificados en segundo o tercer grado respectivamente,
siempre que hayan extinguido la cuarta parte de la condena o condenas y no
observen mala conducta.
2. Los límites máximos anuales de treinta y seis y cuarenta y ocho días de
permisos antes señalados, se distribuirán, como regla general, en los dos
semestres naturales de cada año, concediendo en cada uno de ellos hasta
dieciocho y veinticuatro días, respectivamente.
3. Dentro de los indicados límites no se computarán las salidas de fin de
semana propias del régimen abierto ni las salidas programadas que se regulan en
el artículo 114 de este Reglamento, ni los permisos extraordinarios regulados en
el artículo siguiente.
Artículo 155. Permisos extraordinarios.
1. En caso de fallecimiento o enfermedad grave de los padres, cónyuge, hijos,
hermanos y otras personas íntimamente vinculadas con los internos o de
alumbramiento de la esposa o persona con la que el recluso se halle ligado por
similar relación de afectividad, así como por importantes y comprobados motivos
de análoga naturaleza, se concederán, con las medidas de seguridad adecuadas en
su caso, permisos de salida extraordinarios, salvo que concurran circunstancias
excepcionales que lo impidan.
2. La duración de cada permiso extraordinario vendrá determinada por su
finalidad y no podrá exceder del límite fijado en el artículo anterior para los
permisos ordinarios.
3. Cuando se trate de internos clasificados en primer grado será necesaria la
autorización expresa del Juez de Vigilancia.
4. Se podrán conceder, con las medidas de seguridad adecuadas en su caso y
previo informe médico, permisos extraordinarios de salida de hasta doce horas de
duración para consulta ambulatoria extrapenitenciaria de los penados
clasificados en segundo o tercer grado, así como permisos extraordinarios de
hasta dos días de duración cuando los mismos deban ingresar en un hospital
extrapenitenciario. En este último caso, si el interno tuviera que permanecer
ingresado más de dos días, la prolongación del permiso por el tiempo necesario
deberá ser autorizada por el Juez de Vigilancia cuando se trate de penados
clasificados en segundo grado o por el Centro Directivo para los clasificados en
tercer grado.
5. Los permisos a que se refiere el apartado anterior no estarán sometidos, en
general, a control ni custodia del interno cuando se trate de penados
clasificados en tercer grado y podrán concederse en régimen de autogobierno para
los penados clasificados en segundo grado que disfruten habitualmente de
permisos ordinarios de salida.
Artículo 156. Informe del Equipo Técnico.
1. El informe preceptivo del Equipo Técnico será desfavorable cuando, por la
peculiar trayectoria delictiva, la personalidad anómala del interno o por la
existencia de variables cualitativas desfavorables, resulte probable el
quebrantamiento de la condena, la comisión de nuevos delitos o una repercusión
negativa de la salida sobre el interno desde la perspectiva de su preparación
para la vida en libertad o de su programa individualizado de tratamiento.
2. El Equipo Técnico establecerá, en su informe, las condiciones y controles
que se deban observar, en su caso, durante el disfrute del permiso de salida,
cuyo cumplimiento será valorado para la concesión de nuevos permisos.
Artículo 157. Suspensión y revocación de permisos de salida.
1. Cuando antes de iniciarse el disfrute de un permiso ordinario o
extraordinario, se produzcan hechos que modifiquen las circunstancias que
propiciaron su concesión, la Dirección podrá suspender motivadamente con
carácter provisional el permiso, poniéndose en conocimiento de la Autoridad
administrativa o judicial competente la suspensión para que resuelva lo que
proceda.
2. Si el interno aprovechase el disfrute de cualquier clase de permiso para
fugarse o cometiese un nuevo delito durante el mismo, quedará sin efecto el
permiso concedido, sin perjuicio de las consecuencias que se puedan derivar de
su conducta en el orden penal y penitenciario y de que dichas circunstancias
deban valorarse negativamente por el Equipo Técnico para la concesión de futuros
permisos ordinarios.
Artículo 158. Compatibilidad de permisos ordinarios y extraordinarios.
1. La concesión de un permiso extraordinario no excluye la de los ordinarios de
los internos clasificados en segundo o tercer grado de tratamiento.
2. En ningún caso se concederá un permiso extraordinario cuando el supuesto de
hecho o las circunstancias concurrentes permitan su tramitación como permiso
ordinario.
Artículo 159. Permisos de salida de preventivos.
Los permisos de salida regulados en este Capítulo podrán ser concedidos a
internos preventivos, previa aprobación, en cada caso, de la Autoridad judicial
correspondiente.
CAPITULO II
Procedimiento de concesión
Artículo 160. Iniciación e instrucción.
1. La solicitud de permisos de salida ordinarios o extraordinarios que formule
el interno será informada por el Equipo Técnico, que comprobará la concurrencia
de los requisitos objetivos exigidos para el disfrute del permiso, valorará las
circunstancias peculiares determinantes de su finalidad y establecerá, cuando
proceda, las condiciones y controles a que se refiere el artículo 156.
2. A la vista de dicho informe preceptivo, la Junta de Tratamiento acordará la
concesión o denegación del permiso solicitado por el interno.
Artículo 161. Concesión.
1. Si la Junta de Tratamiento acuerda conceder el permiso solicitado por el
interno, elevará dicho acuerdo, junto con el informe del Equipo Técnico, al Juez
de Vigilancia o al Centro Directivo, según se trate de internos clasificados en
segundo o tercer grado de tratamiento, respectivamente, para la autorización
correspondiente.
2. Los permisos ordinarios a penados de hasta dos días de
duración serán autorizados por el Centro Directivo.
3. Cuando se trate de internos preventivos será necesaria, en todo caso, la
autorización expresa de la Autoridad judicial a cuya disposición se encuentre el
interno.
4. En los supuestos de urgencia, el permiso extraordinario podrá ser autorizado
por el Director del Establecimiento, previa consulta al Centro Directivo si
hubiere lugar a ello, y sin perjuicio de comunicar a la Junta de Tratamiento la
autorización concedida.
Artículo 162. Denegación.
Cuando la Junta de Tratamiento acuerde denegar el permiso solicitado por el
interno, se notificará a éste la decisión motivada con indicación expresa de su
derecho a acudir en vía de queja al Juez de Vigilancia Penitenciaria.
TITULO VII
Formas especiales de ejecución
CAPITULO I
Internamiento en un Centro de Inserción Social
Artículo 163. Concepto.
1. Los Centros de Inserción Social son Establecimientos penitenciarios
destinados al cumplimiento de penas privativas de libertad en régimen abierto y
de las penas de arresto de fin de semana, así como al seguimiento de cuantas
penas no privativas de libertad se establezcan en la legislación penal y cuya
ejecución se atribuya a los servicios correspondientes del Ministerio de
Justicia e Interior u órgano autonómico competente. También se dedicarán al
seguimiento de los liberados condicionales que tengan adscritos.
2. La actividad penitenciaria en estos Centros tendrá por objeto esencial
potenciar las capacidades de inserción social positiva que presenten las
personas en ellos internadas mediante el desarrollo de actividades y programas
de tratamiento destinados a favorecer su incorporación al medio social.
Artículo 164. Funcionamiento.
1. El funcionamiento de estos Centros estará basado en el principio de
confianza en el interno y en la aceptación voluntaria por el mismo de los
programas de tratamiento.
2. Serán principios rectores de su actividad:
a) Integración, facilitando la participación plena del interno en la vida
familiar, social y laboral y proporcionando la atención que precise a través de
los servicios generales buscando su inserción en el entorno familiar y social
adecuado.
b) Coordinación, con cuantos organismos e instituciones públicas y privadas
actúen en la atención y reinserción de los internos, prestando especial atención
a la utilización de los recursos sociales externos, particularmente en materia
de sanidad, educación, acción formativa y trabajo.
3. Para el cumplimiento de sus fines, los Centros de Inserción Social contarán
con los órganos y equipo de profesionales que se determinen en las normas de
desarrollo de este Reglamento.
4. Los anteriores principios, en tanto que inspiradores de los Centros de
Inserción Social, configuran un funcionamiento específico de éstos dentro del
sistema penitenciario con finalidades, objetivos y normas propias. Dichas normas
deberán ser promulgadas por el Ministerio de Justicia e Interior u órgano
autonómico competente como complemento de este Reglamento, el cual se aplicará
supletoriamente a las mismas.
CAPITULO II
Unidades Dependientes
Artículo 165. Concepto.
1. Las Unidades Dependientes son unidades arquitectónicamente ubicadas fuera
del recinto de los Centros penitenciarios, preferentemente en viviendas
ordinarias del entorno comunitario, sin ningún signo de distinción externa
relativo a su dedicación.
2. Los servicios y prestaciones de carácter formativo, laboral y tratamental
que en ellas reciben los internos son gestionados de forma directa y preferente
por asociaciones u organismos no penitenciarios. Ello no obsta a que la
Administración Penitenciaria pueda participar también en tales tareas con
personal de ella dependiente, sin perjuicio de las funciones de control y
coordinación que le competen.
3. Administrativamente dependerán siempre de un Centro penitenciario,
conservando sus órganos colegiados y unipersonales las competencias y
responsabilidades respecto a los internos en ellas destinados recogidas en la
legislación vigente, con el mayor respeto posible a los principios de
especificidad y autonomía que confieren su razón de ser a estas Unidades.
4. Los Directores de los Centros penitenciarios deberán comunicar puntualmente
a la Secretaría de Estado u órgano autonómico equivalente cualquier modificación
que se produzca o esté prevista relativa a cualquiera de los datos
correspondientes a Unidades Dependientes de sus Centros penitenciarios.
5. Los penados en ellas destinados necesitarán estar clasificados en el tercer
grado de tratamiento, cumpliendo los requisitos establecidos en la legislación
general.
Artículo 166. Creación.
1. La creación de nuevas Unidades Dependientes se llevará a cabo mediante Orden
Ministerial o resolución autonómica equivalente, pudiendo venir propiciadas
estas actuaciones por la suscripción de acuerdos o convenios de colaboración
entre la Administración Penitenciaria correspondiente y otras Instituciones
dedicadas a la resocialización de los internos.
2. Todas las Unidades Dependientes contarán con unas normas de funcionamiento
interno, que recogerán las obligaciones y derechos específicos de los residentes, el horario general, así como las normas de convivencia y comunicaciones
internas. Tales normas se fijarán, con la adecuación a las previstas en el
apartado siguiente, por los responsables de la Unidad y deberán obtener la
aprobación del Consejo de Dirección del Centro penitenciario, previo informe de
la Junta de Tratamiento.
3. Existirán igualmente unas normas de organización y seguimiento, en las que
se recogerán, entre otros extremos, los objetivos específicos de la Unidad, los
perfiles preferentes de los internos a ella destinados, la composición de los
órganos mixtos integrados por la Administración Penitenciaria y la Institución
correspondiente para el seguimiento del funcionamiento de la Unidad, el régimen
ordinario de reuniones, sus pautas concretas de actuación y el servicio que en
ellas deban prestar funcionarios penitenciarios. Tales normas se prepararán por
la Junta de Tratamiento del Centro penitenciario de forma coordinada con la
Institución no penitenciaria y deberán ser aprobadas por el Centro Directivo.
Artículo 167. Selección y destino.
1. La selección de los internos que hayan de ser destinados a una Unidad
Dependiente se llevará a cabo por la Junta de Tratamiento, atendiendo a los
criterios generales para la clasificación en tercer grado y a los perfiles
preferentes existentes en cada una de ellas.
2. El destino de un interno a una Unidad Dependiente precisa de su previa y
expresa aceptación de la normativa propia de la Unidad, de acuerdo con los
principios de mutua confianza y autorresponsabilidad que informan el régimen
abierto.
3. Por el Director del Establecimiento se dará cuenta al Juez de Vigilancia
Penitenciaria del destino de cada interno a la Unidad Dependiente, así como de
los posibles cambios de destino que se produzcan.
CAPITULO III
Internamiento en un Establecimiento o Departamento Mixto
Artículo 168. Centros o Departamentos Mixtos.
Con carácter excepcional, el Centro Directivo, de conformidad con lo dispuesto
en el artículo 16, a), de la Ley Orgánica General Penitenciaria podrá, para
ejecutar programas específicos de tratamiento o para evitar la desestructuración
familiar, establecer, para grupos determinados de población penitenciaria,
Centros o Departamentos Mixtos donde indistintamente puedan ser destinados
hombres y mujeres.
Artículo 169. Voluntariedad.
1. Cuando las Juntas de Tratamiento, contando con el consentimiento de los
seleccionados exigido en el artículo 99.3 de este Reglamento, formulen
propuestas de destino a un Establecimiento de este tipo, deberán valorar
ponderadamente todas las circunstancias personales y penitenciarias concurrentes
y, especialmente, las variables de autocontrol individual de los internos.
2. No podrán ser destinados a estos Departamentos Mixtos los internos
condenados por delitos contra la libertad sexual.
Artículo 170. Comunidad terapéutica.
El Centro Directivo podrá autorizar que se organicen en estos Establecimientos
grupos de comunidad terapéutica en la forma y condiciones establecidas en el
artículo 115 de este Reglamento.
Artículo 171. Actividades en común.
En función de la diferenciación sexual de los residentes, los Consejos de
Dirección o la Junta de Tratamiento responsable en los supuestos de comunidad
terapéutica del artículo anterior, someterán al Centro Directivo para su
aprobación las normas de régimen interior, donde se detallarán qué tipo de
actividades pueden ser realizadas en común y aquellas otras para las que el
criterio general de separación de la Ley Orgánica General Penitenciaria debe
seguir presidiendo el régimen de vida.
Artículo 172. Cónyuges.
En todo caso, y salvo que razones de tratamiento, clasificación, seguridad o
buen orden del Establecimiento lo hagan desaconsejable se fomentará la plena
convivencia de los cónyuges que se encuentren privados de libertad.
CAPITULO IV
Internamiento en departamentos para jóvenes
Artículo 173. Principios generales.
1. El régimen de vida de los departamentos para jóvenes se caracterizará por
una acción educativa intensa. Se considera jóvenes a los internos menores de
veintiún años y, excepcionalmente, los que no hayan alcanzado los veinticinco
años de edad.
2. El personal adscrito a los departamentos para jóvenes dirigirá sus
actuaciones a la formación integral de los internos, potenciando y desarrollando
sus capacidades por medio de técnicas compensatorias que les ayuden a mejorar
sus conocimientos y capacidades, de modo que se incrementen sus oportunidades de
reinserción en la sociedad.
3. Se fomentará, en la medida de lo posible, el contacto del interno con su
entorno social, utilizando al máximo los recursos existentes y procurando la
participación de las instituciones comunitarias en la vida del departamento.
Artículo 174. Medios y programas.
1. Como consecuencia de lo dispuesto en el artículo anterior, todos los medios
educativos de atención especializada y todos los demás medios apropiados deberán
estar disponibles y ser utilizados para responder a las necesidades del
tratamiento personalizado del interno.
2. Las condiciones arquitectónicas y ambientales, el sistema de convivencia y
la organización de la vida del departamento se estructurarán de manera que se
garantice el desarrollo de cinco programas fundamentales:
a) Un programa de formación instrumental y formación básica, entendida como una
formación general y compensadora de una educación deficitaria en relación con el
desarrollo y las exigencias de la sociedad actual. Este ámbito ha de permitir el
acceso del interno a todos los niveles de enseñanza establecidos en la
ordenación del sistema educativo.
b) Un programa de formación laboral que comprenda tanto el aprendizaje inicial
para poder incorporarse al mercado de trabajo, como la actualización, la
reconversión y el perfeccionamiento de conocimientos y habilidades para ejercer
una profesión o un oficio según las exigencias del desarrollo social y del
cambio constante del sistema productivo.
c) Un programa de formación para el ocio y la cultura que pretenda el
aprovechamiento del tiempo libre con finalidades formativas y la profundización
en los valores cívicos.
d) Un programa dirigido a la educación física y el deporte que permita, además
de mejorar el estado de su organismo, liberar tensiones tanto físicas como
psicológicas.
e) Un programa de intervención dirigido a aquellas problemáticas de tipo
psicosocial, de drogodependencias o de otro tipo que dificulten la integración
social normalizada de los internos.
Artículo 175. Educación.
1. Al diseñar el modelo individualizado de intervención o el programa de
tratamiento, se establecerá un proyecto educativo de acuerdo con las
características personales de cada joven internado.
2. El proyecto educativo del joven será objeto de seguimiento y de evaluación
periódica y en su ejecución participarán todos los profesionales que atiendan al
interno.
Artículo 176. Régimen.
Atendiendo al régimen, los módulos o departamentos de jóvenes se diversificarán
en distintos tipos según que los internos a ellos destinados se encuentren
clasificados en primero, segundo o tercer grado de tratamiento.
Artículo 177. Modalidades de vida.
Para alcanzar los objetivos establecidos en cada programa individualizado de
ejecución y potenciar el interés, la colaboración y la participación de los
internos en su tratamiento, será preciso poner en práctica un sistema flexible
de separación, a cuyo efecto en cada departamento se establecerán diversas
modalidades de vida, caracterizadas por márgenes progresivos de confianza y
libertad.
CAPITULO V
Internamiento en Unidades de Madres
Artículo 178. Normas de funcionamiento.
De acuerdo con lo establecido en el artículo 17, la Administración
Penitenciaria dispondrá para los menores y sus madres de Unidades de Madres, que
se regirán, en sus aspectos esenciales, por las siguientes normas:
1.ª La Junta de Tratamiento programará las actividades formativas y lúdicas,
así como las salidas programadas al exterior de los menores, con especial
atención a su integración social en la comunidad donde esté ubicado el
Establecimiento, a cuyo fin contará con la colaboración de los especialistas a
que se refieren las normas 2.ª y 3.ª y de los servicios sociales del Centro
correspondiente.
2.ª En estas Unidades existirá un Especialista de Educación Infantil que
orientará la programación educacional y lúdica de las actividades de los menores.
3.ª Los menores tendrán cubierta la asistencia médica en el Establecimiento
por un especialista en Pediatría.
4.ª La Administración garantizará a los menores las horas de descanso y de
juego que aquéllos precisen. A estos fines, se dedicará un espacio suficiente de
acción formativa con elementos de juego y de entretenimiento.
5.ª El régimen de visitas del menor sólo podrá restringirse de forma
transitoria por razones de orden y de seguridad del Establecimiento.
6.ª En el caso de madres que carezcan de medios económicos suficientes, la
Administración proveerá lo necesario para el cuidado infantil de los hijos con
los que compartan su internamiento.
Artículo 179. Horario flexible.
Con relación a las internas con hijos menores clasificadas en tercer grado, la
Junta de Tratamiento podrá aprobar un horario adecuado a sus necesidades
familiares con el fin de fomentar el contacto con sus hijos en el ambiente
familiar, pudiendo pernoctar en el domicilio e ingresar en el Establecimiento
durante las horas diurnas que se determinen.
Artículo 180. Unidades Dependientes.
El Centro Directivo podrá autorizar, a propuesta de la Junta de Tratamiento,
que las internas clasificadas en tercer grado de tratamiento con hijos menores
sean destinadas a Unidades Dependientes exteriores, donde éstos podrán
integrarse plenamente en el ámbito laboral y escolar.
Artículo 181. Adopción de medidas excepcionales.
Cuando se detecte que un menor es objeto de malos tratos, físicos o psíquicos o
es utilizado por su madre o familiares para introducir o extraer del
Establecimiento sustancias u objetos no autorizados, el Consejo de Dirección,
previo informe de la Junta de Tratamiento, lo comunicará a la Autoridad
competente en materia de menores para que decida lo que estime procedente.
CAPITULO VI
Cumplimiento en Unidades extrapenitenciarias
Artículo 182. Internamiento en centro de deshabituación y en centro educativo
especial.
1. El Centro Directivo podrá autorizar la asistencia en instituciones
extrapenitenciarias adecuadas, públicas o privadas, de penados clasificados en
tercer grado que necesiten un tratamiento específico para deshabituación de
drogodependencias y otras adicciones, dando cuenta al Juez de Vigilancia.
2. La autorización estará sometida a las siguientes condiciones, que deberán
constatarse en el protocolo del interno instruido al efecto:
a) Programa de deshabituación aprobado por la institución de acogida, que
deberá contener el compromiso expreso de la institución de acoger al interno y
de comunicar al Centro penitenciario las incidencias que surjan en el
tratamiento.
b) Consentimiento y compromiso expresos del interno para observar el régimen de
vida propio de la institución de acogida.
c) Programa de seguimiento del interno, aprobado conjuntamente por el Centro
penitenciario y la institución de acogida, que deberá contener los controles
oportunos establecidos por el Centro, cuya aceptación previa y expresa por el
interno será requisito imprescindible para poder conceder la autorización.
3. La Administración Penitenciaria correspondiente celebrará los convenios
necesarios con otras Administraciones Públicas o con entidades colaboradoras
para la ejecución de las medidas de seguridad privativas de libertad previstas
en el Código Penal.
CAPITULO VII
Internamiento en un Establecimiento o Unidades Psiquiátricas penitenciarias
Artículo 183. Objeto.
Los Establecimientos o Unidades Psiquiátricas penitenciarias son aquellos
centros especiales destinados al cumplimiento de las medidas de seguridad
privativas de libertad aplicadas por los Tribunales correspondientes.
Artículo 184. Ingreso.
El ingreso en estos Establecimientos o Unidades Psiquiátricas penitenciarias se
llevará a cabo en los siguientes casos:
a) Los detenidos o presos con patología psiquiátrica, cuando la autoridad
judicial decida su ingreso para observación, de acuerdo con lo establecido en la
Ley de Enjuiciamiento Criminal, durante el tiempo que requiera la misma y la
emisión del oportuno informe.
Una vez emitido el informe, si la autoridad judicial no decidiese la libertad
del interno, el Centro Directivo podrá decidir su traslado al Centro que le
corresponda.
b) Personas a las que por aplicación de las circunstancias eximentes
establecidas en el Código Penal les haya sido aplicada una medida de seguridad
de internamiento en centro psiquiátrico penitenciario.
c) Penados a los que, por enfermedad mental sobrevenida, se les haya impuesto
una medida de seguridad por el Tribunal sentenciador en aplicación de lo
dispuesto en el Código Penal y en la Ley de Enjuiciamiento Criminal que deba ser
cumplida en un Establecimiento o Unidad psiquiátrica penitenciaria.
Artículo 185. Equipo multidisciplinar.
1. Para garantizar un adecuado nivel de asistencia, los Establecimientos o
Unidades Psiquiátricas penitenciarias dispondrán, al menos, de un Equipo
multidisciplinar, integrado por los psiquiatras, psicólogos, médicos generales,
enfermeros y trabajadores sociales que sean necesarios para prestar la
asistencia especializada que precisen los pacientes internados en aquéllos.
También contarán con los profesionales y el personal auxiliar necesario para la
ejecución de los programas de rehabilitación.
2. La Administración Penitenciaria solicitará la colaboración necesaria de
otras Administraciones Públicas con competencia en la materia para que el
tratamiento psiquiátrico de los internos continúe, si es necesario, después de
su puesta en libertad y para que se garantice una asistencia social
postpenitenciaria de carácter psiquiátrico, así como para que los enfermos cuya
situación personal y procesal lo permita puedan ser integrados en los programas
de rehabilitación y en las estructuras intermedias existentes en el modelo
comunitario de atención a la salud mental.
Artículo 186. Atención, destino e informe a la Autoridad judicial en el momento
del ingreso.
1. En el momento de ingresar, el paciente será atendido por el facultativo de
guardia, quien, a la vista de los informes del Centro de procedencia y del
resultado de su reconocimiento, dispondrá lo conveniente respecto al destino de
aquél a la dependencia más adecuada y al tratamiento a seguir hasta que sea
reconocido por el psiquiatra.
2. El equipo que atienda al paciente deberá presentar un informe a la Autoridad
judicial correspondiente, en el que se haga constar la propuesta que se formula
sobre cuestiones como el diagnóstico y la evolución observada con el tratamiento, el juicio pronóstico que se formula, la necesidad del mantenimiento, cese o
sustitución del internamiento, la separación, el traslado a otro Establecimiento
o Unidad Psiquiátrica, el programa de rehabilitación, la aplicación de medidas
especiales de ayuda o tratamiento, así como las que hubieran de tenerse en
cuenta para el momento de la salida de aquél del Centro.
Artículo 187. Revisión.
1. La peculiaridad del internamiento de los enajenados reclama una información
periódica para el debido control judicial, a cuyo efecto la situación personal
del paciente será revisada, al menos, cada seis meses por el Equipo
multidisciplinar, emitiendo un informe sobre su estado y evolución.
2. El informe a que se hace referencia en el apartado anterior, así como el
previsto en el artículo 186 serán remitidos al Ministerio Fiscal a los efectos
procedentes.
Artículo 188. Régimen de los Establecimientos o Unidades Psiquiátricas.
1. La separación en los distintos departamentos de que consten los
Establecimientos o Unidades se hará en atención a las necesidades asistenciales
de cada paciente.
2. Las restricciones a la libertad personal del paciente deben limitarse a las
que sean necesarias en función del estado de salud de aquél o del éxito del
tratamiento.
3. El empleo de medios coercitivos es una medida excepcional, que sólo podrá
ser admitida por indicación del facultativo y durante el tiempo mínimo
imprescindible previo al efecto del tratamiento farmacológico que esté indicado,
debiéndose respetar, en todo momento, la dignidad de la persona. Incluso en los
supuestos de que médicamente se considere que no hay alternativa alguna a la
aplicación de los medios expresados, la medida debe ser puntualmente puesta en
conocimiento de la Autoridad judicial de la que dependa el paciente, dándose
traslado documental de su prescripción médica.
4. Las disposiciones de régimen disciplinario contenidas en este Reglamento no
serán de aplicación a los pacientes internados en estas instituciones.
Artículo 189. Actividades rehabilitadoras.
Con el fin de incrementar las posibilidades de desinstitucionalización de la
población internada y facilitar su vuelta al medio social y familiar, así como
su integración en los recursos sanitarios externos, en los Establecimientos o
Unidades se establecerá, con soporte escrito, una programación general de
actividades rehabilitadoras, así como programas individuales de rehabilitación
para cada paciente, no debiendo limitarse la aplicación de estas medidas a
quienes presenten mayores posibilidades de reinserción laboral o social, sino
abarcando también a aquellos que, aun teniendo más dificultades para su
reinserción, puedan, no obstante, mejorar, mediante la aplicación de los
correspondientes tratamientos, aspectos tales como la autonomía personal y la
integración social.
Artículo 190. Relaciones con el exterior.
Las comunicaciones con el exterior de los pacientes se fijarán en el marco del
programa individual de rehabilitación de cada uno de aquéllos, indicando el
número de comunicaciones y salidas, la duración de las mismas, las personas con
quienes los pacientes puedan comunicar y las condiciones en que se celebren las
mencionadas comunicaciones.
Artículo 191. Criterios de localización y diseño.
1. Para fijar la ubicación y el diseño de las instalaciones psiquiátricas,
deberán tenerse en cuenta, como elementos determinantes, factores tales como los
criterios terapéuticos, la necesidad de favorecer el esparcimiento y la
utilización del ocio por parte de los pacientes internados, así como la
disposición de espacio suficiente para el adecuado desarrollo de las actividades
terapéuticas y rehabilitadoras.
2. La Administración Penitenciaria procurará que la distribución territorial de
las instalaciones psiquiátricas penitenciarias favorezca la rehabilitación de
los enfermos a través del arraigo en su entorno familiar, mediante los
correspondientes acuerdos y convenios con las Administraciones sanitarias
competentes.
TITULO VIII
De la libertad condicional y de los beneficios penitenciarios
CAPITULO I
Libertad condicional
Artículo 192. Libertad condicional.
Los penados clasificados en tercer grado que reúnan los demás requisitos
establecidos al efecto en el Código Penal cumplirán el resto de su condena en
situación de libertad condicional, conforme a lo dispuesto en dicho Código.
Artículo 193. Cómputo del tiempo cumplido.
Para el cómputo de las tres cuartas partes o, en su caso, dos terceras partes
de la pena, se tendrán en cuenta las siguientes normas:
1.ª El tiempo de condena que fuera objeto de indulto se rebajará al penado del
total de la pena impuesta, a los efectos de aplicar la libertad condicional,
procediendo como si se tratase de una nueva pena de inferior duración.
2.ª Cuando el penado sufra dos o más condenas de privación de libertad, la suma
de las mismas será considerada como una sola condena a efectos de aplicación de
la libertad condicional. Si dicho penado hubiera sido objeto de indulto, se
sumará igualmente el tiempo indultado en cada una para rebajarlo de la suma
total.
Artículo 194. Iniciación del expediente.
La Junta de Tratamiento deberá iniciar la tramitación del correspondiente
expediente con la antelación necesaria para que no sufra retraso la concesión de
este beneficio.
Artículo 195. Expediente de libertad condicional.
El expediente de libertad condicional habrá de contener, en su caso, los
siguientes documentos:
a) Testimonio de sentencia o sentencias recaídas y de la correspondiente
liquidación de condena.
b) Certificación acreditativa de los beneficios penitenciarios y de la
clasificación en tercer grado.
c) Informe pronóstico de integración social, emitido por la Junta de
Tratamiento de acuerdo con lo establecido en el artículo 67 de la Ley Orgánica
General Penitenciaria.
d) Resumen de su situación penal y penitenciaria, con indicación de las fechas
de prisión continuada y de las de cumplimiento de las dos terceras partes y tres
cuartas partes de la condena, así como de la fecha de libertad definitiva.
Igualmente se indicarán los permisos de salida disfrutados y sus incidencias,
así como las sanciones y sus cancelaciones, para lo cual se podrá aportar copia
de los ficheros informáticos penitenciarios.
e) Programa individual de libertad condicional y plan de seguimiento.
f) Acta de compromiso de acogida por parte de su familia, persona allegada o
instituciones sociales extrapenitenciarias.
g) Manifestación del interesado sobre la localidad en que piensa fijar su
residencia y sobre si acepta la tutela y control de un miembro de los servicios
sociales del Centro, que informarán sobre las posibilidades de control del
interno. En la fijación de la residencia se habrá de tener en cuenta la
prohibición de residir en un lugar determinado o de volver a determinados
lugares que, en su caso, hubiera impuesto el Tribunal.
h) Manifestación del interesado sobre el trabajo o medio de vida de que
dispondrá al salir en libertad o, en el supuesto de que no disponga, informe de
los servicios sociales sobre la posibilidad de trabajo en el exterior.
i) Certificación literal del acta de la Junta de Tratamiento del
Establecimiento en la que se recoja el acuerdo de iniciación del expediente a
que se refiere el artículo anterior, donde, en su caso, se propondrá al Juez de
Vigilancia la aplicación de una o varias de las reglas de conducta previstas en
el artículo 105 del Código Penal.
Artículo 196. Libertad condicional de septuagenarios y enfermos terminales.
1. Se elevará al Juez de Vigilancia el expediente de libertad condicional de
los penados que hubiesen cumplido setenta años o los cumplan durante la
extinción de la condena. En el expediente deberá acreditarse el cumplimiento de
los requisitos establecidos en el Código Penal, excepto el de haber extinguido
las tres cuartas partes o, en su caso, las dos terceras partes de la condena o
condenas.
2. Igual sistema se seguirá cuando, según informe médico, se trate de enfermos
muy graves con padecimientos incurables. Cuando los servicios médicos del Centro
consideren que concurren las condiciones para la concesión de la libertad
condicional por esta causa, lo pondrán en conocimiento de la Junta de
Tratamiento, mediante la elaboración del oportuno informe médico.
3. En ambos supuestos, el expediente deberá contener los documentos a que se
refiere el artículo anterior, excepto los relativos a la letra h), junto con un
informe social en el que constará, en su caso, la admisión del interno por
alguna institución o asociación cuando éste carezca de vinculación o apoyo
familiar en el exterior. Cuando se trate de enfermos muy graves con
padecimientos incurables se incluirá en el expediente el informe médico
acreditativo de la enfermedad, así como de la gravedad e irreversibilidad de la
misma. En el caso de septuagenarios, se acreditará la edad del interno mediante
la certificación de nacimiento del mismo o, en su defecto, por cualquier medio
de prueba admitido en derecho.
4. La Administración velará para facilitar al penado el apoyo social externo
cuando carezca del mismo.
Artículo 197. Libertad condicional de extranjeros.
1. En el caso de internos extranjeros no residentes legalmente en España o de
españoles residentes en el extranjero, previa conformidad documentada del
interno, se elevará al Juez de Vigilancia su expediente de libertad condicional
recabando autorización para que aquél pueda disfrutar de esta situación en su
país de residencia, así como de las cautelas que hayan de adoptarse, en su caso,
al objeto de que dicha libertad se disfrute efectivamente en el país fijado. A
estos efectos, y siempre que las normas de Derecho Internacional lo permitan, se
podrá solicitar a las autoridades competentes del Estado del país fijado la
aplicación de las medidas de seguimiento y control de la libertad condicional
previstas en su legislación interna.
2. Con el fin de poder dar cumplimiento a la medida de expulsión prevista en el
artículo 89 del Código Penal, con antelación suficiente, se comunicarán al
Ministerio Fiscal las propuestas de libertad condicional de penados extranjeros
junto con un breve resumen de su situación penal y penitenciaria, en el que se
harán constar expresamente las fechas de cumplimiento de las dos terceras partes
y de las tres cuartas partes de su condena o condenas.
Artículo 198. Remisión al Juzgado de Vigilancia.
1. Concluido el expediente, la Junta de Tratamiento lo elevará al Juez de
Vigilancia, haciendo constar los certificados e informes necesarios para
acreditar la existencia de los requisitos legales y, en su caso, propuesta
razonada de autorización de la libertad condicional.
2. En todo caso, el expediente de libertad condicional deberá tener entrada en
el Juzgado de Vigilancia antes del cumplimiento del tiempo requerido de condena,
debiendo justificarse, en caso contrario, el retraso de su envío.
Artículo 199. Excarcelación.
1. Recibida en el Establecimiento la resolución judicial de poner en libertad
condicional a un penado, el Director la cumplimentará seguidamente remitiendo
copia al Centro Directivo y dando cuenta a la Junta de Tratamiento en la primera
sesión que se celebre.
2. El Director del Establecimiento expedirá al liberado condicional certificado
acreditativo de su situación.
3. Si el auto de libertad condicional se recibiera antes de la fecha de
cumplimiento prevista, no se procederá a ejecutar la libertad hasta el mismo día
de cumplimiento.
4. Si en el tiempo que medie entre la elevación y la fecha de cumplimiento el
penado observase mala conducta, se modificase su pronóstico o se descubriera
algún error o inexactitud en los informes aportados al expediente, el Director
dará cuenta inmediata al Juez de Vigilancia a fin de que éste adopte la
resolución que proceda.
Artículo 200. Control del liberado condicional.
1. Para su adecuado seguimiento y control, los liberados condicionales se
adscribirán al Centro penitenciario o al Centro de Inserción Social más próximo
al domicilio en que vayan a residir.
2. El seguimiento y control de los liberados condicionales, hasta el
cumplimiento total de la condena o, en su caso, hasta la revocación de la
libertad condicional, se efectuará por los servicios sociales penitenciarios del
Centro al que hayan sido adscritos, con arreglo a las directrices marcadas por
la Junta de Tratamiento correspondiente.
3. Con este fin, la Junta de Tratamiento, como continuación del modelo de
intervención de los penados, elaborará un programa individualizado para el
seguimiento de los liberados condicionales que se adscriban al Centro
penitenciario, que será ejecutado por los servicios sociales del mismo.
4. Las reglas de conducta que imponga, en su caso, el Juez de Vigilancia se
incorporarán al programa a que se refiere el apartado anterior.
5. Los informes que soliciten las Autoridades judiciales y los órganos
responsables del seguimiento y control de los liberados condicionales se
realizarán por los servicios sociales penitenciarios del Centro correspondiente.
Artículo 201. Causas de revocación.
1. El período de libertad condicional durará todo el tiempo que falte al
liberado para cumplir su condena siempre que durante el mismo observe un
comportamiento que no dé lugar a la revocación del beneficio y reingreso en
Establecimiento penitenciario.
2. Si en dicho período el liberado volviera a delinquir o inobservase las
reglas de conducta impuestas, en su caso, por el Juez de Vigilancia, el
responsable de los servicios sociales lo comunicará, con remisión de cuantos
datos puedan ser útiles, a éste para la adopción de la resolución que proceda
respecto a la revocación de la libertad condicional.
3. En caso de revocación, cuando el interno reingrese en prisión le será de
aplicación el régimen ordinario, hasta que por la Junta de Tratamiento se
proceda nuevamente a su clasificación.
CAPITULO II
Beneficios penitenciarios
Artículo 202. Concepto y clases.
1. A los efectos de este Reglamento, se entenderá por beneficios penitenciarios
aquellas medidas que permiten la reducción de la duración de la condena impuesta
en sentencia firme o de la del tiempo efectivo de internamiento.
2. Constituyen, por tanto, beneficios penitenciarios el adelantamiento de la
libertad condicional y el indulto particular.
Artículo 203. Finalidad.
Los beneficios penitenciarios responden a las exigencias de la
individualización de la pena en atención a la concurrencia de factores positivos
en la evolución del interno, encaminados a conseguir su reeducación y
reinserción social como fin principal de la pena privativa de libertad.
Artículo 204. Propuesta.
La propuesta de los beneficios penitenciarios requerirá, en todo caso, la
ponderación razonada de los factores que la motivan, así como la acreditación de
la concurrencia de buena conducta, el trabajo, la participación del interesado
en las actividades de reeducación y reinserción social y la evolución positiva
en el proceso de reinserción.
Artículo 205. Adelantamiento de la libertad condicional.
Las Juntas de Tratamiento de los Centros penitenciarios, previa emisión de un
pronóstico individualizado y favorable de reinserción social, podrán proponer al
Juez de Vigilancia competente el adelantamiento de la libertad condicional para
los penados clasificados en tercer grado, siempre que hayan extinguido las dos
terceras partes de su condena o condenas y que sean merecedores de dicho
beneficio por observar buena conducta y haber desarrollado continuadamente
actividades laborales, culturales u ocupacionales, conforme a lo establecido en
el Código Penal.
Artículo 206. Indulto particular.
1. La Junta de Tratamiento, previa propuesta del Equipo Técnico, podrá
solicitar del Juez de Vigilancia Penitenciaria la tramitación de un indulto
particular, en la cuantía que aconsejen las circunstancias, para los penados en
los que concurran, de modo continuado durante un tiempo mínimo de dos años y en
un grado que se pueda calificar de extraordinario, todas y cada una de las
siguientes circunstancias:
a) Buena conducta.
b) Desempeño de una actividad laboral normal, bien en el Establecimiento o en
el exterior, que se pueda considerar útil para su preparación para la vida en
libertad.
c) Participación en las actividades de reeducación y reinserción social.
2. La tramitación del indulto a que se refiere el párrafo anterior se regulará
por lo dispuesto en la vigente legislación sobre el ejercicio del derecho de
gracia y en las disposiciones que la complementen o modifiquen.
TITULO IX
De las prestaciones de la Administración Penitenciaria
CAPITULO I
Asistencia Sanitaria e Higiene
SECCIÓN 1.ª ASISTENCIA SANITARIA
Artículo 207. Asistencia integral.
1. La asistencia sanitaria tendrá carácter integral y estará orientada tanto a
la prevención como a la curación y la rehabilitación. Especial atención merecerá
la prevención de las enfermedades transmisibles.
2. A tal efecto, la Administración Penitenciaria y las Administraciones
Sanitarias formalizarán los correspondientes convenios de colaboración en
materia de salud pública y asistencia sanitaria, en los que se definirán los
criterios generales de coordinación, protocolos, planes y procedimientos, así
como la financiación a cargo de la Administración Penitenciaria de la asistencia, mediante el pago de la parte proporcional, según la población reclusa, de los
créditos fijados para estas atenciones, para cuyo cálculo se tendrá en cuenta el
número de internos que estén afiliados a la Seguridad Social o que tengan
derecho a la asistencia sanitaria gratuita.
3. La Administración Penitenciaria abonará a las Administraciones Sanitarias
competentes los gastos originados por las inversiones precisas para la
adecuación de las plantas de hospitalización o consultas de los Centros
Hospitalarios extrapenitenciarios por motivos de seguridad.
Artículo 208. Prestaciones sanitarias.
1. A todos los internos sin excepción se les garantizará una atención
médico-sanitaria equivalente a la dispensada al conjunto de la población.
Tendrán igualmente derecho a la prestación farmacéutica y a las prestaciones
complementarias básicas que se deriven de esta atención.
2. Las prestaciones sanitarias se garantizarán con medios propios o ajenos
concertados por la Administración Penitenciaria competente y las
Administraciones Sanitarias correspondientes.
Artículo 209. Modelo de atención sanitaria.
1. Atención primaria:
1.1 La atención primaria se dispensará con medios propios de la Administración
Penitenciaria o ajenos concertados por la misma. Los Establecimientos
penitenciarios contarán con un equipo sanitario de atención primaria que estará
integrado, al menos, por un médico general, un diplomado en enfermería y un
auxiliar de enfermería. Se contará igualmente, de forma periódica, con un
psiquiatra y un médico estomatólogo u odontólogo.
1.2 Los Centros de mujeres dispondrán además de los servicios periódicos de un
ginecólogo y, cuando convivan niños con sus madres, de un pediatra.
2. Asistencia especializada:
2.1 La asistencia especializada se asegurará, preferentemente, a través del
Sistema Nacional de Salud. Se procurará que aquellas consultas cuya demanda sea
más elevada se presten en el interior de los Establecimientos, con el fin de
evitar la excarcelación de los internos.
2.2 La asistencia especializada en régimen de hospitalización se realizará en
los hospitales que la autoridad sanitaria designe, salvo en los casos de
urgencia justificada, en que se llevará a cabo en el hospital más próximo al
Centro penitenciario.
2.3 Los convenios y protocolos que se formalicen, conforme a lo previsto en el
artículo 207.2, establecerán, al menos, las condiciones de acceso a la
asistencia de consultas externas, hospitalización y urgencia, reflejando la
programación de días y horarios de atención ambulatoria y los procedimientos a
seguir para las pruebas diagnósticas.
3. La dispensación farmaceútica y las prestaciones complementarias básicas se
harán efectivas por la Administración Penitenciaria, salvo en lo relativo a los
medicamentos de uso hospitalario y a los productos farmacéuticos que no estén
comercializados en España.
Artículo 210. Asistencia obligatoria en casos de urgencia vital.
1. El tratamiento médico-sanitario se llevará a cabo siempre con el
consentimiento informado del interno. Sólo cuando exista peligro inminente para
la vida de éste se podrá imponer un tratamiento contra la voluntad del
interesado, siendo la intervención médica la estrictamente necesaria para
intentar salvar la vida del paciente y sin perjuicio de solicitar la
autorización judicial correspondiente cuando ello fuese preciso. De estas
actuaciones se dará conocimiento a la Autoridad judicial.
2. La intervención médico-sanitaria también podrá realizarse sin el
consentimiento del paciente cuando el no hacerlo suponga un peligro evidente
para la salud o la vida de terceras personas. De estas actuaciones se dará
conocimiento a la Autoridad judicial.
3. Cuando por criterio facultativo se precise el ingreso del interno en un
Centro hospitalario y no se cuente con la autorización del paciente, la
Administración Penitenciaria solicitará de la Autoridad judicial competente la
autorización del ingreso de detenidos, presos o penados en un Centro
hospitalario, salvo en caso de urgencia en que la comunicación a dicha Autoridad
se hará posteriormente de forma inmediata.
Artículo 211. Investigaciones médicas.
1. Los internos no pueden ser objeto de investigaciones médicas más que cuando
éstas permitan esperar un beneficio directo y significativo para su salud y con
idénticas garantías que las personas en libertad.
2. Los principios éticos en materia de investigación sobre los seres humanos
deben aplicarse de forma estricta y, en particular, en lo que concierne al
consentimiento informado y a la confidencialidad. Toda investigación llevada a
cabo en prisión debe estar sometida a la aprobación de una comisión de ética o a
cualquier otro procedimiento que garantice el respeto a estos principios.
3. Los internos deberán ser informados de la existencia de los estudios
epidemiológicos que les afecten que se lleven a cabo en la prisión en la que se
encuentren.
Artículo 212. Equipo sanitario.
1. Al frente del equipo sanitario se hallará un Subdirector médico o Jefe de
los servicios médicos, que estará a las órdenes inmediatas del Director del
Establecimiento.
2. La vinculación a Instituciones Penitenciarias del personal sanitario ajeno
se podrá hacer tanto a través de convenios con otras Administraciones Públicas
como de conciertos con entidades privadas o contratos de prestación de servicios, trabajos específicos y concretos no habituales o cualquier otra modalidad de
contratación administrativa. Su dedicación estará en función de las necesidades
asistenciales de cada Establecimiento.
3. Los internos podrán solicitar a su costa servicios médicos privados de
profesionales ajenos a Instituciones Penitenciarias. La solicitud será aprobada
por el Centro Directivo, salvo cuando razones de seguridad aconsejen limitar
este derecho.
Artículo 213. Enfermerías y otras dependencias sanitarias.
1. En los Establecimientos existirá un local destinado a enfermería, dotado de
los medios materiales precisos para cubrir la asistencia médico-general y con
una capacidad proporcional al número real de internos en el Centro. La
enfermería deberá igualmente contar con el instrumental necesario para la
asistencia de las especialidades más frecuentemente requeridas. Además, en los
departamentos de mujeres habrá una dependencia con instrumental de obstetricia
para atender, excepcionalmente, a las mujeres en los supuestos de parto.
Igualmente, dispondrán de habitaciones destinadas al aislamiento sanitario de
los pacientes que lo precisen.
2. Todas las instalaciones indicadas se regirán por las normas específicas que
elabore el Consejo de Dirección y apruebe el Centro Directivo, a propuesta de la
unidad sanitaria del Establecimiento, con criterios exclusivamente médicos. La
Administración Penitenciaria recabará de las Administraciones sanitarias
competentes las autorizaciones preceptivas para el funcionamiento de las
unidades, servicios o dependencias sanitarias que así lo requieran.
3. Los servicios sanitarios penitenciarios serán responsables del control de la
higiene de las dependencias sanitarias de los Centros penitenciarios.
4. La custodia de medicamentos cuya ingestión sin control médico represente un
riesgo para la salud será responsabilidad de los servicios sanitarios
penitenciarios, debiendo cumplir los depósitos de medicamentos los
requerimientos legales.
Artículo 214. Apertura de la historia clínica.
1. Todos los internos, a su ingreso en el Establecimiento, serán examinados por
un médico. El reconocimiento se llevará a cabo durante las primeras veinticuatro
horas a partir del ingreso.
2. Del resultado se dejará constancia en el Libro de ingresos y en la historia
clínica individual que deberá serle abierta a todo interno.
Artículo 215. Confidencialidad de los datos clínicos e información sanitaria.
1. Los datos integrados en la historia clínica individual tendrán carácter
confidencial, debiendo quedar correctamente archivados y custodiados, siendo
únicamente accesibles para el personal autorizado.
2. Los internos tendrán en cualquier caso derecho a ser informados de forma
clara y comprensible sobre todo lo referente a su estado de salud, así como a la
expedición de los informes que soliciten.
Artículo 216. Comunicaciones con familiares.
1. Cuando un interno se encuentre enfermo grave, se pondrá en conocimiento
inmediatamente de sus familiares o allegados y, para las visitas, si aquél no
pudiese desplazarse a los locutorios, se autorizará a que uno o dos familiares o
allegados puedan comunicar con él en la enfermería del Centro. Cuando razones de
seguridad lo aconsejen, la visita podrá estar sometida a vigilancia. El régimen
de las citadas visitas será acordado por el Director a propuesta del médico
responsable.
2. Si un interno falleciese, se informará de ello inmediatamente a la familia,
indicándole el momento y las circunstancias del fallecimiento. La defunción se
comunicará igualmente al Centro Directivo y a la Autoridad judicial competente,
remitiendo lo antes posible el informe médico, así como, de haberse realizado,
el informe del forense o de la autopsia.
Artículo 217. Visitas en Hospitales extrapenitenciarios.
Las visitas de los familiares o allegados a los reclusos internados en un
Hospital extrapenitenciario se regirán por las normas de funcionamiento del
Centro Hospitalario correspondiente, debiendo realizarse en las condiciones y
con las medidas de seguridad que establezcan los responsables de su custodia,
quienes serán informados por el Centro penitenciario del grado de peligrosidad
del enfermo.
Artículo 218. Consulta o ingreso en Hospitales extrapenitenciarios y custodia
de los internos.
1. Cuando un interno requiera ingreso hospitalario, el médico responsable de su
asistencia lo comunicará razonadamente al Director del Establecimiento, quien,
previa autorización del Centro Directivo, dispondrá lo necesario para efectuar
el traslado. En todo caso se acompañará informe médico.
2. Tanto del ingreso en Centros hospitalarios como del traslado por razones
sanitarias a otro Establecimiento penitenciario de los detenidos y presos, se
dará cuenta a la Autoridad Judicial de que dependan o al Juez de Vigilancia
Penitenciaria en el caso de los penados.
3. Cuando un interno precise una consulta médica o prueba diagnóstica en
centros sanitarios externos, el servicio médico lo comunicará al Director para
que disponga lo oportuno.
4. En los casos en que el traslado haya de hacerse a consultas o centros
privados, como consecuencia de lo dispuesto en el artículo 212.3, o en aquellos
otros que determine el Centro Directivo, será preceptiva la previa comunicación
a éste.
5. La vigilancia y custodia de los detenidos, presos o penados en centros
sanitarios no penitenciarios correrá exclusivamente a cargo de las Fuerzas y
Cuerpos de Seguridad del Estado competentes.
6. Corresponde a las autoridades de dichas Fuerzas y Cuerpos establecer las
condiciones en que se llevará a cabo la vigilancia y custodia y, en especial, la
identificación de las personas que hayan de acceder a la dependencia en que se
encuentre el interno, teniendo en cuenta lo dispuesto en este Reglamento y las
normas de funcionamiento del centro hospitalario, sin perjuicio de la intimidad
que requiere la asistencia sanitaria.
7. No se podrá exigir responsabilidad alguna en materia de custodia de los
internos al personal de los centros hospitalarios, que asumirá exclusivamente
las responsabilidades propias de la asistencia sanitaria.
Artículo 219. Medidas epidemiológicas.
1. Al objeto de posibilitar un adecuado control de la incidencia y prevalencia
de enfermedades transmisibles en el ámbito penitenciario, los convenios de
colaboración entre la Administración Penitenciaria y las Administraciones
Sanitarias deberán prever la realización de planes y programas de actuación
sobre las enfermedades más prevalentes.
2. Cuando en algún Centro penitenciario se detecte un brote de enfermedad
transmisible, se procederá a comunicarlo de forma inmediata a las autoridades
sanitarias competentes y al Centro Directivo. Paralelamente, se iniciarán las
medidas oportunas para evitar la propagación de dicho brote y para el
tratamiento de los afectados.
3. De conformidad con lo dispuesto en la Ley General de Sanidad, cuando un
recluso con enfermedades infectocontagiosas alcance la libertad definitiva, la
Administración Penitenciaria lo comunicará a las Autoridades sanitarias
correspondientes.
4. Cuando el liberado definitivo sea un enfermo mental, se comunicará al
Ministerio Fiscal a los efectos procedentes.
Artículo 220. Sistemas de información sanitaria y epidemiológica.
1. La Administración Penitenciaria deberá contar con sistemas de información
sanitaria y de vigilancia epidemiológica que le permitan conocer cuáles son las
enfermedades prevalentes entre la población penitenciaria
y los grupos de mayor riesgo con la finalidad de adecuar los mismos y la
asistencia a las necesidades reales detectadas.
2. La Administración Penitenciaria y las Administraciones Sanitarias
competentes fijarán los protocolos que garanticen la coordinación con los
sistemas de información y vigilancia epidemiológica del Sistema Nacional de
Salud.
SECCIÓN 2.ª HIGIENE Y ALIMENTACIÓN
Artículo 221. Medidas higiénicas.
Para garantizar el mantenimiento y la mejora de la salud en los
Establecimientos penitenciarios se observarán las normas de limpieza e higiene
que se establezcan desde el Centro Directivo.
Artículo 222. Lotes higiénicos.
En el momento del ingreso cada interno recibirá los artículos y productos
necesarios para la higiene personal diaria, así como preservativos y la ropa de
uso personal y de cama. Estos artículos se repondrán periódicamente.
Artículo 223. Prohibición de entrada de alimentos perecederos.
Por razones de salud pública no se permitirá la entrada de alimentos
perecederos por aquellos conductos que pudieran alterar sus características y
comprometer la salud de los consumidores.
Artículo 224. Lavandería.
En todos los Establecimientos penitenciarios se contará con un servicio de
lavandería al que accederán todos los internos.
Artículo 225. Desinfección de instalaciones penitenciarias.
1. Con la periodicidad que determine el servicio sanitario, de acuerdo con las
normas establecidas por el Centro Directivo, se procederá a una completa
desinfección, desinsectación y desratización de las distintas dependencias de
cada Establecimiento. Corresponderá a los servicios sanitarios el seguimiento y
la evaluación de las campañas que se realicen.
2. Como regla general, por razones higiénicas no se autorizará la presencia de
animales en los Establecimientos penitenciarios y, en ningún caso, en las celdas.
Artículo 226. Alimentación.
1. En todos los Centros penitenciarios se proporcionará a los internos una
alimentación convenientemente preparada, que debe responder a las exigencias
dietéticas de la población penitenciaria y a las especificidades de edad, salud,
trabajo, clima, costumbres y, en la medida de lo posible, convicciones
personales y religiosas.
2. La alimentación de los enfermos se someterá al control facultativo.
3. En los Centros donde se encuentren niños acompañando a sus madres se
proveerán los medios necesarios para la alimentación de cada menor conforme a
sus necesidades, de acuerdo con las indicaciones del servicio médico.
CAPITULO II
Acción social penitenciaria
Artículo 227. Objetivos.
La acción social se dirigirá a la solución de los problemas surgidos a los
internos y a sus familias como consecuencia del ingreso en prisión y contribuirá
al desarrollo integral de los mismos.
Artículo 228. Prestaciones de las Administraciones Públicas.
La Administración Penitenciaria promoverá la coordinación de los servicios
sociales penitenciarios con las redes públicas de asistencia social y fomentará
el acceso de los penados clasificados en tercer grado y de los liberados
condicionales y definitivos y de sus familiares a las rentas de inserción
establecidas por las diferentes Comunidades Autónomas, así como a los restantes
servicios sociales y prestaciones de las Administraciones Públicas.
Artículo 229. Servicios sociales penitenciarios.
1. Los servicios sociales penitenciarios asistirán a las personas que ingresen
en prisión y elaborarán una ficha social para cada interno, que formará parte de
su protocolo personal.
2. Los Trabajadores sociales, que prestarán sus servicios en el interior y en
el exterior del Centro penitenciario indistintamente, atenderán las solicitudes
que les formulen los internos, los liberados condicionales adscritos al
Establecimiento y las familias de unos y de otros.
3. Los servicios sociales velarán por mantener al día la documentación de los
internos que estén afiliados a la Seguridad Social y realizarán las gestiones
oportunas para que por los organismos competentes se reconozca el derecho a la
asistencia sanitaria gratuita a los internos que reúnan los requisitos exigidos.
4. Por el Centro Directivo se regulará el funcionamiento de los servicios
sociales penitenciarios y sus relaciones con la Junta de Tratamiento.
CAPITULO III
Asistencia religiosa
Artículo 230. Libertad religiosa.
1. Todos los internos tendrán derecho a dirigirse a una confesión religiosa
registrada para solicitar su asistencia siempre que ésta se preste con respeto a
los derechos de las restantes personas. En los Centros podrá habilitarse un
espacio para la práctica de los ritos religiosos.
2. Ningún interno podrá ser obligado a asistir o participar en los actos de una
confesión religiosa.
3. La Autoridad penitenciaria facilitará que los fieles puedan respetar la
alimentación, los ritos y los días de fiesta de su respectiva confesión, siempre
que lo permitan las disponibilidades presupuestarias, la seguridad y vida del
Centro y los derechos fundamentales de los restantes internos.
4. En todo lo relativo a la asistencia religiosa de los internos se estará a lo
establecido en los acuerdos firmados por el Estado español con las diferentes
confesiones religiosas.
TITULO X
Del régimen disciplinario y de las recompensas
CAPITULO I
Ambito de aplicación y principios
Artículo 231. Fundamento y ámbito de aplicación.
1. El régimen disciplinario de los reclusos estará dirigido a garantizar la
seguridad y el buen orden regimental y a conseguir una convivencia ordenada, de
manera que se estimule el sentido de responsabilidad y la capacidad de
autocontrol, como presupuestos necesarios para la realización de los fines de la
actividad penitenciaria.
2. El régimen disciplinario se aplicará a todos los internos, con la excepción
establecida en el artículo 188.4 de este Reglamento, con independencia de su
situación procesal y penitenciaria, tanto dentro de los Centros penitenciarios
como durante los traslados, conducciones o salidas autorizadas que se realicen.
Artículo 232. Principios de la potestad disciplinaria.
1. La potestad disciplinaria se ejercerá por la Comisión Disciplinaria, sin
perjuicio de las atribuciones del Director para la imposición de sanciones por
faltas leves, de acuerdo con los principios establecidos en la Constitución y en
la Ley Orgánica General Penitenciaria, así como en el Título IX de la Ley
30/1992, de 26 de noviembre, de Régimen Jurídico de las Administraciones
Públicas y del Procedimiento Administrativo Común y en este Reglamento.
2. En los términos establecidos en este Reglamento, las sanciones impuestas
podrán ser reducidas o revocadas y, si se trata de sanciones de aislamiento,
podrá suspenderse su efectividad o aplazarse su ejecución.
3. Queda prohibida la aplicación analógica.
4. Aquellos hechos que pudiesen ser constitutivos de delito podrán ser también
sancionados disciplinariamente cuando el fundamento de la sanción sea la
seguridad y el buen orden regimental. En estos casos, de conformidad con lo
dispuesto en el artículo 284 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, los hechos
serán puestos en conocimiento del Ministerio Fiscal y de la Autoridad judicial
competente, previa realización, en su caso, de las diligencias de prevención que
se consideren necesarias.
CAPITULO II
Determinación de las sanciones
Artículo 233. Correlación de infracciones y sanciones.
1. Por la comisión de las faltas muy graves, tipificadas en el artículo 108 del
Reglamento Penitenciario aprobado por Real Decreto 1201/1981, de 8 de mayo,
podrán imponerse las siguientes sanciones:
a) Sanción de aislamiento en celda de seis a catorce días de duración, siempre
que se haya manifestado una evidente agresividad o violencia por parte del
interno o cuando éste reiterada y gravemente altere la normal convivencia del
Centro.
b) Sanción de aislamiento de hasta siete fines de semana.
2. Por la comisión de las faltas graves, tipificadas en el artículo 109 del
Reglamento Penitenciario aprobado por el Real Decreto 1201/1981, de 8 de mayo,
podrán imponerse las siguientes sanciones:
a) Sanción de aislamiento en celda de lunes a viernes por tiempo igual o
inferior a cinco días, siempre que concurran los requisitos de la letra a) del
apartado anterior.
b) Las restantes faltas graves se sancionarán con privación de permisos de
salida por tiempo igual o inferior a dos meses, limitación de las comunicaciones
orales al mínimo tiempo previsto reglamentariamente durante un mes como máximo o
privación de paseos y actos recreativos comunes desde tres días hasta un mes
como máximo.
3. Las faltas leves tipificadas en el artículo 110 del Reglamento Penitenciario
aprobado por el Real Decreto 1201/1981, de 8 de mayo, sólo podrán corregirse con
privación de paseos y actos recreativos comunes de hasta tres días de duración y
con amonestación.
Artículo 234. Graduación de las sanciones.
En cada caso concreto, la determinación de la sanción y de su duración se
llevará a efecto atendiendo a la naturaleza de la infracción, a la gravedad de
los daños y perjuicios ocasionados, al grado de ejecución de los hechos, a la
culpabilidad de los responsables y al grado de su participación en aquéllos, así
como a las demás circunstancias concurrentes.
Artículo 235. Repetición de la infracción.
1. Conforme a lo establecido en el artículo 42.3 de la Ley Orgánica General
Penitenciaria, en los casos de repetición de la infracción, las sanciones podrán
incrementarse en la mitad de su máximo.
2. A tales efectos, habrá repetición de la infracción cuando al interno
responsable de la falta disciplinaria se le hubiese impuesto con anterioridad
otra u otras sanciones firmes por infracciones graves o muy graves y las
correspondientes anotaciones en su expediente no hubiesen sido canceladas.
Artículo 236. Concurso de infracciones.
1. Al culpable de dos o más faltas enjuiciadas en el mismo expediente, se le
impondrán las sanciones correspondientes a todas ellas para su cumplimiento
simultáneo si fuera posible y, no siéndolo, se cumplirán por el orden de su
respectiva gravedad o duración.
2. En este último supuesto, el máximo de cumplimiento no podrá exceder nunca
del triplo del tiempo correspondiente a la sanción más grave, ni de cuarenta y
dos días consecutivos en caso de aislamiento en celda.
3. Cuando en los supuestos de cumplimiento sucesivo de sanciones de aislamiento
en celda, éstas superen, en su conjunto, los catorce días de aislamiento,
deberán ser aprobadas todas ellas por el Juez de Vigilancia Penitenciaria, según
lo dispuesto en el artículo 76.2, d), de la Ley Orgánica General Penitenciaria.
4. Cuando un mismo hecho sea constitutivo de dos o más faltas o cuando una de
ellas constituya medio necesario para la comisión de otra, se aplicará, en su
límite máximo, la sanción correspondiente a la falta más grave, salvo que la
suma de las sanciones que procedan castigando independientemente las
infracciones cometidas resulte de menor gravedad, en cuyo caso se aplicarán
éstas.
Artículo 237. Infracción continuada.
1. Será sancionable como infracción continuada la realización de una pluralidad
de acciones u omisiones que infrinjan el mismo o semejante precepto, en
ejecución de un plan preconcebido o aprovechando idéntica ocasión.
2. En estos casos, se impondrá la sanción correspondiente a la infracción más
grave en su límite máximo.
Artículo 238. Depósito de objetos y sustancias prohibidos.
Respecto de las sustancias y objetos prohibidos que se utilicen por los
responsables de las infracciones disciplinarias en la comisión de faltas, se
procederá como se indica en los artículos 51 y 70 de este Reglamento.
Artículo 239. Reparación de los daños materiales causados.
La reparación de los daños o deterioros materiales causados por los
responsables de las infracciones disciplinarias, así como la indemnización a las
personas perjudicadas, será exigible a aquéllos utilizando el procedimiento
legal correspondiente.
CAPITULO III
Procedimiento
Artículo 240. Procedimiento.
Los procedimientos para la imposición de sanciones por faltas disciplinarias se
ajustarán a lo dispuesto en los artículos siguientes.
SECCIÓN 1.ª INICIACIÓN
Artículo 241. Formas de iniciación e información previa.
1. Cuando aprecie indicios de conductas que puedan dar lugar a responsabilidad
disciplinaria, el Director del Establecimiento acordará de oficio y
motivadamente la iniciación del procedimiento sancionador de alguna de las
siguientes formas:
a) Por propia iniciativa, cuando tenga conocimiento de la existencia de
conductas o hechos susceptibles de constituir infracción disciplinaria a través
de parte de funcionario informado por el Jefe de Servicios o por cualquier otro
medio.
b) Por petición razonada realizada por otro órgano administrativo que no sea
superior jerárquico.
c) Por denuncia escrita de persona identificada que exprese el relato de los
hechos que pudieran constituir infracción, fecha de su comisión y todo cuanto
sea posible para la identificación de los presuntos responsables.
2. El Director también acordará de oficio la iniciación del procedimiento como
consecuencia de orden emitida por un órgano administrativo superior jerárquico.
3. Para el debido esclarecimiento de los hechos que pudieran ser determinantes
de responsabilidad disciplinaria, el Director podrá acordar la apertura de una
información previa, que se practicará por un funcionario del Establecimiento
designado por el Director, quien elevará a aquél un informe con el resultado y
valoración de las diligencias practicadas. Dicha información previa se acordará
siempre que un interno formule denuncia de hechos susceptibles de sanción
disciplinaria, salvo cuando ésta carezca manifiestamente de fundamento.
SECCIÓN 2.ª INSTRUCCIÓN
Artículo 242. Nombramiento de Instructor y pliego de cargos.
1. El Director nombrará Instructor al funcionario que estime conveniente,
excluyendo al que haya practicado la información previa y a los que puedan estar
implicados en los hechos.
2. El Instructor del expediente disciplinario, a la vista de los indicios que
se desprendan de los escritos mencionados en el artículo anterior, formulará
pliego de cargos dirigido al interno cuya conducta sea presuntamente
constitutiva de falta disciplinaria, en el cual se hará constar lo siguiente:
a) Identificación de la persona imputada.
b) Forma de iniciación del procedimiento.
c) Número de identificación del Instructor y puesto de trabajo que ocupa.
d) Organo competente para la resolución del expediente y norma que le atribuye
tal competencia.
e) Relación circunstanciada de los hechos imputados.
f) Calificación jurídica de tales hechos, indicando el apartado concreto del
artículo del Reglamento Penitenciario aprobado por Real Decreto 1201/1981, de 8
de mayo, en el que puedan estar comprendidos, así como las sanciones que, en su
caso, se podrían imponer con la misma indicación del precepto aplicable de dicho
Reglamento.
g) Medidas cautelares que se hayan acordado, sin perjuicio de las que puedan
adoptarse durante el procedimiento de conformidad con lo dispuesto en el
artículo 243.
h) Indicación de que el interno dispone de tres días hábiles desde el momento
de su recepción para presentar pliego de descargos por escrito o para comparecer
ante el Instructor y alegar verbalmente, sin perjuicio del derecho que le asiste
a presentar alegaciones y aportar documentos y otros elementos de juicio en
cualquier momento del procedimiento anterior al trámite de audiencia. El interno
podrá alegar todo aquello que considere oportuno sobre los cargos formulados,
proponiendo las pruebas que estime conveniente para su defensa.
i) Indicación de que el interno puede asesorarse por letrado, funcionario o por
cualquier persona que designe durante la tramitación del expediente y para la
redacción del pliego de descargos.
j) Posibilidad de asistirse de un funcionario o interno como intérprete si se
trata de un interno extranjero que desconozca el castellano.
k) Fecha y firma del Instructor del expediente.
Artículo 243. Medidas cautelares.
1. El Director, en el ámbito de las facultades que le atribuye este Reglamento,
por sí o a propuesta del Instructor del expediente disciplinario, podrá acordar
en cualquier momento del procedimiento, mediante acuerdo motivado, las medidas
cautelares que resulten necesarias para asegurar la eficacia de la resolución
que pudiera recaer y el buen fin del procedimiento, así como para evitar la
persistencia de los efectos de la infracción.
2. Estas medidas quedarán reflejadas en el expediente del interno y deberán
ajustarse a la intensidad, proporcionalidad y necesidades de los objetivos que
se pretendan garantizar en cada supuesto concreto, y su adopción será notificada
al interno y puesta en conocimiento del Juez de Vigilancia Penitenciaria.
3. También se adoptarán, en su caso, las medidas de protección exigidas por el
aseguramiento de la persona del imputado o de los otros internos.
4. Cuando la sanción que recayese, en su caso, coincida en naturaleza con la
medida cautelar impuesta, ésta se abonará para el cumplimiento de la sanción.
Artículo 244. Tramitación.
1. Cursada la notificación del pliego de cargos al que se refiere el artículo
242, el Instructor realizará de oficio cuantas actuaciones resulten necesarias
para el examen de los hechos y recabará los datos e informes que considere
necesarios.
2. Dentro de los diez días siguientes a la presentación del pliego de descargos
o a la formalización verbal de alegaciones, o transcurrido el plazo previsto en
el artículo 242.2, h), si el interno no hubiese ejercitado su derecho, se
practicarán las pruebas pertinentes propuestas por el mismo y las que el
Instructor considere convenientes.
3. Si alguna prueba propuesta por el interno fuese estimada improcedente o
innecesaria se hará constar así expresamente por el Instructor, en acuerdo
motivado. Sólo podrán declararse improcedentes aquellas pruebas que no puedan
alterar la resolución final del procedimiento o que sean de imposible
realización.
4. Instruido el procedimiento, e inmediatamente antes de redactar la propuesta
de resolución, se pondrá de manifiesto al interesado para que, en un plazo de
diez días, alegue o presente los documentos y justificaciones que estime
pertinentes. Se tendrá por realizado el trámite de audiencia si antes del
vencimiento del plazo el interno manifiesta su decisión de no efectuar
alegaciones ni aportar nuevos documentos o justificaciones.
Artículo 245. Propuesta del Instructor.
Una vez concluida la tramitación del expediente, el Instructor formulará
propuesta de resolución y la elevará, junto con aquél, a la Comisión
Disciplinaria para que ésta acuerde lo que proceda, notificando la propuesta al
interno con indicación de su derecho a alegar verbalmente ante la Comisión en la
primera sesión que ésta celebre.
SECCIÓN 3.ª RESOLUCIÓN
Artículo 246. Resolución.
1. La Comisión Disciplinaria, en la primera sesión ordinaria que celebre o en
sesión extraordinaria convocada al efecto, escuchará las alegaciones verbales
que, en su caso, pueda formular el interno, y, acto seguido, declarará la no
existencia de infracción o responsabilidad o impondrá motivadamente la sanción
correspondiente a los hechos declarados probados.
2. El acuerdo deberá dictarse en el plazo máximo de tres meses desde la
iniciación del procedimiento disciplinario. Se entenderá caducado el
procedimiento disciplinario y se procederá al archivo de las actuaciones, de
oficio o a solicitud del interesado, cuando, una vez vencido el plazo señalado
en este apartado para dictar resolución o, en el supuesto del procedimiento
abreviado, el señalado en el artículo 251.1, ésta no se adoptase en el plazo de
los treinta días siguientes, siempre que la demora no fuera imputable al
interesado, así como cuando durante la tramitación se produzca la excarcelación
por la libertad definitiva o provisional del presunto infractor.
3. El Instructor del expediente no podrá participar en las deliberaciones de la
Comisión Disciplinaria ni podrá tomar parte en las votaciones sobre los
expedientes que haya instruido. También quedan excluidos de éstas aquellos
miembros del citado órgano que, en su caso, hubieran tenido participación en los
hechos o hubieran practicado actuaciones determinantes para la iniciación del
expediente disciplinario.
4. Antes de dictar la resolución, la Comisión Disciplinaria podrá decidir la
realización por el Instructor de las actuaciones y pruebas complementarias
indispensables para resolver el procedimiento. En este caso, antes de elevar
nuevamente el expediente a la Comisión Disciplinaria, el Instructor pondrá de
manifiesto al interno lo actuado y le entregará copia de la nueva propuesta, con
indicación del derecho a alegar a que se refiere el artículo 245.
Artículo 247. Acuerdo sancionador.
El acuerdo sancionador deberá contener:
a) El lugar y la fecha del acuerdo.
b) Organo que lo adopta.
c) El número del expediente disciplinario y un breve resumen de los actos
procedimentales básicos que lo hayan precedido. En el supuesto de haberse
desestimado la práctica de alguna prueba deberá expresarse la motivación
formulada por el Instructor en su momento.
d) Relación circunstanciada de los hechos imputados al interno, que no podrán
ser distintos de los consignados en el pliego de cargos formulado por el
Instructor, con independencia de que pueda variar su calificación jurídica. Si
la Comisión Disciplinaria constatare que se ha calificado erróneamente la
conducta del presunto infractor y ello implicase la imposición de una sanción
por falta más grave que la que se le hubiese imputado en el pliego de cargos,
ordenará al Instructor la formulación de un nuevo pliego de cargos con la
calificación determinada por la Comisión Disciplinaria, concediéndose al interno
el trámite previsto en el artículo 244.4. Excepcionalmente, podrá acordar el
Instructor la práctica de nuevas pruebas cuando resultase imprescindible para la
defensa del interno ante la nueva calificación efectuada.
e) Artículo y apartado del Reglamento Penitenciario aprobado por Real Decreto
1201/1981, de 8 de mayo, en el que se estima comprendida la falta cometida.
f) Sanción impuesta y artículo del Reglamento Penitenciario aprobado por Real
Decreto 1201/1981, de 8 de mayo, que la contempla y si la misma es de ejecución
inmediata según lo dispuesto en el primer párrafo del artículo 124 de dicho
Reglamento.
g) Indicación de si la ejecución de la sanción de aislamiento ha sido aplazada
por motivos médicos o se ha suspendido su efectividad.
h) Indicación de si el acuerdo sancionador se ha adoptado por unanimidad o por
mayoría, indicando en este último caso si ha habido o no votos particulares.
i) Mención del recurso que puede interponerse en la forma expresada en la letra
b) del artículo siguiente.
j) La firma del Secretario de la Comisión Disciplinaria con el visto bueno del
Director.
Artículo 248. Notificación.
La notificación del acuerdo sancionador deberá cursarse en el mismo día o al
siguiente de ser adoptado, dando lectura íntegra de aquél y entregando copia al
interno sancionado en la que se contendrán los siguientes extremos:
a) Texto íntegro del acuerdo.
b) Indicación de que contra el mismo puede interponerse recurso ante el Juez de
Vigilancia, verbalmente en el mismo acto de la notificación o por escrito dentro
de los cinco días hábiles siguientes a la misma, reproduciendo, en su caso, el
recurrente la proposición de aquellas pruebas cuya práctica le hubiese sido
denegada.
c) Fecha de la notificación y de su entrega al interno.
Artículo 249. Recursos.
En el mismo día, bien de la notificación del acuerdo sancionador si se hubiese
interpuesto el recurso en ese momento procedimental, bien de la entrega del
escrito de recurso a funcionario del Establecimiento si fuese dentro del horario
de oficina, o al día siguiente si se hubiese efectuado fuera de dicho horario,
el Director del Establecimiento remitirá el expediente disciplinario al Juez de
Vigilancia, teniendo en cuenta lo dispuesto en el artículo siguiente. Si el
recurso hubiese sido interpuesto directamente ante el Juzgado de Vigilancia, el
Director cumplimentará lo anterior en el mismo día en que sea requerido para
ello por el titular de dicho órgano jurisdiccional.
Artículo 250. Anotación.
1. La iniciación del procedimiento y la sanción impuesta se anotarán en el
expediente personal de los internos sancionados.
2. También se anotará la reducción o revocación de la sanción, así como la
suspensión de la efectividad o el aplazamiento de la ejecución de las sanciones
de aislamiento.
SECCIÓN 4.ª PROCEDIMIENTO PARA FALTAS LEVES
Artículo 251. Procedimiento abreviado.
1. Cuando el Director considere que existen elementos de juicio suficientes
para calificar la infracción como falta leve, se tramitará el procedimiento
abreviado, que deberá resolverse en el plazo máximo de un mes desde que se
inició, con arreglo a las siguientes normas:
a) El parte del funcionario, que operará como pliego de cargos, se comunicará
al Jefe de Servicios y, simultáneamente, se notificará al presunto infractor.
b) En el plazo de diez días, a partir de la comunicación y notificación del
pliego de cargos, el Jefe de Servicios y el interno expedientado efectuarán,
respectivamente, la aportación de cuantas alegaciones, documentos o
informaciones estimen convenientes y, en su caso, la proposición y práctica de
la prueba.
c) Transcurrido dicho plazo, el Director dictará resolución, con el contenido
expresado en el artículo 247, imponiendo, en su caso, la sanción que proceda.
2. Cuando el Jefe de Servicios aprecie que los hechos pueden ser constitutivos
de infracción muy grave o grave, acordará que el expediente continúe
tramitándose por el procedimiento general, promoviendo el cumplimiento de lo
dispuesto en los artículos 242 a 245.
3. El acuerdo a que se refiere el apartado anterior se notificará a los
interesados para que, en el plazo de cinco días hábiles, aleguen y propongan
pruebas adicionales si lo estiman conveniente.
CAPITULO IV
Ejecución y cumplimiento de las sanciones
Artículo 252. Efectos del acuerdo sancionador.
1. Los acuerdos sancionadores no serán ejecutivos en tanto no haya sido
resuelto el recurso interpuesto por el interno ante el Juez de Vigilancia o, en
caso de que no se haya interpuesto, hasta que haya transcurrido el plazo para su
impugnación.
2. No obstante, conforme a lo establecido en el artículo 44.3 de la Ley
Orgánica General Penitenciaria, cuando se trate de actos de indisciplina grave y
la Comisión Disciplinaria estime que el cumplimiento de la sanción no puede
demorarse, las sanciones impuestas serán inmediatamente ejecutadas, siempre que
correspondan a los actos de indisciplina grave tipificados en las letras a), b),
c), d), e) y f) del artículo 108 del Reglamento Penitenciario aprobado por Real
Decreto 1201/1981, de 8 de mayo.
3. Contra el acuerdo de ejecución inmediata de la sanción, el interno podrá
acudir en vía de queja ante el Juez de Vigilancia, con independencia de la
tramitación del recurso interpuesto. La tramitación de la queja y del recurso
tendrá carácter urgente y preferente cuando la sanción de ejecución inmediata
impuesta sea la de aislamiento en celda, en cuyo caso se procederá a su
notificación inmediata al Juez de Vigilancia.
Artículo 253. Ejecución de las sanciones de aislamiento en celda.
1. Las sanciones de aislamiento en celda de duración superior a catorce días no
serán en ningún caso ejecutivas hasta su aprobación por el Juez de Vigilancia.
2. No obstante, en los supuestos previstos en el artículo 236.3, la Comisión
Disciplinaria podrá acordar la ejecución inmediata de las sanciones de
aislamiento en celda, cuya duración acumulada no supere los catorce días,
siempre que concurran los requisitos establecidos en el apartado 2 del artículo
anterior y sin perjuicio de que todas las sanciones impuestas deban ser
aprobadas por el Juez de Vigilancia.
Artículo 254. Cumplimiento de las sanciones de aislamiento.
1. Las sanciones de aislamiento se cumplirán con informe previo y
reconocimiento del Médico del Establecimiento, quien vigilará diariamente al
interno mientras permanezca en esa situación, informando al Director sobre su
estado de salud física y mental y, en su caso, sobre la necesidad de suspender o
modificar la sanción impuesta.
2. En los casos de enfermedad del sancionado se aplazará la efectividad de la
sanción de aislamiento hasta que el interno sea dado de alta.
3. No se aplicará esta sanción a las mujeres gestantes y a las mujeres hasta
seis meses después de la terminación del embarazo, a las madres lactantes y a
las que tuvieran hijos consigo.
4. El aislamiento se cumplirá en el compartimento que habitualmente ocupe el
interno, y, en los supuestos de que lo comparta con otros o por su propia
seguridad o por el buen orden del Establecimiento, pasará a uno individual de
semejantes medidas y condiciones.
5. El recluso internado en celda disfrutará de dos horas diarias de paseo en
solitario y, durante el cumplimiento de la sanción, no podrá recibir paquetes
del exterior ni adquirir productos del Economato, salvo los autorizados
expresamente por el Director.
Artículo 255. Suspensión de la efectividad de las sanciones de aislamiento.
1. Al amparo de lo dispuesto en el artículo 43.2 de la Ley Orgánica General
Penitenciaria, siempre que las circunstancias lo aconsejen, la Comisión
Disciplinaria, de oficio o a propuesta de la Junta de Tratamiento, podrá acordar
motivadamente la suspensión de la efectividad de las sanciones de aislamiento
impuestas.
2. Si la Comisión Disciplinaria, en atención a los fines de reeducación y
reinserción social o a las circunstancias personales del interno, no hubiese
estimado oportuno levantar la suspensión de la efectividad durante el plazo de
tres meses, de oficio o a solicitud del interno, aplicará la reducción de la
sanción prevista en el apartado 1 del artículo siguiente. El tiempo de
suspensión de la efectividad de la sanción de aislamiento se computará a efectos
de cancelación de la sanción reducida.
3. La suspensión de la efectividad de las sanciones de aislamiento que hayan
sido confirmadas total o parcialmente, directamente o en vía de recurso, por el
Juez de Vigilancia requerirá la autorización de éste.
Artículo 256. Reducción y revocación de sanciones.
1. Conforme a lo dispuesto en el artículo 42.6 de la Ley Orgánica General
Penitenciaria, las sanciones impuestas y sus plazos de cancelación podrán
reducirse, atendiendo a los fines de reeducación y de reinserción social, por
decisión motivada de la Comisión Disciplinaria, de oficio o a propuesta de la
Junta de Tratamiento. La reducción consistirá en la minoración de la gravedad de
la sanción impuesta.
2. Cuando se advierta error en la aplicación de una sanción que no haya sido
recurrida ante el Juez de Vigilancia, la Comisión Disciplinaria efectuará una
nueva calificación de la infracción, siempre que no implique una sanción
superior a la impuesta, procediendo a su reducción o sustitución o, en caso de
que no proceda sanción alguna, la revocará levantando inmediatamente el castigo
y cancelará automáticamente su anotación.
3. La revocación o reducción de sanciones no podrá efectuarse sin autorización
del Juez de Vigilancia cuando éste haya intervenido en su imposición,
directamente o en vía de recurso.
Artículo 257. Abono del tiempo de sanciones cumplidas indebidamente.
El tiempo cumplido de una sanción posteriormente revocada o reducida en los
casos previstos en el apartado 2 del artículo anterior o como consecuencia de un
recurso estimado total o parcialmente, podrá tenerse en cuenta para el
cumplimiento posterior de otras sanciones, siempre que éstas hubiesen sido
impuestas por acciones u omisiones también anteriores a la mencionada revocación
o reducción.
CAPITULO V
Prescripción y cancelación
Artículo 258. Plazos de prescripción de infracciones y sanciones.
1. Las faltas disciplinarias muy graves prescribirán a los tres años, las
graves a los dos años y las leves a los seis meses, desde la fecha en que se
hubiese cometido la infracción.
2. La prescripción de las faltas se interrumpirá desde que se hubiese iniciado,
con conocimiento del interesado, el procedimiento sancionador, reanudándose el
cómputo de los plazos de prescripción si el expediente disciplinario estuviera
paralizado durante más de un mes por causa no imputable al presunto infractor.
3. Las sanciones impuestas por faltas muy graves y graves prescribirán en los
mismos plazos señalados en el apartado 1 y las impuestas por faltas leves en el
plazo de un año, que comenzarán a correr desde el día siguiente a aquel en que
adquiera firmeza administrativa el acuerdo sancionador o, en su caso, desde que
se levante el aplazamiento de la ejecución o la suspensión de la efectividad o
desde que se interrumpa el cumplimiento de la sanción si el mismo hubiese ya
comenzado.
Artículo 259. Extinción automática de sanciones.
Cuando un interno reingrese en un Centro Penitenciario se declararán
extinguidas automáticamente la sanción o sanciones que hubiesen sido impuestas
en un ingreso anterior y que hubiesen quedado incumplidas total o parcialmente
por la libertad provisional o definitiva del interno, aunque no hayan
transcurrido los plazos establecidos para la prescripción.
Artículo 260. Cancelación de anotaciones relativas a sanciones.
1. Serán canceladas, de oficio o a instancia de parte, las anotaciones de las
sanciones disciplinarias que obren en el expediente personal de los internos,
cuando concurran los siguientes requisitos:
a) Transcurso de seis meses para las faltas muy graves, tres meses para las
graves y un mes para las leves, a contar desde el cumplimiento de la sanción.
b) Que durante dichos plazos no haya incurrido el interno en nueva falta
disciplinaria muy grave o grave.
2. También se cancelarán, de oficio o a instancia de parte, en el momento en
que se produzca la excarcelación por la libertad provisional o definitiva del
interno, las anotaciones de sanciones disciplinarias extinguidas automáticamente
a que se refiere el artículo anterior.
3. Cuando fueren dos o más las faltas sancionadas en un mismo acto
administrativo o sus plazos de cancelación corrieran simultáneamente, el cómputo
se hará de forma conjunta, fijándose como fecha para su inicio la del
cumplimiento de la sanción más reciente y tomándose como duración del plazo el
que corresponda a la más grave de las infracciones a cancelar, transcurrido el
cual se cancelarán todas las anotaciones pendientes en un solo acto.
4. En los casos de no cumplimiento de la sanción por razones médicas o de otro
orden no imputables al interno, los plazos de cancelación comenzarán a contarse
desde la fecha en que aquélla pudo haberse cumplido. Asimismo, en los casos del
artículo 257, el plazo de cancelación comenzará a computarse desde la fecha en
que la sanción quedó cumplida, por el abono de sanciones rectificadas en vía de
recurso o reducidas o revocadas conforme a lo establecido en este Reglamento.
5. Dichos plazos no se interrumpirán por la interposición de recurso contra una
nueva sanción disciplinaria, cancelándose las anteriores si transcurren sus
plazos de cancelación antes de que la recurrida adquiera firmeza.
Artículo 261. Reducción de los plazos de cancelación.
Los plazos de cancelación podrán ser acortados hasta la mitad de su duración si, con posterioridad a la sanción y antes de completarse dichos plazos, el interno
obtuviere alguna recompensa de las previstas en el artículo 263 de este
Reglamento.
Artículo 262. Efectos de la cancelación.
La cancelación de la anotación de las sanciones lleva aparejada la de las
faltas por las que se impusieron y situará al interno, desde el punto de vista
disciplinario, en igual situación que si no hubiere cometido aquéllas.
CAPITULO VI
Recompensas
Artículo 263. Recompensas.
Los actos que pongan de manifiesto buena conducta, espíritu de trabajo y
sentido de la responsabilidad en el comportamiento de los internos, así como la
participación positiva en las actividades asociativas reglamentarias o de otro
tipo que se organicen en el Establecimiento, serán estimulados con alguna de las
siguientes recompensas:
a) Comunicaciones especiales y extraordinarias adicionales.
b) Becas de estudio, donación de libros y otros instrumentos de participación
en las actividades culturales y recreativas del Centro.
c) Prioridad en la participación en salidas programadas para la realización de
actividades culturales.
d) Reducciones de las sanciones impuestas.
e) Premios en metálico.
f) Notas meritorias.
g) Cualquier otra recompensa de carácter análogo a las anteriores que no
resulte incompatible con los preceptos reglamentarios.
Artículo 264. Concesión y anotación.
1. En cada caso concreto, la recompensa concedida y su cuantía, en su caso, se
determinará por la Comisión Disciplinaria del Centro, atendiendo a la naturaleza
de los méritos contraídos y a cualesquiera otras circunstancias objetivas o
subjetivas que pongan de manifiesto el carácter ejemplar de la conducta
recompensada.
2. La concesión de recompensas será anotada en el expediente personal del
interno, con expresión de los hechos que la motivaron, expidiéndose a aquél
certificación acreditativa de la recompensa si la solicitase.
TITULO XI
De la organización de los Centros penitenciarios
CAPITULO I
Modelo organizativo de Centro penitenciario
Artículo 265. Estructura.
1. En cada Establecimiento penitenciario existirán los siguientes órganos
colegiados:
a) Consejo de Dirección.
b) Junta de Tratamiento, que tendrá a su disposición, como unidades de estudio,
propuesta y ejecución, el Equipo o Equipos Técnicos necesarios.
c) Comisión Disciplinaria.
d) Junta Económico-Administrativa.
2. Las funciones de coordinación entre los diferentes órganos colegiados
corresponden al Director del Establecimiento.
3. Las Comunidades Autónomas con competencias ejecutivas en materia
penitenciaria, en virtud de su potestad de autoorganización, podrán establecer
los órganos colegiados y unipersonales que consideren convenientes para ordenar
la gestión de los Centros penitenciarios que dependan de las mismas.
4. En los Hospitales psiquiátricos penitenciarios sólo existirán el Consejo de
Dirección, cuya composición se determinará por las normas de desarrollo de este
Reglamento, la Junta Económico-Administrativa y los Equipos multidisciplinares
necesarios.
5. Cuando en algún Centro penitenciario las necesidades o la cobertura de
puestos de trabajo existente en el mismo no permitan alcanzar la composición de
los diferentes órganos colegiados que se determina en el Capítulo siguiente, se
adaptará la composición de aquéllos a las mismas o a los puestos de trabajo que
existan en el Establecimiento conforme se determine en las normas de desarrollo
de este Reglamento.
6. Los Centros de Inserción Social podrán integrarse orgánica y funcionalmente
en un Centro penitenciario o tener la consideración de Centro penitenciario
autónomo. La Administración Penitenciaria determinará en la Orden de creación de
cada Centro de Inserción Social su integración en un Centro penitenciario o su
consideración como Centro penitenciario autónomo, así como los órganos
correspondientes.
Artículo 266. Eficacia de los acuerdos.
1. La eficacia de los acuerdos de los órganos colegiados del Establecimiento,
con la excepción de los adoptados por la Comisión Disciplinaria, quedará
demorada hasta que se produzca la aprobación por el Director del Centro. En el
caso de que su valoración fuera negativa por estimar que los acuerdos adoptados
perjudican gravemente el régimen del Centro o conculcan la legislación, el
Reglamento Penitenciario o las circulares, instrucciones u órdenes de servicio
dictadas por los órganos directivos de la Administración Penitenciaria
correspondiente, continuarán sin producir efectos hasta la aprobación superior,
en su caso, del Centro Directivo.
2. Los acuerdos de los órganos colegiados que hayan sido confirmados total o
parcialmente por el Juez de Vigilancia Penitenciaria, directamente o en vía de
recurso, no podrán demorar su eficacia, ni ser revocados o anulados por decisión
administrativa.
Artículo 267. Régimen jurídico de los órganos colegiados.
1. Las normas de funcionamiento de los órganos colegiados se ajustarán a lo
establecido en el Capítulo II del Título II de la Ley 30/1992, de 26 de
noviembre, de Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas y del
Procedimiento Administrativo Común, sin perjuicio de las peculiaridades
organizativas de las Comunidades Autónomas con competencias ejecutivas en
materia penitenciaria.
2. Los órganos colegiados de los Centros penitenciarios se integrarán en la
estructura jerárquica de la Administración Penitenciaria correspondiente,
pudiendo ser objeto de recurso ordinario ante el Centro Directivo los acuerdos
definitivos adoptados por los mismos, excluidos aquellos que hayan adquirido su
eficacia por la aprobación superior del Centro Directivo, salvo cuando, conforme
a lo establecido en la Ley Orgánica General Penitenciaria, se trate de
propuestas cuya resolución o aprobación corresponda al Juez de Vigilancia o
versen sobre sanciones disciplinarias de los internos, cuya impugnación se
efectuará directamente ante el Juez de Vigilancia Penitenciaria.
3. Los miembros de los órganos colegiados de los Establecimientos
penitenciarios no podrán abstenerse en las votaciones, aunque podrán formular
votos particulares que se incorporarán al acuerdo adoptado.
4. Los votos del Presidente, que serán dirimentes en caso de empate, y de los
miembros de los órganos colegiados de los Centros penitenciarios tienen carácter
personal e indelegable.
5. Los miembros de los órganos colegiados no podrán participar en sus
deliberaciones ni en sus votaciones en los supuestos legales o reglamentarios de
abstención o, en su caso, de recusación.
6. Para quedar, en su caso, exentos de responsabilidad, los miembros de los
órganos colegiados deberán votar en contra del acuerdo mayoritario.
Artículo 268. Sesiones.
1. El Consejo de Dirección se reunirá en sesión ordinaria una vez al mes y en
sesión extraordinaria cuantas veces lo considere necesario su Presidente o el
Centro Directivo.
2. La Junta de Tratamiento se reunirá en sesión ordinaria una vez todas las
semanas del año y en sesión extraordinaria cuantas veces lo considere necesario
su Presidente.
3. La Comisión Disciplinaria se reunirá en sesión ordinaria cuatro veces al mes
y en sesión extraordinaria cuantas veces lo considere necesario su Presidente.
4. La Junta Económico-Administrativa se reunirá en sesión ordinaria una vez al
trimestre y en sesión extraordinaria cuantas veces lo considere necesario su
Presidente.
5. La asistencia a las sesiones de todos los órganos colegiados del Centro
penitenciario tendrá carácter obligatorio.
6. Cuando no se alcance el quórum exigido, el Presidente efectuará una nueva
convocatoria en el plazo de cuarenta y ocho horas.
Artículo 269. Sustituciones.
1. Conforme a lo establecido en el Capítulo II del Título II de la Ley 30/1992,
en caso de vacante, ausencia o enfermedad y, en general, cuando concurra alguna
causa justificada, el régimen de sustituciones del Presidente, del Secretario y
de los miembros de los órganos colegiados de los Centros penitenciarios se
regirá por las siguientes reglas:
1.ª El Presidente será sustituido por el miembro del órgano colegiado de mayor
jerarquía, antigüedad y edad, por este orden, de entre sus componentes, sin
perjuicio de lo establecido en el apartado siguiente y de lo dispuesto para la
Junta Económico-Administrativa en el artículo 278.3.
2.ª La sustitución del Secretario se realizará por designación del Presidente
entre los funcionarios destinados en el Establecimiento.
2. Cuando concurran en alguno de los órganos colegiados establecidos en este
Capítulo los titulares de los órganos directivos de la Administración
Penitenciaria o un funcionario designado al efecto por la Secretaría de Estado
de Asuntos Penitenciarios, asumirán la presidencia del mismo.
CAPITULO II
Organos colegiados
SECCIÓN 1.ª CONSEJO DE DIRECCIÓN
Artículo 270. Composición.
1. El Consejo de Dirección de cada Establecimiento penitenciario estará
presidido por el Director del Centro penitenciario y compuesto por los
siguientes miembros:
a) El Subdirector de Régimen.
b) El Subdirector de Seguridad.
c) El Subdirector de Tratamiento.
d) El Subdirector Médico o Jefe de los Servicios Médicos.
e) El Subdirector de Personal, si lo hubiere.
f) El Administrador.
2. Como Secretario del Consejo de Dirección actuará, con voz pero sin voto, el
funcionario que designe el Director entre los funcionarios destinados en el
Establecimiento.
Artículo 271. Funciones.
1. Al Consejo de Dirección, sin perjuicio de las atribuciones del Centro
Directivo y del Director del Establecimiento, corresponde impulsar y supervisar
las actuaciones de los restantes órganos del Centro penitenciario y tendrá las
funciones siguientes:
a) Supervisar e impulsar la actividad general del Centro penitenciario.
b) Elaborar las normas de régimen interior del Centro penitenciario para su
aprobación por el Centro Directivo.
c) Adoptar cuantas medidas generales resulten necesarias en los casos de
alteración del orden del Centro, dando cuenta inmediata al Centro Directivo.
d) Fijar el número de Equipos Técnicos del Centro penitenciario y determinar su
organización, funcionamiento y composición conforme a las normas de desarrollo
de este Reglamento.
e) Determinar los puestos auxiliares que requieran las necesidades del
Establecimiento conforme a las normas de desarrollo de este Reglamento.
f) Fijar los días en que puedan comunicar los internos y establecer los
horarios de las comunicaciones especiales y de recepción y recogida de paquetes
y encargos, así como de los recuentos ordinarios.
g) Determinar las áreas regimentales de participación de los internos en las
actividades del Centro y ejercer las competencias que le atribuye este
Reglamento en el proceso de elección de representantes de los internos, así como
suspender o dejar sin efecto la participación en los supuestos de alteraciones
regimentales previstos en este Reglamento.
h) Ejercer las demás competencias que le atribuye este Reglamento y sus normas
de desarrollo y, en general, todas aquellas que afecten al régimen del
Establecimiento que no estén atribuidas a otros órganos.
2. El Secretario del Consejo de Dirección remitirá al Centro Directivo
mensualmente copia de las actas de las sesiones celebradas en el mes anterior.
SECCIÓN 2.ª JUNTA DE TRATAMIENTO Y EQUIPOS TÉCNICOS
Artículo 272. Composición.
1. La Junta de Tratamiento estará presidida por el Director del Centro
penitenciario y compuesta por los siguientes miembros:
a) El Subdirector de Tratamiento.
b) El Subdirector Médico o Jefe de los Servicios Médicos.
c) Los Técnicos de Instituciones Penitenciarias que hayan intervenido, en su
caso, en las propuestas sobre las que delibere.
d) El Director de la Unidad Docente o, en su caso, el Pedagogo.
e) El Coordinador de los servicios sociales penitenciarios del Centro.
f) Un Educador, que haya intervenido en las propuestas.
g) Un Jefe de Servicios, preferentemente el que haya intervenido en las
propuestas.
2. Como Secretario de la Junta de Tratamiento y del Equipo Técnico actuará, con
voz pero sin voto, un funcionario del Centro designado por el Subdirector de
Tratamiento.
3. Con carácter general, los acuerdos de la Junta de Tratamiento se adoptarán
sobre las propuestas elevadas por los Equipos Técnicos para la adopción de las
medidas necesarias para ejecutar los programas de tratamiento o los programas
individualizados de ejecución, y se ejecutarán por los Equipos Técnicos, bajo el
control inmediato y directo de los Jefes de dichos Equipos.
4. Las deliberaciones de la Junta de Tratamiento tendrán carácter reservado,
debiendo sus componentes guardar secreto sobre las mismas.
5. Dentro de los cinco primeros días de cada mes se remitirá al Centro
Directivo una copia de las actas de las sesiones celebradas en el mes anterior
por la Junta de Tratamiento.
Artículo 273. Funciones.
La Junta de Tratamiento, sin perjuicio de las funciones del Centro Directivo y
del Equipo Técnico, ejercerá las siguientes funciones:
a) Establecer los programas de tratamiento o los modelos individualizados de
ejecución penitenciarios para cada interno del Centro, definiendo las
actividades a realizar en función de las peculiaridades de su personalidad y del
tiempo aproximado de duración de su condena o condenas.
b) Supervisar la ejecución de las actividades programadas por el Equipo Técnico, distribuyéndolas, según su naturaleza, entre los miembros del Equipo, que las
ejecutarán de acuerdo con las técnicas propias de su especialidad y bajo el
control inmediato del Jefe del Equipo.
c) Proponer al Centro Directivo la aplicación de lo dispuesto en el artículo 10
de la Ley Orgánica General Penitenciaria a los penados y preventivos en quienes
concurran las circunstancias previstas en este Reglamento, previos informes
preceptivos del Jefe de Servicios y del Equipo Técnico.
d) Formular, en función del estudio científico de la personalidad de los
penados y de los datos e informaciones de que se dispongan, las propuestas
razonadas de grado inicial de clasificación y de destino al Establecimiento que
corresponda, que se cursarán al Centro Directivo en el plazo de diez días.
e) Proponer al Centro Directivo, en informe razonado, la progresión o regresión
de grado y, con carácter excepcional, el traslado a otro Centro penitenciario.
También se podrá proponer razonadamente el traslado cuando existan razones de
tratamiento que así lo aconsejen.
f) Adoptar los acuerdos que estime pertinentes sobre las peticiones y quejas
que formulen los internos a los Equipos Técnicos sobre su clasificación,
tratamiento o programa de intervención.
g) Conceder los permisos penitenciarios de salida, previo informe del Equipo
Técnico, solicitando la autorización del Juez de Vigilancia o del Centro
Directivo, según corresponda.
h) Elevar las propuestas que, con respecto a los
beneficios penitenciarios y a la libertad condicional, les estén atribuidas.
i) Organizar la ejecución de las prestaciones de carácter asistencial que
precisen los internos o sus familiares, fomentar las actividades laborales de
los internos, cuidando que las mismas se desarrollen con arreglo a las normas
vigentes, así como organizar, por unidades de separación interior, los
procedimientos de designación de aquellos internos que hayan de participar en
actividades o responsabilidades de orden educativo, formativo, laboral,
sociocultural, recreativo, deportivo o religioso.
j) Facilitar a la Unidad Docente las valoraciones de las aptitudes de los
internos que realicen cursos de formación, así como aquellas otras informaciones
contenidas en el protocolo que puedan serle útiles en la programación y
ejecución de las tareas formativas o educativas.
k) Designar los internos que hayan de desempeñar las prestaciones personales en
servicios auxiliares comunes del Establecimiento.
l) Sugerir a la Comisión Disciplinaria la reducción, aplazamiento de la
ejecución o suspensión de la efectividad de las sanciones disciplinarias, que
puedan perturbar el tratamiento o el estudio de la personalidad del sancionado,
así como la reducción de los plazos de cancelación cuando existan fundados
motivos para esperar que esta medida pueda influir favorablemente en el
tratamiento.
m) Remitir los informes a que hace referencia el artículo 39 de la Ley Orgánica
General Penitenciaria.
n) Formar y custodiar el protocolo correspondiente a cada interno, incorporando
al mismo las informaciones y documentos a que se refieren los diferentes
apartados de este artículo.
o) Ejercer todas las demás competencias que le atribuye este Reglamento o sus
normas de desarrollo y, en general, las relativas a la observación,
clasificación y tratamiento de los internos que no estén atribuidas a otros
órganos.
Artículo 274. Composición del Equipo Técnico.
1. El Equipo Técnico actuará bajo la dirección inmediata del Subdirector de
Tratamiento.
2. Podrán formar parte del Equipo Técnico:
a) Un Jurista.
b) Un Psicólogo.
c) Un Pedagogo.
d) Un Sociólogo.
e) Un Médico.
f) Un Ayudante Técnico Sanitario/Diplomado universitario en Enfermería.
g) Un Profesor de la Unidad Docente.
h) Un Maestro o Encargado de Taller.
i) Un Educador.
j) Un Trabajador Social.
k) Un Monitor Sociocultural o Deportivo.
l) Un Encargado de Departamento.
3. En función de las características del Establecimiento, del número de
internos y de los empleados públicos penitenciarios existentes, el Consejo de
Dirección del centro fijará el número de Equipos Técnicos del Establecimiento
penitenciario y determinará su organización, funcionamiento y composición
conforme a las normas de desarrollo de este Reglamento.
4. Los Equipos Técnicos adoptarán diferentes composiciones en función de los
asuntos a tratar, debiendo observar que, en las reuniones informales que
celebren, estén siempre presentes los profesionales penitenciarios que, formando
parte del Equipo, trabajen en contacto directo con los internos afectados.
Artículo 275. Funciones.
El Equipo Técnico ejercerá las funciones siguientes:
a) Ejecutar los programas de tratamiento o los modelos individualizados de
intervención penitenciarios que se establezcan para cada interno por la Junta de
Tratamiento.
b) El conocimiento directo de los problemas y de las demandas que formulen los
internos.
c) Proponer a la Junta de Tratamiento la adopción de las medidas necesarias
para superar las carencias que presenten los internos.
d) Atender las peticiones y quejas que le formulen los internos respecto su
clasificación, tratamiento o programa de intervención.
e) Evaluar los objetivos alcanzados en la ejecución de los programas de
tratamiento o de los modelos de intervención penitenciarios e informar de los
resultados de la evaluación a la Junta de Tratamiento.
f) Ejecutar cuantas acciones concretas les encomiende la Junta de Tratamiento o
el Director del Centro.
g) Cuando existan en el centro penitenciario talleres o escuelas de formación
profesional, realizar las tareas de orientación y selección profesional, el
asesoramiento pedagógico o psicológico de la formación profesional, así como
procurar, mediante las técnicas adecuadas, la integración personal y colectiva
de los internos en el trabajo y en la orientación laboral.
h) Ejercer las demás competencias que le atribuye este Reglamento y sus normas
de desarrollo.
SECCIÓN 3.ª COMISIÓN DISCIPLINARIA
Artículo 276. Composición.
1. La Comisión Disciplinaria estará presidida por el Director del centro y
compuesta por los siguientes miembros:
a) El Subdirector de Régimen.
b) El Subdirector de Seguridad.
c) Un Jurista del Establecimiento.
d) Un Jefe de Servicios.
e) Un funcionario de la plantilla del centro penitenciario.
2. Los miembros de los párrafos d) y e) se elegirán anualmente por los
empleados públicos del centro penitenciario, en la forma que se determine por
resolución del centro directivo.
3. Como Secretario de la Comisión Disciplinaria actuará, con voz pero sin voto,
un funcionario designado por el Director de entre los destinados en el centro
penitenciario.
Artículo 277. Funciones.
1. A la Comisión Disciplinaria corresponde ejercer la potestad disciplinaria
penitenciaria en la forma regulada en el Título X de este Reglamento y acordar
la concesión de las recompensas que procedan a los internos, sin perjuicio de la
competencia del Director para la imposición de sanciones por faltas leves y de
las atribuciones de los Jueces de Vigilancia.
2. Las funciones de la Comisión Disciplinaria son las siguientes:
a) Resolver los expedientes disciplinarios instruidos a los internos por la
comisión de las infracciones muy graves o graves, así como ordenar, cuando lo
estime necesario, la realización de actuaciones y pruebas complementarias por el
Instructor.
b) Ordenar al Secretario de la Comisión la notificación de los acuerdos
sancionadores en la forma y plazos establecidos en este Reglamento.
c) Ordenar la anotación en los expedientes personales de los internos
expedientados de la iniciación de los procedimientos disciplinarios y, en su
caso, de las sanciones impuestas, así como la cancelación de las anotaciones
cuando concurran los requisitos exigidos en este Reglamento.
d) Acordar la ejecución inmediata de las sanciones impuestas por la comisión de
faltas muy graves en las condiciones establecidas en este Reglamento.
e) Suspender, cuando las circunstancias lo aconsejen, la efectividad de las
sanciones de aislamiento impuestas, así como, en casos de enfermedad del
sancionado, aplazar el cumplimiento de las sanciones de aislamiento y levantar
la suspensión cuando el interno sea dado de alta o se estime oportuno.
f) Reducir o revocar las sanciones impuestas en las condiciones y con los
requisitos establecidos en este Reglamento, sin perjuicio de la autorización del
Juez de Vigilancia en los supuestos en que éste haya intervenido en la
imposición de la sanción, directamente o en vía de recurso.
g) Otorgar las recompensas previstas en este Reglamento, determinando, en su
caso, su cuantía y ordenar la anotación de su concesión en el expediente
personal del interno recompensado.
h) Ejercer las restantes competencias establecidas en el Título X de este
Reglamento que no estén atribuidas expresamente al Director del Establecimiento
o al Instructor del expediente disciplinario.
SECCIÓN 4.ª JUNTA ECONÓMICO-ADMINISTRATIVA
Artículo 278. Composición.
1. La Junta Económico-Administrativa estará presidida por el Director del
centro y se compondrá de los siguientes miembros:
a) El Administrador.
b) El Subdirector Médico o Jefe de los Servicios Médicos.
c) El Subdirector de Personal, si lo hubiere.
d) El Coordinador de Formación Ocupacional y Producción o el Coordinador de los
servicios sociales, cuando sean convocados por el Director.
e) Un Jurista del centro.
2. Como Secretario de la Junta Económico-Administrativa actuará, con voz pero
sin voto, el funcionario que designe el Director entre los destinados en el
Establecimiento.
3. El sustituto del Director en la presidencia de la Junta
Económico-Administrativa será el Administrador del centro penitenciario.
Artículo 279. Funciones.
La Junta Económico-Administrativa, sin perjuicio de las atribuciones del centro
directivo y del Director del Establecimiento, es el órgano colegiado encargado
de la supervisión de la gestión de personal, económico-administrativa,
presupuestaria y contable del Establecimiento y ejercerá las funciones
siguientes:
a) El análisis y la aprobación de la propuesta de necesidades de medios para el
funcionamiento del centro penitenciario.
b) El seguimiento y control del sistema contable.
c) Informar las cuentas que se deban rendir al centro directivo.
d) La adopción de las decisiones en materia económica y de gestión
presupuestaria establecidas en este Reglamento y en sus normas de desarrollo.
e) La adopción de decisiones por delegación del centro directivo en materia de
personal, así como las relativas a la gestión económico-administrativa del
Organismo Autónomo Trabajo y Prestaciones Penitenciarias que le puedan ser
delegadas por éste.
f) El seguimiento y control de los gastos y de la ejecución presupuestaria del
centro penitenciario en la forma que se determine por el centro directivo.
g) Ejercer las demás competencias que le atribuye este Reglamento y sus normas
de desarrollo y, en general, todas aquellas que afecten al régimen
económico-administrativo del centro penitenciario que no estén atribuidas a
otros órganos.
CAPITULO III
Organos unipersonales
Artículo 280. El Director.
1. El Director de un centro penitenciario ostenta la representación del centro
directivo y de los órganos colegiados del Establecimiento que presida, y es el
obligado, en primer término, a cumplir y hacer cumplir las Leyes, Reglamentos y
disposiciones en general y especialmente las que hacen referencia al servicio.
2. Corresponden al Director las siguientes atribuciones:
1.ª Dirigir, coordinar y supervisar la ejecución de las directrices del centro
directivo relativas a la organización de los diferentes servicios de tratamiento, régimen, sanidad, personal y gestión económico-administrativa, así como
inspeccionarlos y corregir cualquier falta que observare en los mismos.
2.ª Representar al centro penitenciario en sus relaciones con autoridades,
centros, entidades o personas, firmando la documentación que salga del mismo y
dando el visto bueno o la conformidad a cuantos documentos deban expedir los
demás funcionarios, salvo cuando, previa autorización del centro directivo,
pueda delegar esta función en los Subdirectores y Administrador.
3.ª Convocar y presidir los órganos colegiados regulados en el capítulo II de
este Título, aprobar sus acuerdos para que sean eficaces y ejecutarlos, así como
demorar su eficacia hasta la aprobación superior, en su caso, del centro
directivo, en los términos previstos en el artículo 266 de este Reglamento.
4.ª En relación con los empleados públicos destinados en el centro:
a) Organizar y asignar la realización de los distintos servicios.
b) Dar traslado de cuantas disposiciones o resoluciones afecten al servicio.
c) Expedir las certificaciones y emitir los informes que proceda en relación
con la actuación profesional de los empleados públicos destinados en el centro
penitenciario.
d) Velar por el cumplimiento de sus obligaciones y comunicar al centro
directivo cuantos hechos o actuaciones puedan ser merecedores de recompensa o
constitutivos de falta disciplinaria.
e) Agrupar en un puesto de trabajo, desempeñado por un solo funcionario, tareas
o cometidos atribuidos a dos o más unidades o puestos, o bien agregar alguna
tarea específica a las propias de la unidad o puestos de trabajo, y, en casos de
necesidad, asignar provisionalmente dos o más unidades a un solo funcionario,
teniendo en cuenta las necesidades de coordinación de los distintos puestos o
unidades y las cargas reales de trabajo que tengan asignadas.
5.ª Adoptar las medidas regimentales urgentes necesarias para prevenir y, en su
caso, resolver cualquier alteración individual o colectiva del orden en el
centro, dando cuenta inmediatamente al centro directivo.
6.ª Adoptar, ante hechos o actuaciones de los internos que se presuman faltas
disciplinarias, las medidas cautelares que procedan hasta que recaiga acuerdo
definitivo.
7.ª Disponer, previa aprobación o mandamiento de la autoridad judicial y de
acuerdo con lo establecido en el capítulo II del Título II del presente
Reglamento, la excarcelación de los detenidos, presos y penados a su cargo.
8.ª Supervisar los libros de contabilidad, autorizar los pagos de caja y la
extracción de fondos del Banco.
9.ª Decidir la separación interior de los internos teniendo en cuenta los
antecedentes y circunstancias de cada uno conforme a lo dispuesto en el artículo
99 del presente Reglamento.
10. Autorizar, en forma reglamentaria, las comunicaciones, visitas, salidas al
exterior y conducciones de los internos.
11. Disponer lo necesario para comunicar inmediatamente al familiar más próximo
o a la persona designada por el interno, en los casos de muerte, enfermedad o
accidente grave del mismo.
12. Autorizar, previa aprobación de la autoridad judicial o del centro
directivo, la salida y desplazamientos de los internos al domicilio familiar o
centro hospitalario en los supuestos previstos en el artículo 47 de la Ley
Orgánica General Penitenciaria, sin perjuicio de las funciones que corresponden
a la Junta de Tratamiento.
13. Asumir la representación del Organismo Autónomo Trabajo y Prestaciones
Penitenciarias, con la función de dirigir y supervisar sus actividades en el
centro de acuerdo con las instrucciones emitidas por los órganos directivos del
citado organismo autónomo.
14. Velar por la difusión en el centro penitenciario de las circulares,
instrucciones y órdenes de servicio dictadas por el centro directivo.
15. Llevar a cabo cuantas tareas o cometidos le atribuya el centro directivo en
relación con sus funciones como responsable del centro penitenciario.
Artículo 281. Subdirectores.
Los Subdirectores y el Administrador son los responsables de la organización y
gestión ordinaria de los servicios que tenga atribuidos su puesto de trabajo,
bajo la dirección y supervisión del Director, debiendo realizar también las
funciones que éste les encomiende, de acuerdo con sus instrucciones.
Artículo 282. Administrador.
El Administrador tendrá rango de Subdirector, con los derechos y obligaciones
inherentes al mismo, y tiene, entre otras, las siguientes funciones:
a) Dirigir los servicios administrativos del Establecimiento, sin perjuicio de
la supervisión del Director.
b) Extender los talones de las cuentas bancarias del centro penitenciario junto
con la firma mancomunada del Director o de su suplente.
c) Cuidar, junto con el Director, de los niveles de calidad y coste de los
bienes y servicios destinados al centro penitenciario, de acuerdo con las
instrucciones del centro directivo.
d) Efectuar las transferencias de los saldos de peculio en los supuestos
establecidos.
e) Rendir las cuentas ante los órganos competentes con el visado del Director y
el informe de la Junta Económico-Administrativa.
Artículo 283. Jefe de Servicios.
El Jefe de Servicios es el encargado de la coordinación de los servicios del
área de vigilancia bajo la dirección y supervisión de los mandos del centro y,
en consecuencia, adoptará provisionalmente las medidas indispensables para
mantener el orden y el buen funcionamiento de los servicios, dando cuenta de
ellas al Director.
Artículo 284. Suplencia.
1. En los supuestos de vacante, ausencia o enfermedad del Director, el centro
directivo, mediante resolución motivada, designará su suplente entre los
Subdirectores del centro penitenciario.
2. En los supuestos de vacante, ausencia o enfermedad del Administrador, y
cuando no se designe suplente por el órgano competente para su nombramiento, el
Director dictará resolución expresa designando suplente de éste entre los
funcionarios destinados en el centro, que ejercerá todas sus funciones excepto
las del artículo siguiente.
Artículo 285. Incidencias.
1. Los Directores, Subdirectores y Administradores, sin perjuicio de la jornada
de trabajo que les corresponda, realizarán turnos de incidencias todos los días
del año, incluidos domingos y festivos.
2. Los Subdirectores y Administradores que se encuentren realizando el turno de
incidencias asumirán todas las atribuciones del Director reguladas en el primer
artículo de este capítulo, en ausencia de éste, debiendo dar cuenta al mismo en
cuanto sea posible de las actuaciones realizadas en ejercicio de las citadas
atribuciones.
Artículo 286. Horarios de personal.
1. Los funcionarios penitenciarios, dada la naturaleza de sus funciones,
prestarán sus servicios en un régimen horario específico.
2. Por necesidades excepcionales y justificadas podrá exigirse a los
funcionarios penitenciarios un número mayor de horas de servicio que las
establecidas con carácter general a los demás funcionarios, debiendo, en tal
caso, ser compensados con igual número de horas libres en cuanto las necesidades
del servicio lo permitan, o bien retribuidos mediante los complementos
legalmente establecidos.
TITULO XII
Del régimen económico y administrativo de los Establecimientos penitenciarios
CAPITULO I
Principios generales
Artículo 287. Ambito de aplicación.
Las normas relativas a la gestión económico-administrativa de los
Establecimientos penitenciarios contenidas en este Título sólo serán aplicables
a las Comunidades Autónomas con competencias de ejecución de la legislación
penitenciaria estatal en concepto de derecho supletorio, sin perjuicio de la
legislación básica estatal que, por otros títulos competenciales, resulte
aplicable sobre dicha materia.
Artículo 288. Finalidad de la gestión económico-administrativa.
La finalidad de la gestión económico-administrativa en todos los
Establecimientos penitenciarios consiste en la optimización de los recursos
financieros y materiales puestos a disposición de la Administración
penitenciaria para el logro eficaz y eficiente de las funciones asignadas en el
presente Reglamento para desarrollar la actividad penitenciaria.
Artículo 289. Situaciones especiales.
El Director del Establecimiento penitenciario, tan pronto tenga conocimiento de
una decisión adoptada que vulnere la normativa vigente, procederá conforme a lo
dispuesto en el artículo 266.1 de este Reglamento y adoptará las medidas
necesarias para minimizar el perjuicio a los intereses públicos, dando cuenta al
centro directivo.
Artículo 290. Obligaciones de gasto.
Ningún Establecimiento penitenciario podrá adoptar ninguna decisión que
implique compromisos de gasto por encima de los créditos asignados al mismo o
que modifiquen la imputación del gasto o el procedimiento establecido para su
ejecución.
Artículo 291. Previsión de necesidades.
El Director del centro penitenciario, una vez haya informado la Junta
Económico-Administrativa, deberá remitir a la Secretaría de Estado de Asuntos
Penitenciarios, antes del 1 de abril de cada año natural, la previsión de
necesidades presupuestarias para el siguiente ejercicio, las cuales deberán
justificarse debidamente siguiendo los criterios que marque la citada Secretaría
de Estado, en base a las directrices emanadas del Ministerio de Economía y
Hacienda.
Artículo 292. Naturaleza de los recursos y legislación aplicable.
Los recursos económicos asignados y gestionados por los Establecimientos
penitenciarios tienen la naturaleza de recursos públicos, a los que resultará de
aplicación la normativa presupuestaria, contractual, contable o patrimonial
vigente para las Administraciones Públicas.
Artículo 293. Servicios administrativos.
1. Los Servicios administrativos de los Establecimientos penitenciarios
dependen directamente del Administrador del centro.
2. Todo acto o decisión económico-administrativa de un Establecimiento
penitenciario deberá estar propuesto por el Administrador y autorizado por el
Director del centro, salvo en aquellos casos en que este Reglamento o sus normas
de desarrollo establezcan expresamente otro procedimiento.
Artículo 294. Cuentas bancarias.
1. El movimiento de fondos de las cuentas bancarias abiertas a nombre de los
Establecimientos penitenciarios requerirá el cumplimiento de la normativa
dictada por la Dirección General del Tesoro y Política Financiera del Ministerio
de Economía y Hacienda, exigiéndose, en todo caso, la firma mancomunada del
Director y del Administrador del Establecimiento o, en su caso, del suplente de
uno u otro.
2. La facultad para tramitar a la Dirección General del Tesoro y Política
Financiera la autorización de apertura de estas cuentas corresponderá a la
Dirección General de Administración Penitenciaria.
CAPITULO II
Régimen patrimonial
Artículo 295. Inventarios de Establecimientos penitenciarios.
1. Los Establecimientos penitenciarios llevarán un sistema de inventarios que
permita disponer en todo momento de información fiel y actualizada sobre los
bienes muebles asignados para el desarrollo de sus funciones. Las respectivas
altas o bajas de bienes muebles que se produzcan se consignarán en el inventario
por el órgano competente, por medio de las actas de recepción o enajenación
correspondientes.
2. Por el centro directivo se determinarán los tipos de inventario que de forma
obligatoria todo Establecimiento penitenciario debe tener continuamente
actualizados, así como los documentos y la periodicidad con que deban remitirse
para la elaboración del inventario general de bienes muebles de la Secretaría de
Estado de Asuntos Penitenciarios.
3. La Dirección General de Administración Penitenciaria será el órgano
competente para la tramitación del procedimiento de donaciones de bienes
efectuadas por Administraciones públicas o por instituciones públicas o privadas
a Establecimientos penitenciarios, que no podrán ser aceptadas sin la previa y
expresa autorización del centro directivo.
4. Cuando sea necesaria la enajenación de bienes muebles, se solicitará a la
Dirección General de Administración Penitenciaria la oportuna autorización por
el Director del Establecimiento penitenciario.
Artículo 296. Casos especiales por apertura o cierre de Establecimientos
penitenciarios.
En los casos especiales de apertura o cierre de Establecimientos penitenciarios
se iniciarán los posteriores procedimientos de gestión patrimonial a partir de
los respectivos inventarios de apertura o clausura firmados por el Director y
Administrador del Establecimiento.
Artículo 297. Establecimientos penitenciarios de distribución.
Cuando un Establecimiento penitenciario tenga el carácter de depósito de
suministros llevará un sistema especial de inventario que permita en todo
momento conocer la distribución de productos realizada a otros Establecimientos
y los niveles de producto en reserva.
CAPITULO III
Gestión de economatos, cafeterías y cocinas
Artículo 298. Servicio de economato.
Los economatos de los Establecimientos penitenciarios son un servicio prestado
por la institución penitenciaria a los internos que permite disponer de un
sistema de adquisición de productos de naturaleza complementaria a los
facilitados por la propia Administración penitenciaria.
Artículo 299. Servicio de cafetería.
El servicio de cafetería se podrá prestar en los Establecimientos
penitenciarios tanto al personal propio del Establecimiento, como al personal de
guardia exterior, al que preste algún servicio relacionado con el centro
penitenciario y a las visitas de cualquier naturaleza.
Artículo 300. Sistemas de gestión.
1. Los servicios de economato, de cocina y de cafetería podrán ser gestionados
por:
a) La propia Administración penitenciaria.
b) El Organismo Autónomo Trabajo y Prestaciones Penitenciarias, mediante la
fórmula de taller productivo.
c) Empresas externas adjudicatarias por contrato administrativo de servicios.
2. Cuando la gestión de los servicios de economato o cafetería se realice por
el Organismo Autónomo Trabajo y Prestaciones Penitenciarias, éstos adoptarán la
naturaleza de taller productivo. Los beneficios obtenidos corresponderán al
citado organismo autónomo.
3. En el supuesto de que el Organismo Autónomo de Trabajo y Prestaciones
Penitenciarias gestione el servicio de cocina mediante la fórmula de taller
productivo, la provisión de víveres para elaborar los racionados se efectuará
bajo la responsabilidad del citado organismo.
4. Cuando los servicios de economato o cafetería sean gestionados por la propia
Administración penitenciaria o por una empresa externa, los beneficios generados
para la Administración penitenciaria se ingresarán en el Tesoro Público para su
posterior incorporación, mediante generaciones de crédito, a aquellos conceptos
presupuestarios del presupuesto de gastos de la Administración penitenciaria que
mejor contribuyan al cumplimiento de los fines de la actividad penitenciaria
establecidos en el artículo 2 de este Reglamento. En el supuesto de gestión por
la propia Administración penitenciaria, se entenderá por beneficios los
obtenidos una vez sufragados los gastos correspondientes a la compra de géneros,
las recompensas a internos y la depreciación de existencias.
Artículo 301. Sistemas de pago en el economato.
1. Queda prohibido a los internos el uso de dinero de curso legal, salvo en los
Establecimientos de régimen abierto o en situaciones excepcionales debidamente
autorizadas por el centro directivo. Las normas de régimen interior de cada
centro penitenciario establecerán la obligatoriedad para los internos de
efectuar las compras en los Establecimientos mediante tarjeta-valor, tarjeta
magnética, tarjeta con microchip u otro sistema análogo.
2. Las prescripciones técnicas del sistema establecido para las compras se
fijarán por el centro directivo.
3. Por el centro directivo se establecerán las normas reguladoras para cada uno
de los sistemas de compra indicados.
4. Cuando el interno sea excarcelado, disfrute de permiso de salida o sea
trasladado a otro Establecimiento penitenciario se canjeará la tarjeta de
compras de que sea titular por su importe en metálico.
Artículo 302. Normas reguladoras de los servicios.
1. Por el centro directivo se establecerán las normas reguladoras de cada uno
de los sistemas de gestión previstos.
2. La lista actualizada de productos y precios de economato se deberá exponer a
la población reclusa junto a la ventanilla del despacho donde se dispensen los
mismos.
3. La lista actualizada de productos y precios de la cafetería deberá exponerse
en un lugar visible para los usuarios, dentro del local utilizado para la misma.
Artículo 303. Productos autorizados para la venta en economatos.
1. En el economato podrán expenderse los siguientes productos:
a) Comestibles que no precisen ser cocinados.
b) Tabaco.
c) Ropa de uso interior y exterior.
d) Productos de aseo personal.
e) Cuantos otros bienes o productos necesiten los reclusos, siempre que no
estén prohibidos por las normas de régimen interior del centro y, en general,
siempre que su uso y consumo no implique riesgo para el correcto funcionamiento
regimental del Establecimiento.
2. En ningún caso podrán venderse en el economato ningún tipo de bebidas
alcohólicas ni de productos farmacéuticos.
Artículo 304. Otros servicios a favor del interno.
En caso de necesidad, apreciada por la Dirección del centro, se podrá autorizar, previa solicitud del interno, la compra en el exterior a costa del recluso de
algún producto autorizado no disponible en el economato. El procedimiento de
estas adquisiciones se determinará por la Secretaría de Estado de Asuntos
Penitenciarios.
Artículo 305. Naturaleza de los servicios de economato, cafetería y cocina.
1. Cuando el economato, la cafetería o la cocina sean gestionados por la propia
Administración penitenciaria, las prestaciones que deban realizar los internos
en servicios auxiliares o mecánicos de los mismos no tendrán, en ningún caso, la
naturaleza de relación laboral especial penitenciaria, sin perjuicio de las
recompensas y beneficios penitenciarios que se les puedan conceder.
2. Cuando el economato, la cafetería o la cocina sean gestionados por el
Organismo Autónomo Trabajo y Prestaciones Penitenciarias mediante la fórmula de
taller productivo, los servicios auxiliares o mecánicos de los mismos
desempeñados por los internos tendrán la naturaleza de relación laboral especial
penitenciaria.
3. Cuando el economato, la cafetería o la cocina sean gestionados por una
empresa externa adjudicataria del servicio ningún interno podrá desempeñar
servicios auxiliares o mecánicos en los mismos, salvo cuando la proposición
económica de la empresa adjudicataria contenga expresamente la previsión de la
contratación laboral común de internos, en cuyo caso todas las obligaciones
empresariales derivadas del contrato de trabajo serán satisfechas por la empresa
adjudicataria.
Artículo 306. Acciones contra los intereses del economato, cafetería y cocina.
Cuando algún interno sustraiga fondos o efectos del economato, cafetería o
cocina o provoque intencionadamente el deterioro de sus productos, será separado
de dichos servicios y se le exigirá la responsabilidad pecuniaria que proceda,
sin perjuicio de las responsabilidades disciplinarias y penales en que hubiera
podido incurrir.
CAPITULO IV
Gestión económico-administrativa de los gastos de alimentación
Artículo 307. Justificación de racionados.
1. Los internos devengarán la ración según su hora de ingreso y salida del
Establecimiento penitenciario, procurándose en todo momento que la imputación
del gasto quede claramente individualizada para cada Establecimiento
penitenciario, sin que, en los supuestos de traslado, pueda efectuarse la doble
imputación de racionados en ningún caso.
2. Las raciones de enfermería que supongan incremento del racionado común
deberán acreditarse mediante informe del médico y del Administrador del
Establecimiento penitenciario.
3. Los gastos de alimentación, estancia y tratamiento originados por los
internos destinados en unidades dependientes o en unidades extrapenitenciarias
podrán ser compensados por la Administración penitenciaria en la forma que se
determine en las normas de desarrollo de este Reglamento.
Artículo 308. Valores de racionados y lotes higiénicos.
1. Por resolución de la Secretaría de Estado de Asuntos Penitenciarios se
fijarán anualmente los valores de la raciones alimenticias por día y plaza de
interno, distinguiendo, al menos, las siguientes categorías:
a) Internos sanos.
b) Internos jóvenes.
c) Ración de enfermería.
Estos valores podrán ser distintos para los diferentes centros penitenciarios
en función de la agrupación que se establezca exclusivamente para este fin.
2. Asimismo, anualmente y por resolución de la Secretaría de Estado, se fijará
la composición de las dotaciones para higiene personal que se facilitarán a los
internos en los Establecimientos penitenciarios.
Artículo 309. Seguimiento contable de los gastos de alimentación.
Los gastos de alimentación serán objeto de un seguimiento contable especial,
con los formatos y periodicidad que el centro directivo determine. Dichos gastos
se elevarán a la Junta Económico-Administrativa del Establecimiento para su
examen e informe.
Artículo 310. Recepcionado de mercancías para la preparación del racionado.
1. En el supuesto de que la gestión de cocina se realice directamente por la
Administración penitenciaria, diariamente, el funcionario del servicio de
alimentación recepcionará las mercancías para la preparación de las comidas
según los racionados, comprobando calidad y peso de los artículos.
2. El Médico del Establecimiento comprobará el estado sanitario de los
artículos suministrados y dictaminará los que por la citada razón deban ser
desechados.
Artículo 311. Renuncia a ración alimenticia.
Si algún interno renunciase a su ración, quedará ésta en beneficio de los demás, no de persona determinada, sin que por tal renuncia se le deba indemnización
alguna.
Artículo 312. Sistemas de gestión de los gastos de alimentación.
Cuando la gestión de cocina se realice directamente por la Administración
penitenciaria, la adquisición de productos de alimentación se podrá llevar a
cabo por el Establecimiento penitenciario o por los servicios centrales,
utilizando proveedores ajenos a la propia Administración, vía pagos a justificar, anticipos de caja fija o expedientes de contratación administrativa de
suministros.
CAPITULO V
Gestión económica del vestuario, equipo y utensilio de los internos
Artículo 313. Dotación.
1. El centro directivo de la Administración penitenciaria correspondiente
proveerá, dentro de sus disponibilidades presupuestarias, a todos los centros
penitenciarios que dependan de la misma, del vestuario, equipo y utensilios que
necesiten los reclusos de uno y otro sexo. La composición del vestuario se
determinará por resolución del centro directivo correspondiente, teniendo en
cuenta las condiciones climatológicas de las diferentes estaciones del año y las
distintas tipologías y ubicaciones geográficas de los Establecimientos.
2. Los internos trabajadores de uno y otro sexo dispondrán, además, de la ropa
apropiada para desarrollar las actividades laborales.
3. Los niños internados con sus madres también dispondrán del vestuario
adecuado.
4. El equipo para las camas, aseo personal e higiene íntima y los utensilios
para las comidas se determinarán por resolución de la Secretaría de Estado de
Asuntos Penitenciarios u órgano autonómico equivalente.
Artículo 314. Períodos de reposición.
1. La duración mínima de cada una de las prendas, calzado y equipo se
determinará por el centro directivo correspondiente.
2. Los Establecimientos justificarán en los estados de vestuario las altas y
bajas de las prendas.
3. No se fijarán plazos mínimos de duración para el utensilio, sino que los
Directores de los centros penitenciarios deberán solicitar en cada caso la
correspondiente autorización del centro directivo para dar de baja los efectos
que queden inutilizados por el uso y poder efectuar las correspondientes
reposiciones de material.
Artículo 315. Enajenación de material no inventariable.
Los utensilios y efectos dados de baja serán enajenados conforme a las normas
dictadas por el centro directivo correspondiente. La venta constará en acta y su
producto se ingresará en el Tesoro Público.
Artículo 316. Lotes higiénicos.
1. Los Establecimientos penitenciarios solicitarán mensualmente, en función de
la previsión de población interna existente y de sus características personales
y penitenciarias, las necesidades de dotación en lotes higiénicos.
2. Mensualmente, se remitirá inventario de estos productos al centro directivo
en donde quede recogido el número de lotes higiénicos distribuidos entre la
población interna y los remanentes pendientes de distribución del mes anterior.
CAPITULO VI
Custodia de los objetos de valor de los internos
Artículo 317. Custodia de dinero, alhajas, joyas y otros objetos de valor.
Salvo en los Establecimientos de régimen abierto, los internos no tendrán en su
poder dinero o títulos que lo representen ni objetos de valor. Todo ello les
será intervenido al ingresar con arreglo a las siguientes normas:
1.ª Los objetos de valor se custodiarán por el Subdirector de Seguridad en la
caja del Establecimiento o en lugar seguro y el dinero será custodiado por el
Administrador. Al interno se le entregará una hoja individual de cuenta de
peculio, iniciada con las cantidades que le fueron recogidas, y se le expedirán
los resguardos que acrediten el depósito de los objetos de valor.
2.ª Los internos podrán autorizar para que de lo intervenido se haga cargo
alguna persona y, en tal caso, la entrega se hará mediante la justificación de
su personalidad, debiendo firmar con el Subdirector de Seguridad o el
Administrador, según proceda, la diligencia de la entrega. También podrán
autorizar la realización, en su caso, de los títulos legítimos representativos
de dinero.
3.ª No se dará cumplimiento a lo establecido en la norma anterior cuando
existan dudas acerca de la legítima procedencia del dinero u objetos de valor
intervenidos y se pondrá en conocimiento de la autoridad competente la retención
para que se resuelva lo procedente.
4.ª Cuando el dinero consista en moneda o billetes que puedan o deban ser
objeto de intervención oficial, se cumplirá lo que al respecto determine la
legislación correspondiente, sin perjuicio de asegurarlo en la caja como otro
valor cualquiera y de entregar al recluido un resguardo suficientemente
expresivo de las cantidades y efectos depositados, pero no se le dará ingreso en
el peculio de libre disposición.
5.ª Cuando la autoridad judicial disponga la intervención de todo o parte del
dinero de un interno, se procederá a inmovilizar las cantidades indicadas en la
orden correspondiente, que quedarán a disposición de dicha autoridad para el
destino que proceda, de todo lo cual se dará conocimiento al interesado.
Artículo 318. Traslado de material.
1. Todo interno que sea trasladado a otro Establecimiento penitenciario tendrá
derecho a que la Administración penitenciaria realice el traslado de sus
pertenencias personales por un peso que nunca podrá ser superior a los 25
kilogramos, siendo con cargo al interno el traslado de todo aquel material que
exceda del peso indicado.
2. Para los casos excepcionales de internos sin medios económicos se estudiarán
por parte de la Junta Económico-Administrativa del Establecimiento penitenciario
las posibles medidas a adoptar, que deberán ser aprobadas por el centro
directivo.
CAPITULO VII
Peculio de reclusos
Artículo 319. Constitución del fondo o cuentas individuales de peculio.
1. El fondo de peculio se constituirá con las cantidades que los reclusos
tengan en su poder al ingresar en el Establecimiento y con las que reciban
posteriormente por cualquier concepto de procedencia legítima.
2. Estos fondos podrán ser gestionados por la Administración penitenciaria o
por entidades financieras colaboradoras, mediante convenio suscrito con la
Administración penitenciaria, como cuentas bancarias individuales de peculio
abiertas para cada interno.
3. Por el centro directivo se establecerán las normas reguladoras de la
información contable del fondo de peculio a suministrar por los Establecimientos
penitenciarios y su periodicidad, así como de la contabilidad que deban rendir
las entidades financieras colaboradoras.
Artículo 320. Seguimiento contable.
1. Si la gestión del fondo de peculio se realiza por la Administración
penitenciaria, a cada partícipe del fondo se le proveerá de una hoja personal en
que se le inscribirán los ingresos a su nombre y las extracciones autorizadas
semanalmente, con expresión del saldo, datos que estarán en consonancia con las
partidas correspondientes en el libro general de peculio que lleve la
Administración.
2. Si la gestión de peculio se realiza por una entidad financiera, cada recluso
tendrá una cartilla o similar que contendrá los datos indicados en el apartado
anterior.
3. Por el centro directivo se establecerán las normas que permitan realizar un
seguimiento mensual de los saldos del fondo de peculio en cada Establecimiento
penitenciario y sus correspondientes saldos de intereses.
Artículo 321. Utilización del peculio de libre disposición.
Con el peculio de libre disposición podrán los internos:
a) Atender los gastos que les estén permitidos, solicitando y recibiendo de la
Administración una cantidad prudencial que se fijará por el centro directivo
atendiendo a criterios de seguridad y orden del Establecimiento.
b) Ordenar transferencias a su familia o a otras personas, previa autorización
del Administrador del Establecimiento.
Artículo 322. Transferencias del fondo de peculio.
1. Al ser puesto en libertad un interno, le será practicada la liquidación de
su peculio y entregado el saldo que resulte o la cartilla bancaria, así como los
objetos de valor que la Administración tenga en depósito, previa presentación de
los oportunos resguardos.
2. En caso de traslado del interno a otro Establecimiento, se le entregará en
metálico, de su peculio, una cantidad prudencial para sus gastos. El resto le
será remitido por el Administrador del Establecimiento de origen al de destino o, si el peculio se gestiona por una entidad financiera, se trasladará la cuenta a
la localidad de destino. Los objetos de valor depositados en la Administración
le serán entregados contra la presentación del resguardo correspondiente.
Artículo 323. Peculio de fallecidos.
El peculio de reclusos fallecidos será entregado al primer heredero del recluso
que lo solicite, contra el que podrán repetir, en su caso, los restantes
miembros de la comunidad hereditaria.
Artículo 324. Intereses de los fondos de peculio.
1. En los supuestos de cuentas bancarias individuales de peculio abiertas para
cada interno, los intereses y los gastos generados, según la normativa aplicable
a dichas cuentas, se repercutirán sobre las mismas.
2. Si los fondos de peculio son gestionados por la Administración penitenciaria, los intereses que genere la cuenta fondo de peculio se ingresarán en el Tesoro
Público para su posterior incorporación, mediante generaciones de crédito, a
aquellos conceptos presupuestarios del presupuesto de gastos de la
Administración penitenciaria que mejor contribuyan al cumplimiento de los fines
de la actividad penitenciaria establecidos en el artículo 2 de este Reglamento.
CAPITULO VIII
Normas relativas al Organismo Autónomo Trabajo y Prestaciones Penitenciarias
Artículo 325. Gestión económico-administrativa del Organismo Autónomo Trabajo y
Prestaciones Penitenciarias.
1. La gestión económica, administrativa y patrimonial desarrollada en los
centros penitenciarios relativa al Organismo Autónomo Trabajo y Prestaciones
Penitenciarias se regirá por su normativa propia y, en su defecto, por las
disposiciones de este Reglamento y de sus normas de desarrollo que resulten
directamente aplicables.
2. Los gastos y pagos derivados de obligaciones del organismo autónomo que
deban realizarse en los centros penitenciarios serán efectuados por quienes
tengan reconocida en cada centro la competencia para realizarlos.

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